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Viaje al norte de Chile y Bolivia


Cuando me fui a vivir algunos meses a Chile, tuve la ocasión de viajar un poco. Con algunas amigas, visitamos el Norte de Chile y dimos una vuelta por Bolivia. Os cuento mi viaje aquí y os doy algunos consejos. No dudéis en preguntarme lo que queráis en los comentarios, así podré completar mejor el artículo.

La salida

Nos fuimos el 14 de noviembre. Al principio, cogimos el avión de Santiago a Calama. Si queréis hacer este viaje, os aconsejo que reservéis el vuelo lo antes posible. Normalmente, la compañía LAN propone ofertas si reserváis con antelación. Nosotras solo cogimos el vuelo de ida y nos bajamos después en autobús porque queríamos matar dos pájaros de un tiro y ver también Serena. Pagamos unos 57 euros por el vuelo de Santiago a Calama. El bus de San Pedro a Serena nos costó unos 40 euros. El de La Serena a Santiago, sobre 15. Atención: pasamos 26 horas en el primer bus y 12 en el segundo, así que si queréis viajar así tenéis que estar muy seguros de querer hacerlo. ¡Es larguísimo!

Llegada al desierto

Cuando llegamos a Calama y bajamos del avión, las vistas que teníamos ante nosotras eran espectaculares. Nos encontrábamos en el medio del desierto. No había nada. Era irreal a la par que espectacular. Después, fuimos en coche hasta la ciudad de San Pedro de Atacama. El trayecto duró unas dos horas. Durante el camino no vimos absolutamente nada, salvo el desierto. Ya empezaba a gustarme porque son paisajes que no estamos acostumbrados a ver. Adoré la ciudad de San Pedro de inmediato, muchas callejuelas con restaurantes pequeños y tiendas de souvenirs. Hacía mucho calor. Me dio la ligera impresión de que se parecía a los pequeños pueblos marroquíes. Nunca he ido, pero siempre me los he imaginado así. Era tarde, así que nos acostamos para poder levantarnos muy temprano al día siguiente y... ¡empezar a visitar todo!

¿Qué hacer cerca de San Pedro?

Hay muchísimas opciones en cuanto a las excursiones que se pueden hacer en el desierto. Nosotras preferimos no ver todos los lagos porque sabíamos que íbamos a ver muchos cuando pasáramos por Bolivia. Así que decidimos hacer otras dos excursiones que recomiendo encarecidamente.

Géiser del Tatio

¡El primer día nos levantamos a las cuatro y media de la mañana! De hecho, el camino era muy largo para llegar al Géiser. ¡Subimos a una altitud de 4000 metros! : ¡-4 grados! Mientras que en San Pedro hacían unos 28º. Por suerte nos avisaron de que haría frío y llevamos ropa adecuada. Me pareció que la excursión valía la pena. Los géiseres eran enormes (ver las fotos). Dudamos un poco sobre si hacerla o no porque también íbamos a verlos en Bolivia. Pero bueno, los que vimos en Bolivia no tenían nada que ver. Después pudimos bañarnos en las aguas termales. Molaba mucho porque hacía mucho frío fuera pero el agua estaba calentita. Luego hicimos algunas paradas en lugares muy bonitos y extraordinarios que pudimos fotografiar. En resumen, recomiendo encarecidamente esta excursión.

Valle de la Luna

Por la tarde, fuimos a un ambiente totalmente diferente. Visitamos el "Valle de la Luna". Se llama así porque da la impresión de estar en la luna. Las vistas son increíbles y fantásticas. Ni siquiera puedo describirlas porque es un paisaje único que nunca he visto antes. El desierto muestra tonos anaranjados en algunas partes y en otras el suelo aparece cubierto de sal y por tanto, parece negro y blanco (ver las fotos). A aquellos que habéis ido al Bryce Canyon en Estados Unidos, la entrada al parque me recordaba un poquito al parque americano. Al final del día subimos a la cima de una colina para admirar la puesta de sol en el valle de la luna. Solo puedo decir: ¡magnífico!

Sandboarding

El segundo día en San Pedro, nos apetecía algo más "relax". Eramos conscientes de que aún nos faltaban cuatro días en Bolivia. Por la mañana, comimos tranquilamente. Por la tarde, nos apeteció probar el sandboarding (como el snowboard, pero sobre arena). Nos daba un poco de miedo al pensar que podía ser difícil, ya que ninguna había hecho snowboard. Al final, la experiencia resultó ser muy divertida y no fue tan difícil. He de confesar que me caí varias veces, pero a decir verdad, eso es lo más divertido. Caerte en la arena no duele. Los monitores lo grabaron todo y pudimos vernos en acción después... Súper divertido, os lo aseguro.

¿Qué hay que preparar para las excursiones?

Cuidado, informaros bien sobre dónde vais a ir. En algunas excursiones las altitudes son muy elevadas; por lo que hace mucho frío y hay que vestirse con ropa de abrigo. Sin embargo, en otras te quedas a la altura de San Pedro y hace más bien calor (obviamente depende de la estación en la que vayáis). También hay que ir con bastante dinero. De hecho, antes de salir tenéis que pagar la excursión pero no es suficiente. Al entrar al parque hay que pagar otra vez, no es mucho pero hay que hacerlo (el precio suele oscilar entre los 3 y 7 euros). He de confesar que no me ha gustado mucho el método, me parece que debería de incluirse en el precio de la excursión.

Si solo queréis ver San Pedro y sus alrededores (sin ver Bolivia)

No os preocupéis si no habéis contado con visitar Bolivia. Como he mencionado más arriba, hay muchísimas actividades y podéis entreteneros fácilmente en los alrededores de San Pedro. Algunas amigas mías ya estuvieron en Bolivia, por lo que en esta ocasión solo fueron a San Pedro y pudieron hacer más excursiones. Fueron a ver unos lagos de un agua tan salada que se podía flotar. Una excursión que me hubiera gustado ver un montón es la de las "Piedras Rojas" pero era bastante cara, razón por la que no fui. ¡Por desgracia no sabemos siempre lo que hacer!

¡Cuidado con las estafas a los turistas!

Si queréis hacer este viaje ahorrando, entonces leed bien esto. Cuando lleguéis al albergue juvenil o al hotel, pueden deciros que tenéis que reservar directamente las excursiones con ellos ya que si no, "no quedará más sitio". Como buenas turistas, reservamos inmediatamente las dos primeras. Sin embargo, dando una vuelta por el centro de San Pedro, ¡vimos una veintena de agencias que vendían excursiones! En primer lugar, normalmente es más barato reservando con las agencias porque el hotel/albergue va a comisión (algo bastante lógico).

En segundo lugar, también puedes negociar el precio con el vendedor. Es lo que hicimos en la actividad del sandboarding. Fuimos a mirar precios a las agencias, costaban siempre 15 000 pesos. Uno de los vendedores aceptó dejárnoslo por 12 000 pesos (ya te ahorras 5 euros). Lo mismo pasa en Bolivia, no necesitas reservar antes porque todos los días salen nuevas excursiones. Os recomiendo encarecidamente que paséis por una agencia que se llama "Estrella del Sur", con la que podéis negociar. Nosotras dimos la vuelta por 118000 en vez de los 130000 pesos chilenos, si mal no recuerdo.

Comer en San Pedro

En mi opinión, la comida fue la parte negativa de San Pedro. De hecho, es una ciudad turística. Realmente hay poca gente que viva allí, por lo que en el centro de la ciudad no había ningún supermercado. Solo habían algunas tiendas que vendían pan y unas pocas verduras, nada más. Era casi imposible intentar cocinar nosotras (para no gastar en restaurantes todos los días). Casi siempre fuimos a restaurantes que me parecieron carísimos para la calidad de la comida.

No es que sea caprichosa para comer pero de verdad que aquí no he podido estar a gusto. He comido muy mal y además, era caro. Saben que a los turistas no les queda otra que ir a alguno de sus restaurantes (porque estamos en el medio del desierto) y se aprovechan un poco de la situación. Fuimos a un restaurante que tenía una decoración muy chula (¡y típica! ). Pero al final comimos mal. Esperamos más de una hora y media para que nos atendieran, para que al final nos pusieran unos bocadillos sin salsa, patatas fritas crudas y mini-pizzas a un precio desorbitado. En otras palabras, si vais a San Pedro por razones gastronómicas os vais a decepcionar bastante.

Salida a Bolivia

Os cuento ahora nuestro paseo por Bolivia. Para empezar, no tenéis que olvidar ir a cambiar los pesos chilenos por unos pocos bolivianos. Tenéis que pagar en la frontera para poder entrar al país. Luego, tendréis que pagar la entrada a los parques naturales y más tarde otra vez para salir del país. No me acuerdo exactamente de cuántos pesos cambié, pero sí que sé que cogí muy pocos. Ya no tenía para pagar al salir del país. Por suerte, una de mis amigas cambió demasiados y pudo prestarme. Pedid consejo a la agencia con la que os vayáis para saber cuánto es lo recomendable. Durante la vuelta por Bolivia, os pararán también en un mercadillo donde venden souvenirs típicos de Bolivia. Si os interesa, coged un poquito más para que podáis comprar algo.

Me daba mucho miedo viajar a Bolivia. Me dijeron que el frío era insoportable. Ahora puedo decir que no es verdad. Fuimos en noviembre y, en esa época, sí, hace frío pero sin pasarse. Con unos vaqueros, las zapatillas de deporte, un buen jersey, una bufanda y una chaqueta sobra. En cambio, amigas mías se fueron en pleno invierno (en agosto) y me dijeron que pasaron mucho frío.

¿Cómo fue la vuelta por Bolivia?

El viaje duró 4 días y 3 noches. Viajamos el día entero en unos coches de seis plazas además de la del conductor (ver foto). Hicimos varias paradas para ver lo más interesante del desierto. A los adictos al máximo confort, no les aconsejo esta excursión por varias razones. Para empezar, durante el día, no tengáis en mente ir al baño porque...no hay. Estáis en mitad del desierto y la pausa que hacen para comer al mediodía es en mitad de la naturaleza (no vais a restaurantes). Si por suerte os paráis en sitios en los que haya, no serán los típicos baños. No hay cadena y tendréis que tirar un cubo de agua... Hay veces que ni eso, son como cabinas que recuerdan a los baños de la India.

Sin embargo, me asustaron mucho cuando me dijeron que tampoco habrían baños por la noche. No es verdad, en el primer hotel dejaban mucho que desear, pero en el segundo y el tercero eran normales, como en Europa. En cuanto a las duchas, no podréis lavaros ni la primer noche, ni la segunda, ni la tercera, porque no hay. En el segundo hotel sí porque era un poquito más lujoso (incluso con agua caliente) pero para ello hay que tener suerte y llegar al hotel de los primeros. Reconozco que al leer esto puede parecer algo estresante, pero una vez ahí no se está nada mal, es parte de la experiencia.

Bolivia: día 1

El primer día fuimos a varios sitios. La primera parada la hicimos en la "Laguna blanca", un lago de color blanco, como su propio nombre indica. El segundo lago se llama "Laguna verde", y es, lógicamente, de color verde. Nos bañamos otra vez en aguas termales que estaban más calientes que las de Chile. La última parada era en la "Laguna colorada", que es un lago de colores.

Bolivia: día 2

Vimos muchos lagos. Lo particular de este desierto es que tiene muchos flamencos rosas. Los hay de diferentes razas y tuvimos la suerte de poder ver a bastantes. También nos paramos cerca de un viejo tren abandonado, gracias al cual pudimos hacer unas fotos estupendas.

Bolivia: día 3. El momento tan esperado...

El momento que todas esperábamos ansiosamente era, sin duda alguna, el salar de Uyuni. Este salar es el desierto de sal más grande del mundo, se pierde en el horizonte y todo. Ofrece unas vistas increíbles, imposibles de describir. Lo mejor es echar un vistazo a las fotos que he añadido al artículo. En el medio del salar, hay una pequeña isla llamada "Isla de Incahuasi" a la que nos subimos.

Esta isla está cubierta de cactus y ofrece unas vistas maravillosas del salar. En la orilla de la isla, nos dieron un pastelito casero para comer. Este salar muestra un paisaje que no puedes ver en cualquier otra parte del mundo y os recomiendo encarecidamente esta experiencia, al menos una vez en la vida, si tenéis la ocasión. Para mejorar incluso más la experiencia, intentad ir durante la estación de lluvias porque el cielo se refleja en el agua y parece que las vistas son grandiosas. Sin embargo, hay que tener mucha suerte porque la estación de lluvias dura solo tres semanas y es diferente cada año.

Bolivia: día 4

El último día no visitamos nada más. La mayor parte estuvimos en el autobús de vuelta a Chile. Aunque la experiencia merezca la pena, tengo que decir que el último día estábamos deseando volver a nuestra comodidad cotidiana.

La comida en el Uyuni Tour

Lo bueno de este tour es que está todo incluido en el precio de la excursión (excepto los gastos para entrar y salir que he dicho antes). La comida y los hoteles están incluidos. Me advirtieron de que comería muy mal. No es cierto, me pareció que todo estaba muy rico. Pudimos comer espaguetis a la boloñesa, sopa todas las noches, fruta, arroz, carne, verduras... Incluso pudimos beber una botella de vino tinto las dos primeras noches. La verdad es que había de todo, teniendo mucho en cuenta la escasez de medios que hay en el desierto. El único inconveniente era la cantidad. Advertencia a los glotones: contad con pequeños snacks para llevar encima porque todas las porciones son bastante reducidas.

¡Cuidado con la altitud!

Me habían advertido con la comida y la comodidad pero nadie me dijo nada de los problemas de altitud. De hecho, pasamos de 2500 metros de altitud a unos 4300 mètres. La diferencia es enorme, y yo que soy belga, no tengo el cuerpo preparado para estas alturas. Para mí fue lo peor del viaje. El primer día me dolía la cabeza todo el día. Los medicamentos que tomo normalmente cuando me pasa esto no funcionaban.

Cuando llegamos al hotel sobre las seis de la tarde, estábamos todas cansadísimas por la altitud. Cada vez me dolía más la cabeza hasta el punto de volverse insoportable. Una mujer me ofreció una pastilla para la altitud, pero no funcionó bien e incluso me sentí peor: no podía respirar. Tuve algo parecido a un ataque de asma. Al final, nuestro guía me hizo un té de hojas de coca. Después de tomármelo me sentí mucho mejor y el resto del viaje no tuve más problemas. Los bolivianos están acostumbrados a la altitud y beben té de hojas de coca para poder soportarla mejor. Así que, si no os encontráis muy bien no esperéis al último momento para pedir este tipo de té. Todos los días nos acostábamos entre las ocho y las diez porque estábamos reventadas.

¿Por qué recomiendo el viaje?

Hay muchas razones. Es una experiencia extraordinaria. A veces las condiciones son duras y no creo que sea el tipo de viaje que se hace muchas veces en la vida porque cansa mucho, pero los paisajes son espectaculares y merecen la pena. Podéis descubrir lugares que no se parecen a nada que hayáis podido ver antes. Además, la idea es muy diferente. El viaje en coche por el desierto las seis, fue muy divertido y es una forma de viajar bastante diferente a lo que estamos acostumbradas. Lo recomiendo encarecidamente a todos los que quieran visitar América del sur.


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