Livigno, Italia

Visitar Livigno

Livigno es un pequeño pueblo del norte de Italia. Lo visitan muchos turistas, tanto en verano como en invierno. Se puede ir en tren o en autobús, los cuales son —en mi opinión— los mejores medios de transporte público. Aun así, creo que es más práctico usar el coche para desplazarse por el pueblo. A pesar de que Livigno es pequeño, hay numerosas organizaciones culturales, como Gruppo Folkloristico.

En verano puedes realizar un montón de actividades al aire libre, como senderismo y ciclismo. Livigno está más concurrido en la temporada de invierno, ya que la gente va a esquiar. También hay escuelas donde puedes aprender esquí. Con los teleféricos, que empiezan a funcionar en invierno, ascenderás hasta la cima de la montaña. También podrás alojarte por un módico precio en los numerosos hostales en régimen de alojamiento y desayuno.

He visitado Livigno tanto en verano como en invierno. Esta localidad tiene una belleza cautivadora. Si visitas Livigno en la época estival, te recomiendo que vayas los primeros meses de verano (en julio, sobre todo), ya que el paisaje es mucho más imponente. Si necesitas más información de Livigno, pincha en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=ZaUdJsJY3bY

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En Livigno hay muchas tiendas y restaurantes, en los cuales sirven una gran variedad de platos por un precio asequible. Este pueblo es ampliamente conocido por no estar sujeto a ciertos impuestos estatales. Por consiguiente, se pueden adquirir por un precio más bajo ciertos productos, como dispositivos eléctricos, alcohol, combustible y un largo etcétera.

Sin embargo, hay una pequeña pega, ya que el gobierno local ha restringido el número de productos para los turistas, especialmente alcohol y dispositivos eléctricos.

Una vez que estuve en Livigno fui a comprar cuatro botellas de alcohol y cuando pasé por el puesto de control fronterizo tuve que abonar un importe adicional por la cantidad de alcohol que excedía el límite permitido.

Mi experiencia

Cuando visité Livigno en verano, me deleité probando una gran cantidad de apetitosos platos y bebidas. También disfruté de estar en contacto con la naturaleza a primeras horas de la mañana: iba a pasear por el pueblo y a escalar por la montaña. Después de la escalada, ya en la cima de la colina, me detenía para descansar, mientras contemplaba el impresionante paisaje. Asimismo, me gustaba montar pícnics en el monte con mis amigos. Los lugareños eran muy majos y no les importó para nada contarnos la historia de su aldea.

En invierno practicaba deportes de nieve. Mis amigos y yo encontramos una oferta de clases de esquí bastante barata en una academia. Fue una experiencia increíble. Me alegro de haber tenido la oportunidad de visitar Livigno.

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