Visitando Montenegro

¡Hola a todos! Hace un año hice un viaje a Montenegro, un país bastante desconocido, y os puedo asegurar que me llevé una grata sorpresa, pues no esperaba encontrar tanta belleza, tanto en sus costas como en el interior. Viajé como mochilera un total de 6 días, recorriendo la costa de punta a punta, visitando el lago Skadar y visitando su capital, Podgorica.

Sobre este viaje tengo que decir que no planeé absolutamente nada, solo 3 noches en un apartamento y visitar Kotor. Así que todo fue saliendo un poco a la aventura.

¿Qué deberías saber antes de ir a Montenegro?

Montenegro es un país pequeño e independizado recientemente (2006), de Serbia. Se encuentra en la zona de los Balcanes y aunque su tamaño no es significativo en comparación a los países que le rodea, tiene kilómetros de costas de aguas cristalinas, y tristemente cada vez más explotadas por el turismo, después de la sobreexplotación de su país vecino, Croacia.

No pertenece a la Unión Europea, lo que significa que se necesita pasaporte para visitarlo. Y asegúrate de que ponen el sello tanto en la entrada como en la salida,  estando allí escuche algunas historias turbias con respecto a este tema.

La moneda que se utiliza es el euro. ¿Cómo es posible esto? Se debe a que anteriormente utilizaban el marco alemán (moneda alemana anterior al euro), cuando Alemania aceptó el euro, Montenegro no tuvo otra opción que aceptarlo también, pues el Banco central montenegrino no puede acuñar monedas al no pertenecer a la UE, sino que, hablando mal y pronto, tanto los marcos en el pasado, como los euros en el presente, son importados.

A pesar de tener el euro, el país en general es bastante barato, aunque todo depende de las zonas por las que te vayas moviendo.

A efectos legales, cuando llegas al país y tienes pensado pasar más de 48 horas, debes ir a la comisaria más cercana a registrarte como turista. Yo, siendo sincera, me enteré tarde y no lo hice, así que no sé hasta que punto sirve esta medida.

El idioma que se habla es montenegrino, bastante similar al serbio y a las lenguas eslavas en general. Si puedes controlar alguna, podrás defenderte con el montenegrino. No obstante, en las zonas turísticas la gente suele hablar inglés.

Acampar está prohibido en Montenegro, pero tampoco facilitan la vida a los campistas, pues existen pocas áreas de camping. Pero en general, si acampas en un lugar un poco retirado del meollo turístico, suelen hacer la vista gorda.

¡Comenzamos!

CIUDADES DE LA COSTA

Tivat

Tivat es una ciudad relativamente grande y cuenta con un aeropuerto que tiene conexiones desde distintos países. Se encuentra al oeste de Montenegro, muy cerca de la frontera con Croacia. En este lugar fue dónde pasé más tiempo, pues estuve alojada en un apartamento varios días.

Tivat es una muy buena opción para buscar alojamiento, pues se encuentra al lado de una de las mayores atracciones turísticas de la costa de Montenegro, Kotor. Además los precios suelen ser bastante asequibles.

Siendo sincera, me pareció una ciudad donde no hay mucho que ver, simplemente disfrutar de sus playas. Pero me gustaría destacar sus contrastes, está dividida en dos zonas claramente diferenciadas. Por una zona parece el típico pueblo pesquero con casas bajas al pie de un puerto de pequeñas embarcaciones.

Pero si continuas andando todo recto, nos encontraremos con un Tivat totalmente diferente. Hace unos años construyeron una especie de villa de lujo y un puerto de yates y embarcaciones que nada tienen que ver con las que se encuentran a 1 km como mucho. Pasear por esta zona es bonito, pero a mí me pareció todo un poco artificial. Edificios muy elaborados, algunos imitando el estilo renacentista, con arcos y columnas. Pero al mismo tiempo tiendas de lujo, restaurante carísimos y apartamentos y hoteles con precios muy fuera de mi alcance. En este sentido quedé un poco decepcionada con este lugar.

Mi alojamiento estaba en la zona dónde vivía la gente local, y por este lado puedes encontrar restaurantes buenos con precios asequibles. En esta línea quería hacer una recomendación de una pastelería de dulce típicos de Montenegro, dónde desayunaba cada mañana. Se llama “Pekara Dumidran” y está al inicio de la calle Rolovina.

Tivat está llena de pequeñas calas dónde darse un baño, aunque también cuenta con playas grandes. Yo solo visité alguna de estas pequeñas calas, con suelo de piedrecitas pero agua clara y cristalina.

Kotor

Kotor es la joya de la costa montenegrina. Un pequeño pueblo encallado en un fiordo de aguas cálidas del mar Adriático, rodeado de montañas y con un casco histórico medieval perfectamente conservado que no tiene mucho que envidiar a su vecina Dubrovnik.

Al casco histórico se accede a través de una puerta en la muralla, y una vez que cruzas la puerta, has viajado siglos y siglos atrás.

Calles empedradas, casas de piedra, laberintos de escaleras, pues el casco medieval se encuentra a los pies de un monte.

En lo alto de este monte se encuentra el castillo de San Juan y sus murallas se extienden desde el casco histórico hasta uno de los puntos más alto de la montaña. Yo fui en temporada alta (julio) y el precio para visitarlo eran 10€ más los miles de escalones que tenías que subir a lo largo de la ladera hasta llegar hasta él. Así que no entré. Recomiendo pasar unas horas andando por esta magnífica zona de Kotor, aunque a la hora de comer es mejor buscar otro lugar, los precios en la ciudad antigua son desorbitados.

Pasear por los paseos marítimos que rodean el mar también es muy recomendado, pues se consiguen vistas muy bonitas de la bahía.

Las playas en Kotor son pocas pero visibles debido a su forma semicircular. Al igual que en Tivat, son de piedra y el agua está mucho más templada que allí.

La única queja que le pondría a Kotor es el turismo masificado por los 2-3 cruceros que encallan en el puerto casi cada día. Apenas se puede andar por el casco histórico. La mejor hora para evitar estos cruceros es o temprano en la mañana o cuando está atardeciendo.

Sveti Stefan

Sveti Stefan es una isla unida por un pasillo de piedra a las costas continentales de Montenegro. Es de gran belleza pues todas las casas son construcciones en piedra que consiguen un conjunto visual muy armonioso. La mala noticia de este lugar es que no se puede acceder a ella a menos que no residas en uno de sus hoteles. Porque es lo único que hay en la isla a día de hoy. Tampoco podrás pisar sus playas pues pertenecen a dichos hoteles. Estando allí me comentaron que algunos días, los hoteles abrían las playas a todos los que quisieran ir, pero no fue mi caso. Mi consejo para este lugar es no perder mucho tiempo en él y ni siquiera molestarte en bajar porque las vistas son mucho mejores desde arriba que desde abajo. 

Petrovac

En Petrovac estuve muy de paso, porque solo paramos para bañarnos en una playa, ya que nuestro destino era el lago Skadar, pero se me hacía necesario mencionarlo por un motivo. La playa en la que estuvimos fue la playa de Petrovac (este es el nombre), y al igual que el resto, las aguas son cristalinas y el suelo de piedrecitas. Pero por lo que merece la pena visitarla es por las vistas que tienes desde la playa. En el medio del mar hay un peñón con una enorme iglesia justo frente a la costa y es todo un espectáculo. Su nombre es isla Katarina. Lamentablemente no recuerdo porque no tengo fotos de ese lugar, posiblemente porque no tenía batería.

INTERIOR

Virpazar y lago Skadar

Conseguir una buena conexión de transporte público desde la costa hasta el interior es casi misión imposible, pues las conexiones son malísimas. Hay dos formas de llegar desde Petrovac hasta el lago Skadar; a través de un túnel que atraviesa las imponentes montañas que separan la costa del interior, o yendo por la montaña. Nosotros, sin saberlo, escogimos la segunda opción haciendo autostop y la verdad que merece muchísimo la pena ese trayecto, porque a pesar de las carreteras estrechas, peligrosas y las curvas, las vistas son espectaculares y llegados al punto más alto se pueden ver por un lado el mar y por el otro el inmenso lago Skadar que Montenegro comparte con Albania. Un lago salpicado de pequeño islotes.

El chico que nos llevaba, un serbio muy simpático, por error se pasó el lugar que era nuestro destino, Virpazar. Y nos dejó al lado del lago en las ruinas de un castillo dónde tuvimos que hacer noche porque ya era muy tarde.

Al día siguiente conseguimos llegar a nuestro destino, el pueblo de Virpazar. La única atracción turística que tiene es que se encuentra a las orillas del lago y esto ha provocado una gran oleada de turismo y de negocios de alquiler de barcas y lanchas, excursiones en barco etc.

El lago Skadar es maravilloso, pero cuando vas con idea de lo que es en realidad. Y es que nuestra idea era acampar a las orillas del lago. Pero cual fue nuestra sorpresa, que las orillas en Virpazar son inexistentes y que si andas un poco más saliendo del pueblo, acceder a ellas es casi imposible pues los caminos y carreteras se encuentran en una ladera y el terreno abajo que conduce hasta el lago es casi imposible. Además las orillas están rodeadas de nenúfares, por lo que bañarse, también es bastante complicado.

La mejor opción para ver esta zona es escoger algún lugar dónde hospedarse en Virpazar y recorrer los pueblos de alrededor del lago alquilando un coche. Algunas distancias sí que se pueden cubrir a pie pues son de unos 4km, pero es por carreteras dónde circulan coches y no hay ningún sendero habilitado para caminar.

Podgorica

Nuestro último destino fue la capital montenegrina, Podgorica. Seré sincera, si es un lugar que te puedes ahorrar, hazlo. Podgorica es como un pueblo donde predomina una arquitectura gris y anticuada.

Una de las cosas que más me llamó la atención acerca de esta ciudad fue que no encontré un solo centro comercial, un Mcdonals, Starbucks y estas típicas grandes franquicias que a día de hoy se encuentran en cualquier lugar del mundo. Decidí buscar información acerca de algo que para mí era muy extraño. Y descubrí que Montenegro está cerrado a cal y canto a la globalización. Creo que si visitas Podgorica, va a ser lo que más te llame la atención porque es como viajar al pasado sin duda.

¡Y hasta aquí el blog de Montenegro!

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