San Pedro de Atacama y Salar de Uyuni

SAN PEDRO DE ATACAMA, CHILE Y SALAR DE UYUNI, BOLIVIA.

El año pasado estuve en Santiago de Chile de Intercambio durante 5 meses. Durante esos meses he disfrutado de conocer a mucha gente, culturas y maneras de vivir diferentes. Y, sobre todo, he tenido la suerte de poder viajar a San Pedro de Atacama y conocer más la cultura de Chile, lo de verdad.

El viaje comenzaba un miércoles por la mañana, donde desde el aeropuerto de Chile nos íbamos a Calama, un pueblecito anterior a San Pedro desde donde ya hay aeropuerto y se puede viajar.  Una vez en Calama, en el aeropuerto reservamos una furgoneta que nos llevaría hasta San Pedro, con un precio de ida y vuelta de 20€ por persona. Una vez llegas al aeropuerto, ya la gente está esperando para hacerte ofertas y la verdad que nos hicieron una pequeña rebaja y nos gustó, puesto que sino íbamos a buscar algún taxi que nos llevara.

Ya desde que nos montamos en la furgoneta y salimos de Calama hacia San Pedro, el viaje se hacía más y más bonito. Además estábamos en el atardecer por lo que el cielo se veía precioso junto a los paisajes tan llamativos.

Llegamos a nuestro hostel, “Laskar”  el cual nos salía más barato después de todos los que habíamos visto y aunque el hostal no era lo mejor del mundo, tenía lo básico y estaba limpio. Lo bueno, es que tenía un patio enorme y súper bien decorado, donde después de las terribles caminatas podíamos sentarnos a descansar al sol.

A pesar de haber ido en invierno, el sol por el día apremiaba, en cambio por la noche las temperaturas bajaban y había que abrigarse.

El primer día, aunque ya de noche, decidimos irnos agencia por agencia buscando cual era la de mejor precio para hacer nuestros viajes. Empezaríamos por realizar las excursiones al “Valle de la Luna”, “Lagunas altiplánicas”, “Laguna Cejar, Ojos del Salar y Laguna Tebinquiche” además de la excursión a “Geysers del Tatio y Machuca”. Posteriormente, desde San Pedro haríamos la excursión al Salar de Uyuni donde pasaríamos 3 noches y 4 días.

Después de 1 hora preguntando precios y condiciones de los viajes, nos decidimos por una agencia, que si mal no recuerdo se llamaba “Latchir” en la que nos hacía 4 excursiones por el precio de 3. El precio fue muy bueno y además nos trataron exquisito y los tentempié que nos ofrecieron eran suficientes  y muy ricos. Recomendable 100%.

Para la excursión del Salar de Uyuni escogimos una agencia que ya nos habían recomendado que se llama: Estrella del Sur. Buenísima, con descuento para estudiantes y la única que la última noche ofrece un refugio con camas y calefacción, puesto que los dos días anteriores se duerme en camas pero con mucho frío.

Comenzamos con las excursiones de Laguna Cejar, Ojos del Salar y Tebinquiche. Paisajes realmente preciosos. En la Laguna cejar es donde uno puede bañarse y, el hecho de que tenga tanta sal provoca que se flote en el agua, por eso el espectáculo está servido. El agua está bastante fría, pero para ser Abril (allí ya es invierno) la verdad que el sol y el calor ayudaban.

Una vez terminamos el baño, tienen unas duchas y unos baños donde poder quitarse la sal, para evitar que la piel se irrite, asique una duchita y listas para la siguiente parada: los “OJOS DEL SALAR”. En estas lagunas también uno puede bañarse, pero en aquellas épocas no había nadie. Dicen que se llama de esta manera, porque visto desde arriba parecen dos ojos.

Por último, nos dirigimos a las tres Marias y a la Laguna Tebinquinche, donde se juntan diferentes paisajes y ambientes. Aquí vimos la puesta de sol y tomamos un pequeño tentempié que fue estupendo.

3 Marias: aunque solo se pueden ver dos puesto que los turistas de tanto subirse a las piedras para sacarse fotos, tiraron una de ellas.

Laguna Tebinquinche: puesta de sol y tentempié.

Ese día, terminamos la excursión y ya al día siguiente hacíamos la excursión al Valle de La Luna y de la Muerte.

Son lugares, realmente preciosos. Pasamos por debajo de rocas llenas de sal, las escalamos, disfrutamos de paisajes preciosos, subimos a la Gran Duna o Duna Mayor y sacamos fotos en un mirador, "El mirador Kari, piedra del Coyote, desde allí puede verse todo el Valle de la Luna, impresionante. Allí las vistas son maravillosas y la calma eterna, pero el turismo hace que aquello esté lleno de gente.

La tercera y última excursión nos tocaba el día siguiente a las 5 a.m. “Los geysers del Tatio”. Pasaban a por nosotros en la madrugada, recogíamos a las personas que realizaríamos la excursión y nos íbamos de camino hacia los Geyseres. Una vez que llegamos, todavía de noche, vimos el amanecer allí, mientras nos enseñaban los geysers y sacábamos millones de fotografías. Impresionante aquel lugar, pero con unos -8ºC de temperatura, no daban muchas ganas de pasar mucho tiempo allí fuera.

Pronto nos pusieron el desayuno, realmente bueno y muy abundante, para repetir. Y una vez nos dieron las 10 a.m. nos llevaron hasta otros geysers dónde, además había termas de agua caliente naturales en las que podía bañarse la gente y de nuestra excursión solo dos decidieron bañarse, los demás estábamos muertos de frío.

Durante el camino, animales típicos caminaban por el paisaje, las llamas. Una vez terminado, nuestro camino iba hacia el pueblo de Machuca, un pueblecito en el medio de la nada, donde viven sin luz y viven de los turistas. Además, venden carne de llama, que dicen está muy rica pero que yo no probé. Cuando terminamos el viaje, de vuelta a casa, tan solo queríamos ducharnos y descansar. Nos compramos comida en las tiendas pequeñitas del pueblo de San Pedro y pasamos el resto de la tarde descansando para el viaje que nos venía al día siguiente: Salar de Uyuni.

Tengo que recomendar que se lleve comida como cacahuetes (manís), manzanas, chocolates, zumos… en la mochila de viaje porque la comida allí es muy cara y, si se va como excursionistas hay que ahorrar en todo lo que se pueda.

Al día siguiente pasaban de nuevo a por nosotros a las 6 a.m., como ya dije la agencia “Estrella del Sur” (100% recomendable) y ahí te llevas toda la mochila contigo o preparas otra más pequeñita para llevarte contigo para esos 4 días en el Salar.

Nos recogieron y pasamos la frontera después de enseñar nuestros pasaportes y papeles. Una vez todo en regla, arrancamos hasta una zona llena de Jeeps, donde nuestra agencia tenía a nuestro conductor preparado. Este se encargó de subir todas nuestras pertenencias a la vaca del coche y desayunamos muy variado y abundante también. Ibamos a compartir el viaje con 3 personas más, que resultaron ser encantadoras: una chica brasileña y una pareja alemana.

El camino comenzaba desde aquí, cuando nos convertiríamos en una pequeña familia durante 4 días. El primer día visitábamos: La Laguna verde, la laguna blanca, el desierto de Dalí, Aguas Termales (Polques), los geyser sol de mañana y la Laguna Colorada, donde una cantidad de flamencos hacían un paisaje estupendo.

Ese día, se tiene que dormir en el Hostal Waylla Jara, que es compartido, aunque a nosotros no nos tocó nadie más que las niñas que estaban haciéndonos de comer. El sitio es helado y por la noche más porque las temperaturas bajan mucho, asique abrigaros mucho y llevad saco de dormir porque el frío puede que no os deje dormir. Con esta agencia, el hostal que os toca tiene una gente super amable. Eran dos niñas de 15 y 18 años, hermanas muy tímidas, pero que en cuanto nos acercamos a ellas nos dieron todo su cariño.

Después de pasar la peor noche, pasamos hacia las todas las lagunas: honda, altiplçanicas, chearkota, hedionda, cañapa entre otras y el árbol de piedra.

 Esa noche se duerme en el hotel de sal “Tambo loma” en el que ya ofrecen agua caliente y camas súper cómodas para dormir.  Esto es lo bueno de esta agencia, tiene su propio Hotel para darle al menos una noche de buen descanso a los excursionistas.

El tercer día, a las 5 a.m. salimos de camino, ahora sí, al Salar de Uyuni. Un sitio precioso con una inmensidad tremenda, donde casi no ves el final. Llegamos mientras amanecía y se volvía todo precioso.

Subimos a la Isla de los Pescadores, desde donde se ve todo el amanecer y una vez bajamos, nos dieron el desayuno, que de nuevo estaba riquísimo y muy abundante. De aquí después de unas horas en el Salar, nos fuimos al Museo del Sal, Minas del Sal y el Cementerio de Trenes, donde comimos y descansamos un rato.

Desde aquí, nos dirigimos al pueblo de Uyuni, donde nos llevaron  a la oficina de la agencia. Aquí cambiaríamos de chófer aquellos que escogimos la excursión de 4 días y los demás seguirían la excursión por otro lado.

Nos tocó esperar desde las 14.00 hasta las 16.00 para que nos llevaran hasta un pequeño hostal super acogedor y lleno de vida. Nuestro conductor durante todo el camino fue muy amable y cercano, siempre con una sonrisa en la boca, lo que nos hizo sentir más cómodas todavía.  Allí pasamos nuestra última noche, hasta las 5 a.m. del día siguiente que saldríamos ya de camino para la frontera de Bolivia – Chile y volveríamos a San Pedro para finalizar nuestro viaje.

 Un viaje super bonito y para disfrutar mucho, pero eso sí, hay que ir muy abrigado y con más comida en la mochila para ciertos momentos. Las agencias que escogimos fueron muy agradables y cercanos, ofreciéndonos siempre lo mejor.