Salvador (Bahía)

¡Hola de nuevo! En este artículo te voy a hablar de Salvador, capital del estado de Bahía, en el noreste de Brasil.

Visité la ciudad en febrero de 2011, en pleno carnaval. Por aquel entonces, pasaba unos días de vacaciones antes de comenzar una estancia de 6 meses en Florianópolis, la capital del estado de Santa Catarina. Me concedieron una beca similar a la Erasmus, pero solo me cubría los vuelos de ida y vuelta, no los meses de estancia. La Unión Europea no soltó un duro, y ni mucho menos mi universidad. Como las clases en la Universidad Federal de Santa Catarina no comenzaba hasta unos días después, decidí detenerme en Río de Janeiro para disfrutar de su carnaval. Total, tenía que hacer escala.

En Río de Janeiro, me quedé en casa de una familia brasileña superagradable que conocí gracias a la señora que iba a limpiar a casa de un amigo de Perugia. Me acogieron una semana, en la que conocí a un grupo de chicos que fueron al carnaval de Salvador (Bahía). El caso es que me propusieron que me uniese a ellos, y yo, obviamente, acepté. Me pillé corriendo un vuelo y los alcancé. Tenían ya un piso alquilado, pero no me pidieron que les pagase nada. Aun así, me dejé bastante dinero en el taxi que me llevó desde el aeropuerto. Seguramente, hoy no cogería un taxi, pero en aquella época estaba muy verde, y por miedo de ir por ahí sola y ya de noche, no encontré otra solución. Además, no hubiera sabido cómo llegar del aeropuerto al piso de otra forma. Los chicos ya habían salido. El taxista me acompañó al piso donde dejé las maletas y luego me llevó al paseo marítimo, donde me reencontré con mis amigos.

¡El carnaval de Salvador (Bahía) no tiene nada que ver con el de Río de Janeiro! Nadie se disfraza, excepto los famosos filhos de Gandhi, que se caracterizan por llevar túnicas blancas y muchísimos collares de perlas de colores azulados. Son hombres, de todas las edades, que van dando vueltas hasta que una mujer consiente que la besen. La mujer que se deja besar recibe uno de sus tantos collares, a la que después rocían con un perfume.

Era como una fiesta popular del beso a desconocidos, en la que participaban con mucho entusiasmo, claramente, los más feos de Brasil, con la esperanza de aprovecharse de alguna pobre chica que estuviese borracha o desesperada... En fin, el carnaval de Salvador (Bahía), más que una fiesta de disfraces, parecía un festival de música. De hecho, por la calle, desfilaban enormes carrozas en las que iban artistas conocidísmos en todo el mundo. Recuerdo haber visto a Bob Sinclair, entre otros. La celebración del carnaval no tiene fin, dura toda la noche y continúa a la mañana siguiente; son 24 horas de música y baile. ¡Y mucha gente extraña!

Encima, al haber tanta gente, hacía un calor horrible, ¡incluso por la noche!

¿Cómo es el clima en Salvador (Bahía)?

La ciudad tiene un estupendo clima tropical, que se caracteriza por ser muy caluroso y poco lluvioso. ¡La temperatura mínima que registra es de 15 ºC! En invierno, las temperaturas solo bajan un par de grados respecto al verano.

¿Qué se puede ver en Salvador (Bahía)?

Principalmente, ¡muchas playas!

En las que, por cierto, no faltan obras de arte hechas con arena.

También podrás encontrarte con escenas como esta...

Pero las playas no lo son todo. Podrás visitar el característico casco antiguo de la ciudad, conocido como Pelourinho. Es tan bonito que en 1985 fue nombrado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Las calles del barrio destacan por sus viejos edificios de vivos colores, por varias instituciones religiosas y por algunos museos, como el museo Abelardo Rodriguez, el museo Afrobrasileño, el museo Tempostal y la casa-museo de Jorge Amado. El Pelourinho se extiende en torno a varias plazas muy bonitas. Increíbles son la catedral, la iglesia barroca de la Tercera Orden de San Francisco, la iglesia de San Pedro y la de Nossa Senhora do Rosário dos Pretos. Es muy típico ver a las mujeres vestidas con trajes tradicionales, como los de las siguientes fotos:

Uno de los principales reclamos del Pelourinho es, sin duda, el ascensor Lacerda. Fue construido por el comerciante Antônio Francisco de Lacerda, en 1873, para sustituir un viejo montacargas manual que pusieron los jesuitas. Sin embargo, su aspecto art déco actual se remonta a 1930. Gracias a él, es posible llegar en pocos minutos desde la plaza Cairu a la plaza Tomé de Sousa, situada en la parte alta de la ciudad, y por solo 0, 15 reales.

Tras el Largo do Pelourinho, como se conoce popularmente a la plaza José de Alencar, comienza el barrio del Carmo, que se caracteriza más que por sus modestas viviendas, por la viveza cromática de sus fachadas. Por él llegarás al barrio de Sant'Antonio. En él hay un fuerte que demarca la colina, desde el que se tienen unas vistas espectaculares al puerto.

Nazaré y Barroquinha son otros barrios que te sorprenderán y que afortunadamente no llaman la atención de otros turistas. Fueron el escenario de la película Doña Flor y sus dos maridos, basada en la novela brasileña de Jorge Amado. Toda la zona goza de un increíble encanto popular. En ella encontrarás tiendas, bares, restaurantes, así como el museo de Arte Sacra, el museo Costa Pinto y un imponente cuartel de bomberos rojo y plateado, semejante a un castillo de Disney.

No te pierdas el icónico mercado Modelo, donde podrás probar un montón de platos y los mejores productos artesanales de la localidad, además de obras de arte y souvenirs.

Por último, yo no me perdería el Dique do Tororó, un manantial natural rodeado por dos enormes carreteras con mucho tráfico y favelas. Se trata de un espléndido parque con un lago artificial en el que hay unas estatuas gigantescas de Orisha, semidioses de la mitología del África Occidental que también son venerados en Brasil.

Por la noche, las estatuas se iluminan y dejan un paisaje precioso (es una lástima que las fotos no capten bien el momento), ¡no te lo pierdas!

¿Cómo se come en Salvador (Bahía)?

Generalmente, en todo Brasil se come muy bien. El plato típico, traído de Portugal, se compone de carne o pescado con arroz y ensalada o patatas fritas. Es un plato muy completo y delicioso.

La cocina baiana es famosa en todo el mundo. Es el resultado de la fusión de las cocinas portuguesa, indígena y africana, aunque a veces se combinan con la neerlandesa, la francesa y la inglesa. La comida baiana representa muy bien a su ciudad: ¡colorida, calentita e irresistible! Sus principales ingredientes son el aceite de palma y el camarón. El pescado suele ser fresco; ¡la carne de las churrasquerías está exquisita! Comer en un restaurante es asequible. ¡Aprovecha! Yo he probado la deliciosa sopa de pescado, camarones a la brasa, bacalao frito...

Los platos populares que recuerdo son los siguientes: el vatapá, una especie de puré hecho con la molla del pan, camarones, leche de coco, anacardos, jengibre y muchas especias; la moqueca, una especie de sopa de pescado o de algún crustáceo con mucho aceite de palma, tomate, cebolla, leche de coco, limón y cilantro; la farofa, una salsa de harina de yuca bañada en aceite que se suele servir como acompañamiento de la moqueca; el carurú, un puré superpegajoso hecho con una extraña planta llamada quiabo, verduras típicas, conocidas como gombos, camarones secos y cebolla; el efo, una verdura rarísima con camarones, cebolla, anacardos y aceite de palma que probé en un chiringuito de playa; la lembreta, una sopa de moluscos con mucho limón y guindillas; la sarapatel, tripa de cerdo cocida en sangre junto con hígado y riñones... ¡Qué asco! Obviamente, no la probé.

Por otro lado, en cualquier bar o puesto callejero, encontrarás unas extrañas albóndigas hechas con harina de alubias, rellenas de camarón, cebolla, guindilla, ensalada y diferentes salsas. Estas se fríen en aceite de dendé, un tipo de palma regional. Los locales las llaman acarajés. ¡No te vayas sin probarlas porque son la especialidad bahiana! Las mejores son las de Dinha do acarajé, un puesto que hay en el Largo de Santana, en la zona de Rio Vermelho. Es un lugar que suele estar lleno de turistas y locales, sobre todo a medio día. Tal es la cantidad de gente que iba a probarlas que el propietario abrió un restaurante con los platos típicos de la cocina baiana: el Casa da Dinha. Cierra los domingos por la tarde y los lunes.

Por la calle y la playa, verás queijinhos, unos pinchos de queso que hacen a la brasa. No tienen muy buen aspecto, pero su sabor es delicioso. La primera vez que los vi, no supe qué eran. ¡Los compré pensando que eran esponjas! Pero cuando los probé, me di cuenta de que era queso fundido. ¡Estaban superbuenos! Eso sí, la higiene a la hora de prepararlos era muy discutible. La verdad es que están muy bien de precio. ¡Ten cuidado que enganchan!

Hay otros puestos en los que venden churrasquinhos de gato. Literalmente significa "pinchitos de gato", aunque son minipinchos de buey. ¡O al menos eso dicen! También puede ser que el vendedor se quedara conmigo al preguntarle qué eran... Mira, no lo sé. Solo sé que me comí un montón. Están que te mueres y son superbaratos. Después de descubrirlos, solo comía churrasquinhos de gato, queijinhos y açaí.

El açaí es un fruto típico del Amazonas. Dicen que aporta muchos nutrientes y es muy sano. Los brasileños se lo toman en cantidades industriales, ya sea exprimido, helado o al natural. La primera vez que lo vi estaba en la playa. Lo vendía un vendedor ambulante como sorbete. Mis amigos lo llamaron y me invitaron a uno. Al principio no quise, no tenía muy buen aspecto. Parecía diarrea violeta. Era la primera vez que veía algo así, y como de costumbre, los controles de sanidad brillaban por su ausencia. Me daba asco probarlo, pero tampoco quería hacerle un feo a mis amigos, que se lo estaban comiendo con gusto. Así que, qué remedio tuve... Lo probé. Y, sorprendentemente, ¡me encantó! Desde entonces, ¡les di caza a todos los açaí que me iba encontrando! Tal es así que, de regreso en Italia, ¡embarazada!, me entraban antojos de comerlo. Me compré unos 50 kg de helado, pero no estaba igual.

¡En Brasil hay mucha fruta tropical! : mango, papaya, maracuyá, guayaba, acerola, pitanga, anón, mangostino, abacaxi... Hacen muy buenos zumos de coco, recién cogidos del cocotero.

En cuanto a los dulces, ¡qué te voy a decir de los dulces! Uno de los más delciosos es la cocada, coco rallado cocido en caramelo o azúcar de caña. La goyabada, por su parte, es un dulce muy popular que se vende por raciones en los mercados. Es una gelatina de guayaba. Se come normalmente en el desayuno junto con rebanadas de pan tostadas o con queso fresco; lo llaman "Romeo y Julieta", aunque no sé bien por qué. También están para chuparse los dedos los dulces de banana, de anacardo, de carambola y de nanjea, a los que se les echa caramelo, canela y clavel. Madre mía, ¡prueba el quindim! Es una especie de flan de huevo y coco. Hay otros muchos postres, en su mayoría elaborados con cacahuete y castaña.

Si no te gusta nada de lo que te he propuesto hasta ahora, no te preocupes, hay un buen restaurante italiano en rua do Carmo 66. Se llama Alcarmo y abre de martes por la tarde a sábado por la noche. El ambiente es bonito y dispone de una terraza con vistas al mar.

¿Dónde es preferible comer en Salvador (Bahía)?

A parte de los sitios de los que te acabo de hablar, el Postudo es uno de los refugios de los artistas de la ciudad. Se encuentra en la zona de Rio Vermelho. Allí te podrás comer un buen bisté y otros tantos platos de la cocina europea mientras disfrutas de jazz en directo. Además, cada 15 días acoge exposiciones de obras de artistas locales. Tiene una atmósfera increíble, muy "tropical-chic". Su decoración se basa en estatuillas de bambú de influencia candomblé, una religión afrobrasileña.

Por otro lado, uno de los restaurantes más económicos es el Chico II, situado en un barrio muy vivo, a 10 minutos del Porto da Barra. En él, podrás comerte unos sabrosos planos combinados por no más de 4 reales. Los platos son copiosos y el servicio muy eficiente. El ambiente es muy agradable.

Si te interesa más un restaurante de comida típica de Salvador (Bahía) a buen precio, ve al Picui. Es una cabaña monísima con dos terrazas. ¡Échale el diente al puré de yuca y al buey a la parrilla! Con 15 reales comerás por 3, y si te pones, por 4. ¡Pero recuerda que cierra los lunes!

En Caranguejo do Sergipe, tienen cangrejo y lembretas (otro tipo de molusco típico de la zona) también a muy buen precio. Sin embargo, su verdadera especialidad es la casquinha de siri, o lo que es lo mismo, el cangrejo relleno.

En el caso de que no te importe dejarte el dinero en comer, en el Boi preto tienen bufé libre con la mejor carne de toda la ciudad. Y no solo eso, sino que su presentación es impecable y su personal muy educado. ¡No te dejes llevar por los entremeses porque si no luego no te entra la carne!

¿Aconsejo Salvador (Bahía) para vivir?

¡No! ¡Rotundamente, no! A ver, es una ciudad muy turística donde pasar una buenas vacaciones, pero no para quedarse a vivir. Es cierto que es una maravillosa localidad marítima que tiene una temperatura ideal todo el año, así como un gran futuro, pero ahora mismo hay demasiada pobreza y delincuencia. De todos modos, ¡visítala al menos una vez en la vida!

Aquí termina mi experiencia en Salvador (Bahía). ¡No me queda más que desearte una feliz estancia!