La isla de la que nunca se vuelve (igual)

Isla de Gorea

Una ida sin vuelta

La Isla de Gorea, hoy en día frecuentada por turistas que vienen de viaje, cerca de Dakar, no siempre ha encerrado destinos felices. De hecho, la Isla de Gorea antes era un lugar clave para la trata de esclavos.

Los esclavos salían por esta apertura que da al sur del Océano Atlántico y no volvían nunca.

Los esclavos eran "almacenados" por centenas en unas "habitaciones" minúsculas, sin ninguna higiene. Recorrer estos lugares, llenos de personas antaño desesperadas, me dio escalofríos. Se puede entender una parte de la historia, tan difícil, a los 15 años.

Un lugar para reflexionar

El lugar es tan bonito actualmente y, sin embargo, encierra tantas historias desoladoras que el ambiente de la isla está cubierto de una atmósfera de reflexión sobre el pasado.

Una pequeña isla llena de gracia

Las casas son muy coloridas y la isla desprende un encanto particular. Los barcos se plantan allí, flotando sobre el mar para asegurarnos la vuelta, afortunados porque somos gente de nuestra época y no de otra.

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