PortAventura
- Dirección: Avinguda de l'Alcalde Pere Molas, Tarragona
- Etiquetas: Qué hacer Tarragona, Tarragona, España
- Teléfono: 902 20 22 20
- Página web: www.portaventura.co.uk
El paraíso de los amantes de la adrenalina
Para mí, no hay nada mejor que un buen chute de adrenalina. Si habéis leído los posts que estoy escribiendo actualmente, os habréis dado cuenta de que me mudé a Barcelona a finales de septiembre para hacer unas prácticas en un colegio inglés de la ciudad. Tengo que decir que me encanta este trabajo, pero estar con niños todos los días es bastante agotador, así que tuve que buscar algo para desconectar. Y ya se sabe que los parques de atracciones son perfectos para eso.
Antes de venir a España, ya había oído hablar de un increíble parque de atracciones a una hora de distancia de Barcelona y, como podéis imaginar, no podía resistirme a ir. Creedme cuando os digo que es uno de los parques de atracciones más impresionantes en los que he estado. Puede que parezca que es un parque para niños, pero ninguna de las atracciones que hay son para niños pequeños. El parque se llama PortAventura y es el parque de atracciones más grande de toda España. En mi segundo día en Barcelona, decidí visitarlo con un viaje organizado.
Si también queréis ver otras cosas a parte del parque de atracciones, hay un parque acuático que se llama Costa Caribe justo al lado de PortAventura y, además, estaban construyendo otro parque temático al lado que se iba a llamar Ferrari Land y que se abriría en 2016, aunque durante mi visita a PortAventura no vi signos de que estuvieran trabajando en él.
Lo más interesante para mí del parque Ferrari Land es que tendrá la montaña rusa más alta de Europa (sí, incluso más alta que la Shambhala que podéis ver en PortAventura y que, si me dejáis haceros spoiler, os diré que es una auténtica pasada) y se dice que irá a la velocidad de un Fórmula 1. Me muero de ganas de probarla en cuanto la terminen.
Cómo llegar
Hay un montón de maneras de llegar a PortAventura. Por ejemplo, podéis ir en vuestro coche, en transporte público, con un viaje organizado en autobús o incluso en avión porque hay un aeropuerto muy cerca del parque. Al principio, pensé en ir en tren porque hay una estación de trenes antes de entrar al parque, pero como todavía no estaba muy familiarizada con la red de transportes de Barcelona, decidí que ir con un viaje organizado sería la opción más segura. Y tengo que decir que me gustó mucho la opción elegida.
En Internet, hay un montón de viajes organizados a PortAventura, como por ejemplo, en las páginas web de Viator o City Explora, pero yo preferí reservarlo en la página web de la agencia Julia Travel. No era la opción más barata (en las otras páginas web, el viaje era diez euros más barato), pero no quería reservar a través de otras agencias, ya que hace tiempo aprendí que eso puede desembocar en problemas. Una vez me pasó que reservé un tour a través de otra agencia y cuando llegó el día y fui al lugar acordado, me dijeron que mi reserva no se había registrado en el sistema. Perdí bastante dinero y la oportunidad de irme de viaje. Y lo peor de todo es que aquello aún no se ha resuelto. Bueno, por eso reservé directamente en la página web de la empresa y tengo que decir que cumplió totalmente mis expectativas.
El precio del viaje fue de 66 euros y ahí ya iba incluido el precio del autobús lanzadera que va directamente a PortAventura. Teniendo en cuenta lo que vale solamente la entrada al parque, fue una ganga. Además, el autobús era súper cómodo y estaba medio vacío, por lo que tenía dos asientos para mí sola en lugar de solo uno y me vino genial para poder poner la mochila y la chaqueta.
Aunque quiero puntualizar que con este tour, no teníamos guía (no hace falta, pero por si acaso) y el conductor que nos llevó tampoco respondía mucho a nuestras preguntas. Para subir al bus, había que haber pagado el recibo que nos mandaron por correo en la agencia Julia Travel de la calle Carrer de Balmes 5 y con el que venía también la entrada al parque. Llevad cuidado de no tirar el ticket del bus porque os lo pedirán de nuevo a la vuelta. Uno de los pasajeros que iba en el bus lo perdió y estuvo discutiendo con el conductor durante diez minutos hasta que varios pasajeros dijeron que sí que lo recordaban de haber estado con ellos por la mañana en el parque.
Salimos de Barcelona hacia PortAventura a las ocho y media de la mañana y llegamos al parque pasadas las diez en punto, tal y como estaba previsto. Como era un día entre semana, muchas de las atracciones estaban todavía cerradas a esa hora. Lo más interesante que estaban haciendo era una prueba con una especie de maniquís en la atracción de caída libre Hurakan Condor.
Por un segundo, pensé que la atracción no sería segura y que no podría montarme, pero resulta que hacen esa prueba todos los días para asegurarse de que la atracción va suave. Bueno, "suave" porque ya se sabe que ninguna de esas atracciones son buenas ni para la espalda ni para el cuello. Pero aun así, merecen la pena o eso pienso yo. Al fin y al cabo, cuando envejezcamos nos dolerá igualmente la espalda, así que ¿por qué no disfrutar mientras seamos jóvenes?
Hay otra cosa que también me gustaría destacar y es que a la vuelta intentéis estar puntuales en el autobús porque sale a las siete de la tarde en punto. Hubo tres personas que no llegaron a la hora acordada y el autobús se fue sin ellos. Esto es un grave problema si no sabéis dónde está la estación de tren o si no lleváis dinero encima. Así que os aconsejo que estéis quince minutos antes para no llegar tarde ni un minuto. La mujer de Julia Travel también me avisó cuando fui por la mañana a pagar la entrada de que estuviera quince minutos antes de la hora de salida.
Horario y entradas
El horario del parque depende de la época del año; además, en invierno, el parque permanece cerrado varios meses, ya que renuevan y construyen nuevas atracciones.
Las entradas para PortAventura son más caras que en el resto de parques en los que he estado, pero pensándolo bien, merece totalmente la pena. De hecho, estaría dispuesta a pagar más si hiciera falta.
Actualmente, se puede elegir entre una entrada de un día, una entrada para varios días o un pase anual (que es la mejor opción si planeáis visitar el parque más de dos veces al año).
La entrada de un día cuesta 45 € para adultos y 39 € para niños. La entrada de dos días cuesta 50 € a los adultos y 44 € a los niños. La entrada de tres días cuesta 79 € para adultos y 64 € para niños, etc. Para obtener más información sobre los precios, podéis visitar la página web del parque.
También está la posibilidad de comprar entradas para acontecimientos especiales, como para Halloween. Cuando yo estuve en el parque (el 29 de septiembre), ya había gran parte del parque decorado con la temática de Halloween. La entrada para la noche de Halloween cuesta 18 euros.
Si estáis atentos a la página web de PortAventura, encontraréis varias promociones, tanto para grupos como para entradas de varios días. Por lo general, cuanto antes reservéis las entradas, más barato os saldrá.
Si os preocupa no poder montaros en todas las atracciones por las colas de gente, tengo buenas noticias para vosotros. Hay un pase rápido que os permite saltaros las interminables colas y montaros en la atracción que queráis en solo unos minutos. Hay varios tipos de pase rápido, pero el más barato cuesta veintisiete euros. Con él, podéis subiros a todas las montañas rusas una vez y me parece una oferta muy buena.
Antes de ir a parque, miré distintos pases porque pensaba habría muchas colas incluso entre semana y el tipo de pase rápido más caro que había permitía montarse un número ilimitado de veces en la primera fila de todas las atracciones. Es increíble ¿verdad? Lo es, pero el precio de ese pase rápido es casi el mismo de la entrada al parque. Ya es cosa vuestra decidir si merece la pena o no.
También recordad que no podéis comprar los pases rápidos en Internet. Tenéis que comprarlos en el parque en las distintas taquillas y en las máquinas que hay junto al Dragon Khan.
Pero el problema de los pases rápidos es el siguiente: puede que un grupo numeroso de gente decida comprar un pase rápido y entonces la cola de ese pase sería más larga que la cola normal. Así que tened esto en cuenta si queréis comprar este pase.
En resumen, el horario del parque se divide en dos grupos: de 10:00 a 19:00 o de 10:00 a 00:00. Tiene que estar súper chulo montarse en las montañas rusas de noche. Como ya he dicho, hay meses con horarios distintos y sería imposible escribirlos todos aquí, así que, si estáis interesados en saber el horario de un día en concreto, echad un vistazo a la página web del parque.
La mejor época del año para ir
En cuanto a estaciones del año, la mejor es otoño porque los niños están en el colegio, lo que significa que hay menos gente. Además, tampoco hace tanto calor (creo que en este parque tiene que hacer un calor horrible en verano). Ir a finales de septiembre fue genial porque con una camiseta de manga corta y unos vaqueros era suficiente y como no hacía mucho calor, no tuve que echarme crema solar.
En cuanto a qué día de la semana es mejor, os aconsejo que vayáis entre semana y no los fines de semana. Tengo entendido que las colas los fines de semana son interminables y aunque llevéis el pase rápido tampoco os servirá de mucho. Yo fui un martes y no tuve que esperar más de cinco minutos en ninguna atracción. Normalmente, los viajes organizados también se hacen entre semana. Aunque en la página web de Julia Travel (donde yo reservé el tour), vi que en octubre y noviembre solo organizan viajes los fines de semana. Puede que tampoco sea buena idea ir los fines de semana aunque sea otoño. Pero bueno, podéis intentarlo. ¿Quién sabe? A lo mejor tenéis suerte. Aunque yo personalmente, no la tentaría.
En cuanto al tiempo, es mejor si vais en un día nublado. ¿Por qué? Porque, en primer lugar, no hace tanto calor y, segundo, porque la gente preferirá quedarse en casa por miedo a que empiece a llover. Cuando yo fui a PortAventura, estuvo lloviendo como una hora (si no hubiera llovido, habría sido un día soleado con unas cuantas nubes), pero las atracciones siguieron funcionando con normalidad. Y me parece genial porque, por ejemplo, en el parque Gardaland de Italia, si llueve, cierran casi todas las atracciones.
Además si llueve, es el momento perfecto para ir a comer algo. Siempre que voy a un parque de atracciones en un día soleado me olvido de comer, así que la lluvia es la excusa perfecta para meter alimento al cuerpo. Claro está que la cosa sería muy distinta si lloviera todo el día, pero tengo entendido que eso es muy raro que pase en España.
¿Cómo se divide el parque?
El parque se divide en varias zonas temáticas. Hablaré de cada zona de forma resumida, destacando mis atracciones favoritas de cada una para después describirlas más en profundidad. Quiero dejar claro que es el mejor parque de atracciones al que he ido nunca. Se lo han currado un montón y me encanta.
La primera zona nada más entrar al parque se llama Mediterrània. Antes de llegar a las atracciones como tal, pasaréis por un auténtico poblado. En él, hay varias tiendas (por desgracia, algunas solo abren los fines de semana) y a finales de septiembre, lo decoraron con cosas de Halloween, como calabazas y enormes arañas en las paredes. Menos mal que las arañas no se movían, si no me hubiera dado media vuelta y habría salido corriendo del parque. Ya sabéis que se dice que a las mujeres les dan miedo las arañas y yo no iba a ser una excepción de esa regla.
La primera atracción (y la más interesante para mí) de Mediterrània es la montaña rusa llamada Furius Baco. Después de ella, ya está la siguiente zona. Os recomiendo que os subáis a esa montaña rusa porque es increíble.
La siguiente zona a Mediterrània es Polynesia, donde entraréis en la jungla auténtica y escucharéis su típica música de percusión. Allí, también podréis disfrutar del espectáculo de pájaros, del cine en 4D (el antiguo Sea Odyssey) y de una atracción de agua llamada Tutuki Splash. Si decidís montaros en esa atracción, dejad vuestros objetos electrónicos en el punto que hay para eso antes de subiros porque terminaréis totalmente empapados. En Polynesia, también está la casa encantada, ambientada en la película Rec. La entrada a esa atracción cuesta cinco euros, pero no me atreví a entrar sola, así que no puedo deciros si está bien o no. Seguramente sí, pero no quería tener pesadillas.
La siguiente zona es China y es donde están las mejores atracciones, como las montañas rusas Dragon Khan y Shambhala y otra atracción de agua (esta es mucho más tranquila que Tutuki Splash) llamada Angkor. En China, también podréis ver dos espectáculos más: un espectáculo de pompas de jabón y animación con arena. Yo vi los dos y son impresionantes. ¡Y encima son gratis!
México fue mi segunda zona favorita. La mejor atracción de allí y la que más salta a la vista es la torre de caída libre llamada Hurakan Condor. Al principio, dudaba si montarme o no, pero me gustó mucho y me subí tres veces más. Pero en la zona de México hay otras cosas interesantes aparte del Hurakan Condor. También hay pequeñas montañas rusas, como El Diablo-Tren de la mina y un laberinto con espejos llamado El Secreto de los Mayas.
La siguiente zona es Far West. Aquí, solo hubo una atracción que me llamó la atención; era una montaña rusa de madera llamada Stampida. En la zona de Far West, había un montón de espectáculos de Halloween y de laberintos del terror, que, por desgracia, no me dio tiempo a ver. Pero teniendo en cuenta lo impresionante que es el parque, los espectáculos tenían que ser increíbles. En mi opinión, la zona de Far West está hecha para pasear, comprar y probar suerte en las casetas donde había que disparar a varios objetos y se podían ganar enormes animales de peluche. Tenía ganas de probarlo, pero pensé que si ganaba uno de esos enormes peluches, ¿cómo iba a llevármelo a casa?
La última zona temática del parque es SésamoAventura en la que solo hay atracciones para niños pequeños, así que ni fui. Pero a los niños parecía que les encantaba porque escuché gritos de emoción todo el tiempo.
Halloween en PortAventura
Como ya he mencionado en el apartado de las entradas, la entrada para la noche de Halloween cuesta dieciocho euros.
Pero no tenéis que pagar la entrada para sentir el espíritu de Halloween. Ponen decoración de Halloween por todo el parque y hay actores que se disfrazan de zombis y vampiros y que van deambulando por allí e incluso os podéis hacer una foto con ellos.
En este preciso momento, me estoy planteando seriamente ir a una de esas noches de Halloween. Yo trabajo entre semana, pero puede que merezca la pena estar una noche sin dormir para ver uno de esos increíbles espectáculos. Bueno, lo pensaré, pero si decido ir, escribiré un blog sobre la experiencia para que sepáis si merece la pena o no.
Mis atracciones y espectáculos favoritos del parque
El parque es enorme, así que no podría hablaros de todas y cada una de las atracciones que hay. Además, no me monté en todas las atracciones, solo en las más fuertes y como algunas me parecieron una pasada, quiero describirlas más en detalle.
Antes de ir al parque, me hice una especie de plan con el orden que seguiría para las atracciones porque no quería ir a las atracciones más fuertes nada más llegar, como al Hurakan Condor, por ejemplo. Si queréis ir a esa, por ejemplo, puede que esté cerrada y tengáis que esperar.
La primera montaña rusa en la que me monté ese día fue una bestia llamada Furius Baco. Está en la zona Mediterrània, muy cerca de la entrada del parque. Es una de las atracciones más cortas, pero también una de las montañas rusas más fuertes en las que me he subido. Si la veis desde lejos, solo veréis que tiene unos cuantos giros y vueltas. Así que, ¿qué tiene de especial? La respuesta es: la velocidad. Furius Baco es conocida por ser la montaña rusa más rápida de Europa, ya que sube de 0 km/h a 135 km/h en solo tres segundos. Ahora ya os podéis hacer una idea de lo rápido que acelera.
Como en los otros parques temáticos, Furius Baco está muy bien decorada. Cuando estéis atados en el asiento, la atracción avanzará unos metros y veréis una pantalla sobre vuestra cabeza en la que os pondrán unos dibujos. Eso dibujos cuentan la historia de un hombre que inventó una máquina para coger uvas y, después, el mono que tenía como mascota le dio al botón incorrecto e hizo que la máquina acelerara muy rápido. En este caso, como bien sabréis, la montaña rusa es la máquina que recoge uva. La cosa es que estaba tan distraída con los dibujos que no me esperaba el arranque tan brusco.
¡Vaya pedazo de acelerón! Estuve varios segundos sin poder respirar, pero la mejor parte ya había casi terminado porque al final me acostumbré a la velocidad. Después, ya solo quedaban unas cuantas vueltas boca arriba y boca abajo. Puedo parecer floja, pero estuve temblando varios minutos después de bajarme. Como casi todas las montañas rusas del parque tienen cámaras, cuando os bajéis podéis ver vuestras reacciones. Mi cara en Furius Baco fue la más graciosa y como no me esperaba que acelerara tan rápido, salí con los ojos abiertos como platos de la sorpresa.
La siguiente montaña rusa en la que me monté ese día fue Dragon Khan. Está en la zona de China y ambientada en los templos orientales y cosas de esas. Se puede ver esta montaña rusa desde todas las partes del parque, junto con otra que se llama Shambhala y es una experiencia entre las montañas del Himalaya. El Dragon Khan es una de color rojo. Cuando escuchéis el ruido que hace la atracción en la primera curva, pensaréis que es el rugido de un dragón. Al principio, cuando estaba andando por el parque, me costó trabajo averiguar de dónde venía ese ruido.
Hay cuatro asientos en cada fila y da igual donde os sentéis porque tendréis un subidón de adrenalina. Cuando la montaña rusa sube hasta arriba, no se detiene allí, sino que baja un poco y después baja tan rápido que es posible que os mareéis un poco. Al menos yo sí que me mareé. Después de eso, vienen unas cuantas curvas y un giro de gravedad cero. En ese giro, os sentiréis súper ligeros. Al final, hay un par más de vueltas. Sí, esta atracción fue una de las que más vueltas tenía de todo el mundo.
Después del Dragon Khan, os podréis montar en la montaña rusa más alta de Europa con una altura de casi noventa metros (aunque no es la atracción más alta del parque) llamada Shambhala. No tiene giros, pero sí que muchas cuestas en las que notaréis que se os sale el corazón por la boca. Lo más interesante de esta atracción son los arneses. No son los típicos que podéis ver en otras montañas rusas y que os atan por los hombros. Estos solos van por las piernas. Lo sé, da miedo.
Estaba segura de que saldría volando de mi asiento, pero no os preocupéis porque es totalmente seguro. Lo único que hace es que le añade más adrenalina a la cosa. Cuando estáis subiendo hacia arriba antes de la caída, podéis contemplar las vistas del parque e incluso de la costa. Aunque bueno, lo mejor es que no miréis hacia abajo porque os daréis cuenta de lo altos que estáis. Siempre que me monto en una montaña rusa y miro hacia abajo empiezo a gritar porque sé lo que viene después. Si estamos subiendo, esto tiene que volver a bajar en algún momento.
Me monté tres veces seguidas en Shambhala para estar preparada para la siguiente atracción: la increíble torre de caída libre Hurakan Condor. La temática de esa atracción está inspirada en las ruinas mayas y en el sacrificio a los dioses con la torre, claro está. La torre mide 100 metros aproximadamente y aunque no es la más alta del mundo, algunos dicen que es la mejor por los asientos que tiene. ¿Queréis saber más? Entonces seguid leyendo. En Hurakan Condor, podéis elegir entre tres asientos distintos. Uno de ellos no tiene plataforma, por lo que estáis casi suspendidos en el aire, el otro tipo son asientos inclinados y, por último, los normales.
Haceros un favor y no elijáis los normales, es mucho más divertido con los otros dos tipos. Pero también da más miedo. Si elegís los inclinados (que son bastante incómodos, pero merece la pena), tendréis la sensación de que en la subida, os resbaláis del asiento. La atracción sube muy despacio. Muy muy despacio. Mientras subíamos, pensé que ya estaríamos llegando arriba y cuando miré, no llevábamos ni la mitad del recorrido. Lo bueno del Hurakan Condor es que sabéis cuando viene la caída. Hay cámaras arriba del todo y cuando veáis el flash, es cuando caéis. Si queréis que el impacto sea menor, no cerréis los ojos,
Además, una vez arriba, los asientos se inclinan tanto que casi os obligan a mirar hacia abajo. Las personas que están abajo parecen hormigas. Al principio me dije a mí misma que no miraría hacia abajo, pero después (por accidente) lo hice y tuve suerte de ver una atracción que antes estaba buscando pero que no conseguía encontrar (la montaña rusa Stampida). Después, vino la caída. Me dio menos miedo de lo que pensé. Creedme que el nudo del estómago es mucho pero en Shambhala. Puede que me hubiera dado más miedo si no me hubiera subido antes a Shambhala.
Lo más divertido de esa atracción son las fotos que podéis ver después de bajaros; son caras de auténtico terror. Yo compré una y me costó 7, 95 €. Casi nunca compro las fotos de los parques de atracciones, pero si la compráis en esta atracción, veréis lo altos que estabais y, para mí, eso ya merece la pena.
Después del Hurakan Condor, fui a probar la atracción que había visto desde allí arriba; una montaña rusa de madera llamada Stampida. Es un concepto bastante interesante: la montaña rusa cuenta con dos carriles paralelos y hay un tren azul y otro rojo. Así que es como una carrera, los dos trenes corren uno al lado del otro y el que llegue primero, gana. Siento haceros spoiler del final, pero el tren rojo es el que siempre gana. Al menos, cuando yo lo vi, ganó siete veces seguidas. No es muy justo, pero bueno, tampoco se le puede echar la culpa a una montaña rusa que aunque llegue al final, obtiene el segundo puesto.
Como la montaña rusa es de madera, no hay ninguna vuelta, pero aun así el trayecto es muy interesante aunque no os pongan boca abajo. La atracción es muy ruidosa y con saltos y hubo algunas partes del recorrido donde pensaba que el tren iba a descarrilar. Fue la primera montaña rusa de madera en la que me subía y ahora tengo la duda de si todas las demás son así de bruscas. No fue una experiencia muy buena para mi espalda. Había otra montaña rusa de madera parecida para niños con una parte del recorrido junto a Stampida. Se llama Tomahawk, así que no os asustéis si veis a una Stampida más pequeña al lado vuestro.
Para relajarme un poco y que mi espalda descansara de tanto saltos, decidí probar el laberinto con espejos: El Secreto de los Mayas. No había visto ninguna foto de él antes de ir, así que pensé que sería uno de esos laberintos de los parques infantiles con unos cuantos espejos y con una salida muy fácil. Pero si hubiera sabido cómo era en realidad, me habría llevado una tiza y habría dibujado el camino para salir.
El recorrido por el laberinto es muy psicodélico por todos los efectos visuales tan coloridos. Tuve que parar a pensar varias veces si de verdad estaba allí o todo era un sueño. Así que, me puse muy contenta cuando por fin encontré la salida después de media hora. Me pregunté si los trabajadores entran a rescatar a la gente que no encuentra la salida después de un rato intentándolo. Podéis mirar los vídeos de Youtube, aunque la calidad no es muy buena por la poca luz, pero así veis cómo son los efectos visuales.
La siguiente atracción fue otra montaña rusa llamada El Diablo-Tren de la Mina. Pensaba que no podría haber otra atracción más fuerte que Stampida en el parque, pero estaba totalmente equivocada. Esta es otra de esas montañas rusas sin vueltas y que está hecha para niños pequeños. Lo único que nos protegía de no caernos era una barra metálica sobre las piernas. Y hacedme caso cuando digo que hacía daño. O puede que sea yo que me estoy haciendo mayor y esté más sensible. La temática de esta montaña rusa era muy guay y si la atracción hubiera sido más suave, también lo diría de ella.
Después de estas dos malas experiencias, tenía que descansar (ironía) y me monté de nuevo en las otras montañas rusas: Furius Baco, Dragon Khan (esta también fue bastante dolorosa y la cabeza me balanceaba de izquierda a derecha), Shambala y Hurakan Kondor. Ojalá pudiera poner todas esas atracciones en mi jardín porque no me canso de ellas. Si viviera cerca de este parque, vendría todos los días de mi vida.
Después de subirme a las montañas rusas varias veces, noté que mi estómago ya no quería más adrenalina, así que decidí ir a ver algunos espectáculos que había oído que estaban muy bien. Además, justo en ese momento empezó a llover y ver los espectáculos era el plan perfecto.
El primero que vi fue el espectáculo de pájaros. Tuve suerte porque pasé por el sitio donde se hacía unos minutos antes de que empezara. Pensaba que este espectáculo era una exhibición de pájaros exóticos, pero estaba equivocada. Bueno, era una exhibición, pero con otro aire.
El chico que entrenaba a los pájaros era muy gracioso e interactuaba un montón con el público. El espectáculo fue increíble. Los pájaros estaban muy bien enseñados y había algunas especies exóticas que nunca había visto. Merece totalmente la pena y, además, es gratis. ¡Ah! Duró una hora y media, mucho más largo de lo que pensaba.
Los siguientes espectáculos que vi fueron el de pompas de jabón y el de animación con arena. Había muy pocos adultos viendo el de pompas de jabón, pero aunque el espectáculo fuera dirigido a niños, me pareció muy interesante. El chico del espectáculo hacía enormes pompas y simulaba que las explotaba con la nariz, además de otras cosas graciosas. Intenté hacer algunas fotos, pero no había mucha luz, así que esto es lo que pude hacer:
El último espectáculo que vi fue la animación con la arena. Fue increíble y lo puedo resumir en: una mujer que lanzaba arena al aire y que hacía cosas increíbles. También hacía dibujos en la arena hasta el más mínimo detalle. ¿Os parece aburrido? Os aconsejo que lo veáis y seguro que cambiáis de opinión.
Como mi visita a PortAventura ya llegaba a su fin y estaba empapada de la lluvia, pensé que sería oportuno probar alguna atracción de agua. Primero, fui a Tutuki Splash y menos mal que llevaba el móvil en la mochila. La atracción comenzaba despacio e iba pasando por la jungla. Pero después, había una gran subida con una oleada de agua abajo. Si os sentáis en mitad del barco (como yo), os mojaréis bastante. Entonces, entendí por qué vendían chubasqueros a la entrada de la atracción. No me fijé en el precio, pero supongo que no serían muy baratos.
Después de empaparme en Tutuki Splash, fui a probar Angkor, una atracción ideal para descansar de las otras más fuertes y en ella ya no os mojaréis. Puede que os caigan algunas gotas de agua, pero ya está. Además, esta atracción es muy relajante y creeréis que estáis en medio de la naturaleza, no en un parque de atracciones. Esa fue la última atracción a la que me subí ese día, ya que me tenía que dar prisa para llegar al autobús a tiempo.
Comida y bebida
Resumiré lo que me pareció la comida del parque en una sola palabra: cara.
Casi al final del día, decidí tomarme un helado. No porque me apeteciera mucho sino porque solo llevaba un billete de cincuenta euros y quería cambiarlo por billetes más pequeños para poder pagar el taxi a casa una vez que estuviera en Barcelona. Ya que, por lo visto, los taxis de Barcelona solo devuelven el cambio si el precio total del viaje es menos de veinte euros. Es raro, pero supongo que ya me acostumbraré.
Así que, me pedí un helado con sabor a chicle y estaba muy bueno. Pero no puedo decir lo mismo del precio. Una bola de helado cuesta 2, 95 €. ¡Muy fuerte! No me quedaba más opción que pagarlo y disfrutar del helado. Hice una foto al ticket para enseñárselo a mis compañeros de piso porque si no no me iban a creer.
Dentro del parque, también hay varios restaurantes; hay, por lo menos, dos en cada zona. Algunos solo abren los fines de semana y no quiero ni imaginar lo llenos que estarán. Si visitáis el parque entre semana y no os habéis llevado comida, tendréis menos sitios donde poder comer.
Os voy a hablar más de los precios para que vayáis preparados. Cuando iba andando por el parque, miré los menús de los restaurantes que estaban abiertos y me sorprendí, pero para mal. El menú más barato que vi fue un menú para niños en un restaurante de comida rápida que llevaba una hamburguesa, patatas fritas y una Coca Cola y costaba diez euros. El menú para adultos costaba quince euros o más. Gracias, pero no. Además, ¿cómo alguien puede montarse en una montaña rusa después de comer comida rápida? Nunca me han dado ganas de vomitar en una atracción incluso después de haberme comido un sándwich, pero seguro que sí lo haría si me comiera un menú de comida tan pesada.
Acceso a Internet, fotos en las atracciones y palos de selfis
Por suerte (o por desgracia), hay wifi en todo el parque y no hay que pagar por ello. ¿Que por qué digo por desgracia? Porque vi a mucha gente pendiente del móvil en lugar de estar disfrutando de las atracciones. Pero bueno, supongo que vivimos en una era en la que eso es lo normal.
Para conectarse a Internet, tenéis que poner el wifi en vuestro móvil y, después, buscar la red de wifi de PortAventura. Veréis otras redes de wifi disponibles, pero son de los restaurantes o de los hoteles que hay en el parque, así que no os podréis conectar a ellas. Cuando hayáis seleccionado la red, tendréis que registraros en la página web, donde hay que poner el nombre, apellidos, email, fecha de nacimiento, país y código postal. Después, ya podéis navegar tranquilamente.
Evidentemente, la conexión no es igual en todas las zonas del parque, pero, por lo general, la velocidad es buena. Yo tenía la mejor conexión a Internet entre las montañas rusas de Shambhala y Dragon Khan y la peor era en la zona de Polynesia.
Al igual que en otros parques de atracciones, en PortAventura, podéis comprar las fotos en las que salís con cara de asustados en las atracciones. Incluso en algunas montañas rusas, hay cámaras y os hacen vídeos. También está el llamado abono de fotos que vale veinte euros y podéis conseguir las fotos de las atracciones más grandes del parque en un USB (que os dan gratis).
Además, podéis imprimir vuestra foto en tazas, camisetas, llaveros y otras tonterías. Si compráis solo la foto os costará ocho euros. No es mucho teniendo en cuenta que el tamaño de la foto es de casi un A4 y teniendo en cuenta, además, lo que costaba una foto en la atracción de caída libre del parque Gardaland de Italia, donde eran más pequeñas que una postal.
Pero, lo que menos me gustó de ambos parques es el cartel que vi en todas las montañas rusas: Los palos de selfi están prohibidos en todas las atracciones. Pero venga, ¿seguro que no podéis aguantar menos de un minuto sin haceros un selfi? Por eso hay cámaras en las atracciones, para que no tengáis que haceros vosotros las fotos. Me pregunto cuánta gente intentaría hacerse fotos antes de que pusieran el cartel de prohibición. Aunque bueno, quizá sea mejor que no lo sepa.
Los trabajadores
Por suerte, la mayoría de los trabajadores del parque hablaban inglés bastante bien. Yo no hablé mucho con ellos porque pude orientarme bastante bien en el parque (bueno, con la ayuda del mapa del parque que imprimí en casa). Pero en la mayoría de las atracciones, cuando comprobaban si nos habíamos sentado bien o si los arneses estaban bien puestos, solían bromear con los pasajeros.
Por ejemplo, la mujer que estaba en Shambhala nos dijo que aunque muriéramos de miedo en la atracción, como los arneses eran muy fuertes, llegaríamos abajo de una pieza. Esa ocasión fue antes de que me subiera a una montaña rusa por primera vez, así que estaba más asustada de lo normal y se agradece que gasten bromas para quitarle hierro al asunto.
¿Dónde se dejan las pertenencias?
Yo os aconsejo que no os llevéis demasiadas cosas, ya que no las necesitaréis. Esto es lo que yo hice: metí el móvil, el dinero, las llaves y mi DNI en una riñonera, ya que sí dejan subir con ella a las atracciones. Antes de subiros a las atracciones, podéis dejar las mochilas en los guardarropas que hay al lado de las montañas rusas (o de las atracciones a las que subáis) y los empleados se encargarán de que nadie se lleve vuestras cosas. Lo malo es que en Stampida no hay guardarropas y es un poco raro. Además, en la atracción, no sabía si agarrame para no matarme o agarrar la mochila.
También hay taquillas en varias zonas del parque y cuestan cinco euros al día, pero no parece que las use mucha gente.
Conclusión
Para concluir este blog tan extenso, quiero daros algunos consejos:
- No os subáis a las montañas rusas cuando llueva. Da la sensación de que alguien os está pinchando con agujas en la cara y los ojos y al llevar el arnés, no os podéis cubrir la cara y es súper doloroso.
- Intentad montaros en Furius Baco y Dragon Khan por la mañana a primera hora porque conforme pasa el día parece que estas montañas rusas se "cansan" y el viaje es mucho peor.
- Está la opción de pasajero único con el que podéis subiros a la atracción mucho más rápido. Cuando hagáis cola, poneos en la que dice "pasajero único". No llego a entender por qué la gente se quiere sentar con los demás en una montaña rusa y encima se quejan si sus amigos y ellos no están en la misma fila. ¡Venga ya! ¿Acaso la atracción será peor si os sentáis separados de vuestros amigos?
- Por último, un consejo muy importante: cuando vayáis al parque, disfrutad como si fuerais niños pequeños. Allí, os olvidaréis de todos vuestros problemas.
Después de escuchar tantas cosas positivas e increíbles sobre PortAventura, tuve que ponerme a pensar si yo había tenido algún problema o algo negativo en el parque o no. Solo encontré una pega, aunque no está directamente relacionada con mi experiencia en el parque. El problema es que si os ponéis en contacto con el parque a través de su página web, no responden a los emails.
Aún no he recibido ninguna contestación. Les mandé dos correos antes de ir al parque porque tenía algunas dudas sobre los servicios que ofrecían. Pero viendo que no me respondían, les mandé otro email porque pensé que a lo mejor el primero no les había llegado. Todavía sigo esperando la respuesta. Pero bueno, esta pega tampoco es demasiado importante.
Os seguro que una vez que vayáis a PortAventura, querréis volver una y otra vez. Yo ya estoy eligiendo la fecha para ir de nuevo.
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- English: Heaven for rollercoaster lovers
- Italiano: Il paradiso per gli amanti delle montagne russe
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