Octubre, 2014. El día amanece soleado, raro en esta epoca del año. Parece que todo me invita a salir y descubrir un nuevo lugar de esta pequeña ciudad.
Después de barajar las opciones, la idea de ir a un bosque me pareció interesante, despues de todo, aquí en Utrecht, ya me había acostumbrado a ver canales.
Media hora de paseo en bici. Cruzamos las afueras de la ciudad, comencé a ver como el color verde, empezaba a tener todo el protagonismo. Los árboles cada vez eran más abundantes, el jardín más espeso, y las personas más escasas.
La entrada la pude reconocer por la cantidad de bicis ancladas en la tierra, sus dueños? perdidos en el bosque.
A medida que entras, los mismos caminos marcados en el suelo, te guían hacia donde quieres ir. Puedes ver caminos los cuales no sabes por dónde continuarán, hay caminos, donde puedes ver el final, o el comienzo de otro, hay caminos tímidos, en los cuales te tienes que fijar bien para ver que están ahi.
Hay caminos para todos, solo tienes que elegir el tuyo.
El silencio que hay, hace que te sumerjas en tus pensamientos, ni si quiera te das cuenta de la presencia de domingueros, o de gente corriendo.
Hay tranquilidad, y supongo que eso es lo que buscamos cuando vamos a este tipo de sitios, tranquilidad.
Lo que me gusto de este lugar, es que cuanto más te adentras en él, te vas encontrando con cosas que no esperabas ver.
En mi opinión, este maginífico lugar, es perfecto para ir contigo mismo, para dar un paseo de los de antes. O con aquella persona que aprecias y sabes que no va interrumpir a tu mente cuando te este hablando.
Como practicamente todo Europa, la historia siempre está presente. En este bosque/parque se encuentra una antigua "villa" que pertenecio a Louis Bonaparte.
Recomiendo a todos los que vengan a visitar Utrecht, que tomen un ratito de su día para venir a este trozito de, como me gusta llamarlo, "Wonderland".
PS; no vayais cuando esté lloviendo, aunque podría ser interesante.
Estibaliz Ortiz de Elguea.
