El parque de Ueno

Nos alojábamos cerca del parque de Ueno. Así que la primera noche la pasamos allí, para que no nos fuéramos a dormir de inmediato e intentar adaptarnos al horario japonés a pesar del jet lag.

La diferencia horaria es de +8 horas. La ida para mí fue más fácil que el regreso, porque me fui a dormir temprano por el horario japonés, sobre las 21:00 y dormí 12 horas. ¿Cómo pude dormirme tan temprano si solo era la una tarde en Bélgica? Pues simplemente porque no había dormido durante las nueve horas de vuelo. Hay que decir que la comodidad no era lo que faltaba. Flyaérobic, dvd, boules quies, buffet libre, mantas gratis, auriculares y música de todo tipo en nuestra radio personal, etc. Pero nada, no puede dormir. Así que esa misma noche dormí 12 horas, lo que me ha llenado de confianza para el resto del viaje. También me hizo perder una buena noche donde mis amigos conocieron a japoneses que les ofrecían comida, pero bueno... Energía o comida, tenía que elegir.

Así que una vez que encontramos el hotel (cerca de Ueno, el Koyo Hostal), y una vez terminadas nuestras cosas, fuimos a dar un paseo. No cogimos el metro porque ya estábamos en la zona de Ueno. Hay un gran parque allí. En el centro, normalmente hay un templo. ¡Pero nunca lo encontramos! Al salir hacia el parque, tuvimos nuestros primeros "choques" y primeras impresiones.

Pasamos por una calle comercial, donde los japoneses solían vender productos en la calle, en unos puestos. Venta de pulpo envasado al vacío, verduras y mariscos muy extraños, especias, etc. Ya hay un lunapark a la vista. Probamos el famoso juego al que todos los japoneses juegan, el pachincu o algo así. Se trata de un juego con bolas de metal que caen hacia abajo dependiendo de la dirección en la que gires la rueda de la ruleta a través de la cual pasan las bolas antes de caer a un bote en la parte inferior de la máquina (que valen como puntos). Luego cenamos allí. Fuimos a un bar donde comimos Undons. Son sopas con pasta muy espesa, muy grandes, fideos pegajosos, empapados en un poco de caldo y con verduras encima. En general, puedes elegir las verduras que pones, a veces lleva huevo. Me impresionaron las farolas ¡tan brillantes! y los carteles enormes, un poco como Times Square en la ciudad de Nueva York.

La entrada de la calle Ladite en Ueno:

El parque Ueno está lleno de plantas acuáticas como podéis ver en la foto siguiente. De hecho hay un gran lago en el centro y torres con un templo alrededor, aunque nunca lo haya visto.

Como podéis ver, realmente es un bosque en el centro de la ciudad. De hecho, es un poco la peculiaridad de Tokio, y no nos sorprende que sea una ciudad tan grande, ya que cuenta con enormes parques en cada una de sus zonas. Estoy pensando en la esquina del palacio imperial. Se hizo de noche muy temprano y fue agradable poder ver el parque tanto de día como de noche.

Además del lago, también había un museo muy bonito que visitamos. Era un museo tradicional donde se podían ver reconstrucciones de antiguas casas japonesas. Era una forma de acercarse a las tradiciones y costumbres japonesas (mesas bajas donde te sientas en el suelo para comer, tomar el té, oficios antiguos, etc. ). Fue muy lindo porque todo estaba reconstruido, se veían las casitas de madera, las calles y se podía entrar, ¡aunque había que quitarse los zapatos! La siguiente foto es una herramienta del museo:

Algunas fotos hechas alrededor del museo, en el parque Ueno:

Y por último, un pequeño templo con regalos y origamis.

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