Experiencia en Valencia

¿Por qué Valencia?

Valencia es una ciudad española bellísima, no muy lejos de la popular Barcelona.

Decidí quedarme un tiempo en esta ciudad porque ya había estado anteriormente en las ciudades más pobladas de España y quería una ciudad pequeña, donde todo queda muy a mano.

El clima que me encontré era cálido, pero no particularmente pesado de soportar, aunque la playa más cercana estaba al menos a 30 minutos en coche.

El Mercado Central

La primera cosa que visitamos fue el mercado central de Valencia donde es posible encontrar muchos puestos que normalmente venden productos típicos españoles: jamón (el famoso embutido), tapas (aperitivos pequeños), pero también fruta, verdura, batidos, comida para llevar y mucho más. Hay muchísimos puestos de frutas y verduras, así que para encontrar los más baratos basta con no detenerse en los que se encuentran justo en la entrada del mercado.

Es imposible abandonar este lugar sin haber comprado algo. Es el lugar ideal para un almuerzo rápido o para llevar. Si alguien ha estado en Barcelona o Madrid, puede compararlo fácilmente con el mercado de San Miguel o con la Boquería.

La Torre del Miguelete

Otro lugar que no te puedes perder de ninguna manera en Valencia es la torre del Miguelete, donde es posible admirar la magnífica ciudad desde lo alto por dos euros. La escalera es un poco empinada y agotadora, pero merece la pena. Recomiendo traerse una botella de agua si se decide visitar en un día soleado, ya que una vez que llegas arriba, no hay nadie que lo venda (obviamente).

La bajada es un poco problemática, ya que en las últimas rampas los escalones se vuelven más estrechos y es difícil pasar de dos en dos, de hecho, en la parte superior hay una especie de cámara con un altavoz que informa sobre cuándo es posible bajar, pero no todos notan esto y deciden bajar igualmente, teniendo poco cuidado de los demás, así que ¡poned atención!

Calatrava

Otro elemento muy importante de Valencia que la hace famosa en todo el mundo es la arquitectura creada por Calatrava. Para llegar a ella, es posible coger un autobús que va directamente desde la Plaza del Ayuntamiento y en veinte minutos te lleva allí delante.

Dentro de las esculturas de Calatrava es posible encontrar el famoso oceanográfico y el Museo de las Ciencias. Este último, a pesar de las críticas negativas en internet, yo lo encontré bastante divertido. Se trata de unos pequeños pabellones donde puedes intentar reproducir algunos experimentos muy sencillos, por ejemplo: determinar la longitud de tu salto, mover una pelota con tu mente desafiando a un adversario, aprender la morfología de España, conocer las plantas que se encuentran en la vegetación española, etc.

El camino es bastante largo, pero en dos horas deberías haberlo visto todo. Debajo podéis ver una imagen de la estructura.

Para más información...

El Oceanográfic no es más que un gran acuario dividido en pabellones con varias especies de animales. Encontré particularmente interesantes los diferentes tipos de medusas, ya que había muchos y algunos eran enormes.

El recinto de los pingüinos y de las focas es sin duda el más popular ya que es particularmente frío y en verano, afuera, te mueres de calor.

También puedes ver el espectáculo de delfines, que se realiza sólo a determinadas horas. Yo no me quedé, pero seguramente valga la pena si uno tiene afinidad los horarios.

Otra construcción importante es el Umbracle, un jardín veraniego. Cerca también hay una pequeña discoteca, que solo funciona en determinados días.

Cerca de estos edificios, también hay un gran centro comercial donde es posible detenerse para almorzar entre una visita y la otra.

En cuanto a las playas, no muy lejos del centro se encuentra la más popular: la Playa de la Malvarrosa, donde el mar no es nada, y más lejos se encuentra la Playa de la Garrofera con una playa menos concurrida y un mar más claro.

Para los restaurantes donde cenar y comer la mejor paella valenciana, recomiendo El Rall (aunque no siendo un amante de este plato, ellos lo saben cocinar realmente bien). Otro restaurante que encontramos buenísimo se llama Vinofinto, no muy lejos del anterior, donde cocinan el mejor salmorejo del mundo.