Pizzería Piccollo

*Advertencia de contenido*

Se recomienda que toda persona con cultura italiana evite leer el texto que sigue a continuación bajo peligro de accidente cardiovascular. Profesionales de la gastronomía que creen que lo han visto todo, agarraos fuerte, lo que os espera es un desafió a las leyes del sentido común.

¡Pizza!

Nuestra amiga regordita cubierta de queso y siempre apetecible.

Todos nos hacemos una imagen mental de ella solo con evocar su nombre. La italiana con su masa fina. La estilo Chicago con su perfecta circunferencia. La argentina con sus triángulos bien gruesos. La calzone. Los late night de Domino's. Las sobras frías del día después. Todas ellas.

No obstante,

hay una que todavía no habéis probado.

Un eslabón perdido en el árbol genealógico de las pizzas

y un solo lugar del mundo en el que la encontraréis.

Fuente

Os sorprenderá hasta el punto de gritar ¡pero qué demonios!

Callad y mirad:

pequeña, apenas llega para una persona,

servida con la sopa de remolacha barszcz en una taza,

siempre con champiñones,

de masa gruesa

y servida con salsa ketchup casera.

¡Que alguien llame a la ambulancia para Fabrizio!

Lo sé, a uno se le pasan muchas cosas por la cabeza al leer esto. Raro. Extraño. Descabellado. Incluso fascinante.

Muchas preguntas... Por ejemplo, ¿qué necesidad había?

Para que podáis comprender el porqué de esto, primero tenéis que saber un poquito más sobre el lugar en el que esta originalidad fue creada. Y echar atrás a los años noventa.

Torún, Polonia 1990

El comunismo ha quedado atrás y Torún amanece con un nuevo mundo a su alrededor. Un mundo al que siempre ha querido pertenecer. Por la primera vez en tu vida puedes empezar algo nuevo. Algo por ti mismo. Sin que el politburo esté a tus espaldas controlando cada nueva idea. Sin la propaganda que te obliga a venerar a la URSS en vez de mirar a Europa. Puedes hacer cosas que antes solo tenías la oportunidad de ver en las películas de Hollywood.

Ahora ha llegado tu momento. Y te decides a abrir tu propia pizzería. Probablemente no haya ningún otro restaurante que sirva pizza en un radio de 80 kilómetros. Imaginaos esta situación. Sois los primeros en el país. Y solo hay un problema. Nadie de tus amigos o conocidos ha visitado Italia o los Estados Unidos alguna vez en su vida. Durante los últimos 50 años, si alguien conseguía llegar hasta ahí no volvía. ¡Y hay todavía más! ¡Las leyendas cuentan que hay gente con pa-sa-por-tes! Quieres abrir una pizzería, pero solo conoces el concepto de algunas películas y solo sabes dos recetas que has encontrado a duras penas. El resto sale de tu imaginación.

Preparas una masa bien esponjosa, le añades champiñones y cebolla, después de todo funcionan bien en la zapiekanka (comida tradicional callejera de Polonia). El ketchup de las películas tampoco puede faltar. No tienes ni idea de cómo proceder así que improvisas con unos tomates. Los añades encima. A todo el mundo le gusta que haya cosas sobre la masa. Y lo sirves con barszcz. Porque en Polonia todo el mundo ama la barszcz.

Abres tu pizzería. Y triunfas como un gran campeón.

Fuente

¿Que suena a ciencia ficción? Probablemente. Pero os estoy hablando de Polonia hace 20 años. Un lugar que acababa de conocer lo que era la libertad por primera vez en generaciones. Y nada iba a impedirles disfrutar de esa libertad adquirida. Nada. Ni la pobreza. Ni la inflación. Ni la falta de experiencia. No había nada que les parara.

Puede que os parezca una broma. Polonia es un país como cualquier otro, muy diferente a lo que era en el pasado. Pero los deseos y esfuerzos de este país por ser parte de Europa en la década de los 90 es algo admirable. Esta es la historia de la hermosa gente de Polonia y una bonita historia sobre la llegada de la pizza a su país.

En una sola porción de pizza del restaurante Piccolo en Torún, Polonia viene toda la creatividad, historia y nostalgia de los 90. Algo de lo que otros lugares no pueden fardar.

Aquí tenéis la página web del restaurante.

Glosario

Torún: una ciudad encantadora en el centro norte de Polonia y una de las capitales del voivodato de Cuyavia y Pomerania. Conocida por ser la ciudad de origen de los productos de pan de jengibre llamados toruńskie pierniki y por ser el lugar de nacimiento de Nicolás Copérnico (el astrónomo, no el inventor del cobre).

Piccolo: la pizzería que inspiró este texto, un pequeño restaurante independiente en Torún, Polonia. Ofrece de las pizzas más originales del mundo, muy popular entre los locales y turistas.

Zapiekanka: probablemente el tentempié callejero polaco más conocido. Media barra de pan horneado con queso y otros ingredientes, aunque tradicionalmente con champiñones y cebolla. También se sirve con ketchup, mayonesa o salsa al ajillo.

Barszcz: una sopa polaca tradicional, un tipo de caldo de remolacha. Se sirve de muchas formas diferentes, también como bebida caliente.