Salzburgo ~ Una ciudad refrescante que quita el aliento

Después de unas cuantas horas de tren muy relajantes, llegamos a la estación de Salzburgo. Como veníamos de la ajetreada y bulliciosa Viena, teníamos una imagen bonita y misteriosa de esta ciudad en nuestras mentes. Era muy tentador el pensar en tomarme un descanso de la gran ciudad y disfrutar de la naturaleza. ¡No podía esperar!

Lo primero en lo que me fijé al llegar a Salzburgo fue en el aire. El aire era limpio y fresco; respiré profundamente, despacio, dejando que el aire inundara completamente mis pulmones. Salzburgo es una ciudad relativamente pequeña y a la mayoría de los lugareños les gusta desplazarse en bicicleta, es su principal modo de transporte. La falta de coches combinado con las montañas cercanas (se encuentra a "los pies" de los Alpes), hace que esta ciudad sea una vía de escape de las ciudades más contaminantes, y me vino a la mente una palabra que puede caracterizar mi pequeño viaje a este cielo terrenal austriaco: refrescante.

Aquellos pocos días que pasamos en Salzburgo fueron una verdadera delicia, ya que nos quedamos en un apartamento Airbnb cercano a la estación de trenes y nos desplazábamos en autobús (con la tarjeta «Salzburg Pass») o a pie. Queríamos ver qué tenía que ofrecernos esta zona y su cultura, y queríamos averiguar por qué Salzburgo es un destino turístico tan codiciado. Desde contemplar las vistas desde los ventanales de un fuerte situado en lo alto de una colina y disfrutar como niños de las delicias de las fuentes del palacio de Hellbrunn, a dar un paseo en barca por los rápidos del río... Aprovechamos bien nuestra visita y dejamos Salzburgo sintiéndonos frescos y llenos de recuerdos maravillosos de esta pintoresca ciudad austriaca, sus gentes, los monumentos y la historia que les hace sentirse tan orgullosos de su ciudad.

Cuando la gente me pregunta cómo fue mi viaje a Salzburgo, hay varios recuerdos que rápidamente me vienen a la cabeza. Espero que estos recuerdos os inspiren a hacer vuestro propio viaje a Salzburgo y que también lleguéis a tener recuerdos maravillosos de esta experiencia.

Subí hasta la cima de una montaña; el mundo se extendía a mi alrededor y el viento me alborotaba el pelo. Me ceñí un poco más mi chubasquero azul deseando haber traído un gorro de lana para calentarme las orejas. Empezaba a sentirlas muy frías y entumecidas, pero se me olvidó de inmediato cuando contemplé las gloriosas vistas que tenía bajo mis pies. Las delgadas nubes formaban una capa por debajo de mí, y vi cómo se acercaban nubes grises de tormenta. Por toda la falda de la montaña se extendían campos verdes, pequeñas granjas y carreteras que zigzagueaban a través del paisaje y hacían dibujos preciosos. Un poco más lejos, pude ver el centro de la ciudad; se veía fácilmente porque las carreteras y los edificios se condensaban de repente. Me quedé sin aliento. Y esta fue mi experiencia en lo alto de la montaña. Tuve la oportunidad de disfrutar de esta experiencia a los pies de los Alpes gracias a una góndola que nos llevó hasta allá arriba desde Untersberg (se puede utilizar el «Salzburg Pass» para subir). Recordaré este momento durante toda mi vida, tanto por el frío que hacía a mediados de verano como por las increíbles vistas que me regaló nuestro precioso planeta y la naturaleza de Salzburgo.

Después de esta gran experiencia en la cima de la montaña, fuimos a pie desde Untersberg hasta el cercano zoo de Salzburgo. He estado en muchos zoos a lo largo de mi vida, incluyendo el que se encuentra en el palacio de Shönbrunn, así que esperaba que un zoo ubicado en una ciudad pequeña como esta fuese pintoresco pero tranquilo. ¡Me equivocaba! El zoo de Salzburgo se encuentra cerca del palacio Hellbrunn y, la mayor parte, está al aire libre. En este zoo hay muchos animales únicos muy atrayentes y a algunos incluso pudimos acariciarlos (solo eran un grupo de cabras, ¡pero unas cabras muy monas! ). Nos impresionó ver a un puma caminando por el recinto en el que vivía y reímos al ver a los perritos de las praderas (estaban bastante lejos de casa). Una exhibición en la que unos pequeñísimos monos saltaban de un árbol a otro dentro de su recinto nos mantuvo con la boca abierta durante un buen rato, y nos maravillamos ante los jabalíes verrugosos y sus numerosos jabatos. Esta visita al zoo fue una experiencia inesperada en el itinerario de nuestro viaje.

Salimos de nuestro apartamento, mapa en mano, intentando desesperadamente no cruzarnos en el camino de ningún ciclista mientras caminábamos por las aceras, manteniendonos alejados de los carriles bici. Habíamos salido con una misión: encontrar una cafetería vegana que habíamos visto en Internet. Después de una pequeña caminata en la que cruzamos varias calles, encontramos la cafetería Gustav. Se acercaba una tormenta y casi nos alcanzó cuando las nubes atravesaron las montañas, así que nos resguardamos de la lluvia en la cafetería y encontramos una mesa tranquila. Fue genial disfrutar de un menú vegano acompañado de unas cervezas y unos refrescos. Las sillas de colores mixtos y la decoración interior tan alegre hicieron que nuestra visita fuese muy placentera. Aseguraos de probar las tostadas francesas de Gustav, aunque no sea la hora de desayunar, pedidlas de todas formas.

Por encima de la ciudad se asienta una fortaleza de color blanco, la fortaleza Hohensalzburg. En esta fortaleza se encarcelaba a prisioneros y fue sede del poder antes de que Austria fuese un país en sí. Antes de aventurarnos a subir hasta la fortaleza, compramos unos pretzels rellenos deliciosos en una plaza de la ciudad y, después, nos dirigimos al tranvía. Durante la corta subida hasta la fortaleza, contemplamos toda la ciudad de Salzburgo, y, aunque no fuesen unas vistas desde lo alto de una montaña, eran preciosas. El aire limpio y fresco era especialmente embriagador; pasé un muy buen rato recostada sobre uno de los muros de piedra de la fortaleza, soñando despierta con aquellas verdes vistas llenas de paz. En el interior, subimos escaleras de piedra antiguas y exploramos las muchas exposiciones de armas y artículos cotidianos de la época. Una exposición interactiva extremadamente educativa sobre la historia de la fortaleza y la ciudad me ayudaron a comprender el significado de Hohensalzburg y la larga historia que ha acontecido en Salzburgo.

Espero que viváis vuestras propias aventuras en Salzburgo (Austria), tanto si estudiáis en la Universidad de Salzburgo gracias a la beca Erasmus, como si venís de visita desde una de las ciudades cercanas. Esta es una parada maravillosa en vuestro viaje, ¡y muy refrescante!

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