Los últimos 5 días en Tenerife - Cuarta parte: Desfile de carnaval
El desfile de nunca acabar
Pero al rato ya se volvió pesado el tener que estar al lado de la carretera viendo a los participantes cantando y bailando, y básicamente viendo lo mismo todo el tiempo. Por supuesto que los disfraces y el tema de cada carroza es diferente, pero después de hora y media de desfile todo parecía lo mismo. Teníamos hambre y estábamos cansadas, y no queríamos ver más del desfile, pero por otra parte sabíamos que esa quizá fuera la única vez que viésemos el desfile del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife. Así que decidimos quedarnos un poco más y esperar a que el desfile acabase, esperando que fuese pronto. Al final duró más de lo que esperábamos, pero nos alegramos de haber esperado hasta el final. Después de que mi amiga vietnamita y yo comiésemos algo, los demás querían irse hacia la plaza donde tocaban los grupos de música, y los bares vendían bebidas fuera durante toda la noche. Pero como a nosotras no nos entusiasmaba la fiesta, y ya estábamos cansadas de haber visto el desfile durante tanto tiempo, decidimos despedirnos de ellos e ir caminando lentamente hacia la estación de autobuses (aún sin tener ni idea de dónde estaba).
Con el navegador funcionando en mi móvil, nos dimos cuenta de que estábamos bastante lejos de la estación de autobuses; tendríamos que caminar entre 25 y 30 minutos. Pero no teníamos elección, así que empezamos a caminar a través de la gente disfrazada y borracha; muchos de ellos también se estaban yendo a casa en pequeños grupos, pero mi amiga vietnamita y yo nos sentíamos algo solas e inseguras en aquella ciudad, ya que había muchos chicos borrachos y los españoles tienden a ser un poco ruidosos e intrusos. Cuando salimos de la zona por la que había pasado el desfile, el ambiente era más oscuro y silencioso, solo veíamos a algunas personas yéndose a casa o delante de los bares, comiendo y bebiendo alcohol.
Pensamos en pasar por el McDonald's pero no encontramos ninguno que estuviese abierto hasta las 2 a. m. Así que continuamos caminando hacia la estación, y vimos que había autobuses extra hacia Puerto de la Cruz a causa del carnaval. Para nosotras eran buenas noticias, ya que pensábamos que tendríamos que esperar una hora para el siguiente autobús, pero ya estaba ahí y salía 10 minutos más tarde. Afortunadamente no había mucha gente, así que conseguimos sentarnos en el autobús y tener un viaje tranquilo de vuelta a casa. De hecho, lo único tranquilo de toda la noche. íDespués de 30 minutos llegamos a Puerto de la Cruz, al lado del supermercado alemán, y yo cogí un taxi al hotel mientras mi amiga caminó los 200 metros que había hasta su apartamento. Yo también podía haber ido caminando, ya que no estaba tan lejos, pero después de mi experiencia con un hombre que me estuvo siguiendo durante un rato, me asustaba volver a casa sola de noche y prefería invertir 3 Euros en un taxi. Cuando llegué a mi habitación del hotel me quité la ropa y me metí a la cama. ¡El carnaval había sido agotador!
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