7 razones por las que visitar Belgrado
¡Hola viajeros/as! Hoy quiero descubriros una ciudad de la que se habla muy poco pero que tiene mucho que ofrecer. Visité a Belgrado hace 2 años como parte de mi viaje a Montenegro, del que ya hablé en un blog anteriormente que podéis encontrar aquí. Por lo que tengo que decir que Belgrado no era mi destino final, si no una ciudad totalmente de paso en la que decidí parar un día para verla rápidamente, pues pensé que no tendría mucho que ofrecerme comparado con las costas montenegrinas que me esperaban. ¡Y que equivocada estaba! Belgrado nos sorprendió tanto que decidimos acortar un día nuestras vacaciones en Montenegro para poder visitarla mucho más. Y es que realmente tenía unas expectativas tan bajas de esta ciudad que ni dejé mi mochila en una consigna, ni tampoco busqué previamente que debía visitar o por dónde moverme, iba con la mente totalmente vacía. Y que sorpresa cuando comencé a andar y a toparme con cosas que me hicieron darme cuenta de que Belgrado sí que merece la pena y muchísimo. Además, tengo que admitir que a pesar de haber decidido alargar mi estancia allí, aún tengo una espinita clavada con Belgrado, pues sé que aún me quedan muchos más sitios que visitar. No obstante, estas son las razones que me hicieron quedarme. Pero antes…
¿Qué hay que saber sobre Belgrado antes de ir?
Belgrado es la capital de Serbia, un país que se encuentra en el este de Europa. Serbia no forma parte de la Unión Europea, por lo que viajar por este país significa ir buscando wifi a vuestro camino, ya que no hay roaming libre. También se necesita pasaporte para visitarla, aunque no visado.
La moneda de Serbia es el dinar. 1€ es alrededor de unos 118 dinares. Económicamente es un país muy barato.
El idioma oficial es el serbio y su alfabeto es el cirílico. Ojo con esto, pues no toda la información que encontremos por la calle está traducida al inglés y perderse de esta forma es muy fácil.
¿Y que hay de la seguridad? Serbia ha sido el epicentro de todas las guerras balcánicas hasta finales del siglo XX, y a lo largo de la ciudad encontraremos muchas huellas de ellas. Es por ello qué aún se sigue teniendo muchos prejuicios acerca de este país. Pero actualmente, aunque sigue habiendo muchas tensiones políticas por Kosovo, visitar Belgrado es absolutamente seguro. Mi experiencia fue muy buena y viajé en coche de norte a sur. Las únicas advertencias que me dieron fue no acercarme a la frontera entre Kosovo y Serbia.
Razones para visitar Belgrado
1. Su gente
Una de las cosas que más me llamo la atención acerca de Belgrado fueron los belgradenses. Acostumbrada a vivir en un país de gente con carácter frío (Eslovaquia), que van cabizbajos y no dados a tener conversaciones espontaneas en la calle, debo admitir que esperaba algo similar con los serbios. Pero muy sorpresa fue muy grata, pues encontré todo lo contrario. Gente dispuesta a ayudar, a enseñarnos la ciudad, a darnos indicaciones e incluso consejos sin ser pedidos. Creo que encontramos gente que realmente está cansada de que su país sea juzgado por su pasado entre guerras y actuales tensiones políticas, que quieren florecer y hacer que Belgrado tenga el nivel de interés que se merece, pues es una ciudad sorprendente. La verdad que no teníamos ni que pedir ayuda, a veces solo con ver que estábamos un poco perdidos mirando algún mapa o alguna señal, alguien se acercaba y nos ayudaban encantados. Nos dijeron muchísimos sitios que visitar y no solo en Belgrado, si no a lo largo de Serbia. Lamentablemente no tuvimos todo el tiempo que nos hubiera gustado para seguir esos consejos.
2. Vistas del río desde el Kalemegdan
El Kalemegdan es un fuerte que se ubica en el punto dónde se unen el río Danubio con el río Sava, por lo que nos ofrece una vista espectacular de la confluencia de ambos ríos. Pero también es un buen mirador para obtener una panorámica de Belgrado, pues este fuerte se encuentra elevado a unos 125 metros de altura.
Además de tener una buena panorámica de la ciudad, en el interior del fuerte hay un parque y está el museo militar, dónde podemos encontrar maquinaria militar utilizada a lo largo de toda la historia serbia. Las piezas de mayor tamaño como los tanques y cañones están expuestas en el exterior por los que se pueden ver sin necesidad de pagar. No obstante, el precio de la entrada son 200 dinares y los serbios dicen que merece la pena. Nosotros no tuvimos tiempo de visitarlo.
3. Las huellas de la guerra
Como mencioné anteriormente, Serbia ha sido muy castigada por las guerras a lo largo del siglo XX. Y actualmente, en la ciudad aún podemos encontrar restos de los últimos edificios bombardeados por la OTAN en 1999. Esto llamó mucho mi atención pues estás paseando por Belgrado y de repente te encuentras edificios a medias. Algunos serbios me dijeron que estaban así para no olvidar lo que sucedió, otros simplemente creían que el gobierno no quería arreglarlos.
4. Las joyas en forma de iglesia
Tengo que admitir que soy una persona muy fan de visitar iglesias cuando viajo a otros países, aunque no soy religiosa. Pero creo que las iglesias son el perfecto ejemplo de como los estilos arquitectónicos han ido cambiando a lo largo de la historia. Y con las iglesias de Belgrado me quedé muy impresionada pues son ortodoxas, lo que las hacen totalmente diferente a las que estamos acostumbrados a ver, y algunas de ellas también son muy elaboradas.
Iglesia de San Sava
Vista desde fuera se asemeja muchísimo a la catedral de Sofia en Bucarest, pero no tiene nada que ver. Es la iglesia ortodoxa más grande de los Balcanes y lleva años en construcción. De hecho, cuando yo fui, el interior estaba aun totalmente vacío y rodeado de andamios, solo estaba lista la cúpula. Una especia de Sagrada Familia al estilo ortodoxo.
No obstante, la iglesia es increíblemente grande y bella. Está construida por donaciones y una de las más sonadas sin duda, fue la de una empresa petrolífera, por la que, gracias a ellos, se pudo construir la cúpula en su interior.
Iglesia de San Marcos
La iglesia de San Marcos tiene un estilo diferente a la anterior, pero su tamaño tampoco deja indiferente a nadie, pues es una de las más grandes del país. Está construida en piedra marrón y merece la pena rodearla pues los laterales son incluso más bellos que la parte frontal.
El interior es más sobrio que el de otras iglesias que visité, pero igualmente bello.
6. Amantes de la historia
Serbia siempre ha sido la mala de la película en las guerras balcánicas y sin duda visitarla siempre encoje un poco el corazón, pero para los amantes de la historia (como yo) es la ciudad perfecta para sumergirte en todo el pasado de Europa del este, pues casi cada rincón ofrece una vista al pasado más turbio.
Tengo que decir, que antes de visitar esta ciudad no había tenido ningún tipo de interés en las guerras balcánicas, ni en Yugoslavia , pero una vez que la visitas, quieres entender todo lo que te encuentras en el camino y sin duda, te abre mucho más la posibilidad a conocer su historia.
La imagen es un graffiti de Gabrilo Princip, el serbio que mató en un atentado al archiduque Francisco Fernando en 1914, heredero a la corona del Imperio Austrohúngaro. Este hecho se considera uno de los detonantes de la I Guerra Mundial.
7. Calle Knez Mihailova
Esta calle es una de las arterias de la ciudad y está protegida como uno de los monumentos más importantes de toda Serbia y ¡una de las calles más bellas de Europa! Es toda peatonal y a lo largo de esta calle encontramos hermosos edificios de gran valor histórico. Su suelo es todo de mármol por lo que da la sensación de estar caminando por un palacio.
Lamentablemente, este fue el viaje en el que fui un poco desastre haciendo fotos (como en el de Montenegro, y no conserva ninguna decente de esta bella calle).
No obstante espero que estás pocas aunque, importantes razones os hayan dado la suficiente curiosidad para conocer Belgrado.
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