Segundo día en Roma (parte I)
Nuestro segundo día en Roma estuvo más lleno de actividad que el primero. Además, como habíamos pasado lo noche en nuestro alojamiento Airbnb, habíamos podido dormir y descansar bien… ¡en una verdadera cama! Así que estábamos llena de energía para seguir descubriendo la “eterna città” (bueno, debo admitir que no me hubiera molestado el poder dormir un poco más :P ).
La terraza del Vaticano: tomé esta foto cuando llegamos, pero antes de irnos regresamos a este lugar para tomar una más. Ese día el cielo estaba despejado y había sol :)
Empezando el día…
Desayunamos algo rápidamente para poder salir temprano (o bueno, al menos no tan tarde :P ) y así poder visitar tooodo lo que queríamos ver. Tomamos el famoso “trenino” para luego caminar (un montón) y tomar el metro que nos llevaría hasta nuestra primera destinación del día: la famosísima Capilla Sixtina.
Recuerdo que cuando íbamos de camino al Vaticano, vimos a un grupo de jóvenes que estaban haciendo una especie de “flashmob” con la canción “Uptown Funk”. Ya saben, esa canción súper pegajosa de Bruno Mars y Mark Ronson. Era algo que no me esperaba ver y no entendí muy bien por qué lo hacían (creo que era para promocionar algo sobre el fútbol .-.). Pero la verdad es que verlos… ¡me puso de muy buen humor para comenzar el día! :D
Foto de uno de los jardines del Museo del Vaticano. En esa sección estaban haciendo trabajos de preservación. Por cierto, recuerdo que cuando estábamos ahí, había un grupo de turistas que hablaban español. Su guía, me parece que era mexicana (escuché su acento ^^)
Ya desde antes, había comprado los boletos por internet para el Vaticano, así que no tuvimos que formarnos en la larga fila de espera (¡muuuy laaarga, por cierto!). Pero eso no impidió que nos encontráramos con varios revendedores de entradas, que nos ofrecían visitas, tours y demás.
En fin, después de caminar el tramo del metro hacia el Museo (y de verificar una o dos veces el camino en el mapa, ¡no quería perderme! :P), llegamos al fin al Museo del Vaticano… ¡donde veríamos la Capilla Sixtina!
Nuestra primera parada: El Museo del Vaticano y la Capilla Sixtina
Pues llegamos a eso de las 11:00 a.m. Yo pensaba que la Capilla Sixtina sería lo primero que veríamos y que el Museo sería opcional (así como en Milano, donde se paga por la entrada al Duomo y, si quieren, pueden ir también a visitar el Museo de al lado)… pero no, de hecho, para poder acceder a la famosa Capilla, tienen que echarse antes un laaargo recorrido de las diferentes salas del Museo del Vaticano.
Una de las numerosas salas del Museo del Vaticano. No vean la parte de abajo, ignoren a esos turistas :P Observen más bien el techo y las pinturas de las paredes de esa sección :)
Otra de las numerosas pinturas del Museo... ¡hay arte por doquier! Esta pintura estaba en el techo y me gustó mucho por los tonos pastel, así como por los detalles que la decoran en forma de marco. Al visitar este lugar, verán elementos hermosos a donde quiera que miren :)
¡Y vaya que son muchas! :O No me imaginé que fuera un museo tan grande. En realidad, es una especie de palacio con muchas secciones y en cada una de ellas, hay un sinnúmero de pinturas, piezas de arte religioso y demás. No sólo hay cosas que ver en vitrinas. De hecho, hasta el mismo edificio y su decoración son dignos de ser admirados. Pero bueno, ya les hablaré más a detalle sobre este lugar en un artículo especialmente dedicado a ese tema.
Por ahora, sólo les diré que es tan grande que mi mamá y yo pasamos ahí una buena parte del día. Tanto que incluso comimos ahí mismo, porque ya no podíamos aguantar el hambre hasta salir del lugar .-.
Las escaleras que conducen a la salida del Museo del Vaticano, me gustaron mucho por su forma de caracol :)
Segunda parada: la Plaza de San Pedro
No recuerdo exactamente a qué hora salimos de ahí, pero creo que fue alrededor de las 4:00 p.m. Cuando salíamos, escuché que una chica le preguntó a uno de los guardias sobre cómo ir a la Plaza de San Pedro (habíamos visto que quedaba muy cerca de ahí), así que decidimos ir a ese lugar nosotras también.
Camino hacia la Plaza de San Pedro. En el fondo, se observan unas columnas blancas. Atravesando esos arcos, se llega a esa famosa plaza
Creo que tanto la Capilla Sixtina, como la plaza y la Basílica de San Pedro son algunos los puntos obligatorios cuando uno va a Roma. Así que fuimos ahí. Llegamos muy rápido porque sólo tuvimos que salir del Museo del Vaticano y rodearlo. Cuando íbamos camino allá, vimos un vendedor de castañas asadas y decidimos comprar un rollo para calmar el hambre (es que la pizza no había sido mucho en realidad :/).
Noté que, a lo largo del camino, además de los vendedores de castañas y de los revendedores de boletos, había muchos puestos de recuerdos: tazas, camisetas, llaveros, manteles… todo lo que puedan imaginar con la imagen del Vaticano y de Roma. Y bueno, pues con tantos turistas que van ahí, es algo de esperase.
Uno de los diferentes stands de recuedos... "Keep calm and visit Rome"
En fin, cuando llegamos a la Plaza de San Pedro, hubo algo que me sorprendió (y no para bien): vi que había unas barreras en diferentes partes de esta. Además, para poder acceder, noté que había unos controles con detectores de metal. Era algo que no me esperaba y creí por un momento, que la entrada se pagaba. Aunque me dije que sería mucho descaro por parte de esa institución x)
Pues nos acercamos y finalmente resultó que no se tenía que pagar por entrar (¡qué bueno!). Así que nos formamos para pasar los controles de seguridad y al fin accedimos. Antes de entrar a la Basílica de San Pedro, nos quedamos un buen rato ahí en la Plaza. Recuerdo que hay dos fuentes que la decoran, las dos son iguales. Me gustaron muchoy me llamó la atención que el agua tenía un movimiento particular… no pude evitar quedarme un buen rato observando cómo caía el agua (parecía gatito hipnotizado x) ).
Una de las fuentes de la Piazza di San Pietro. Había una valla que la protegía, entonces uno no se podía acercar hasta tocarla
La Basílica de San Pedro
Después de estar un momento en la Plaza de San Pedro, decidimos formarnos para entrar a la legendaria Basílica de San Pedro. En un inicio dudé que fuéramos a entrar. Y creí que, si lo hacíamos, tardaríamos mucho tiempo haciendo fila. Pero afortunadamente no fue así :) La fila avanzó rápido y, cuando me di cuenta, ya estábamos dentro ^^
La entrada a la Basílica de San Pedro. Aquí se ven las famosas barreras de las cuales les hablé antes
Lo mismo que con el Vaticano: este lugar es tan grande, majestuoso e impresionante, que le dedicaré un artículo exclusivo ;) Pero por ahora, sólo les diré que visitamos algunas de las capillas de este templo y que, incuso, asistimos a la misa que empezó cuando estábamos ahí. (No nos quedamos a toda porque yo quise que nos fuéramos antes :P).
El interior de la grandiosa Basílica: al ver el tamaño de las personas, ya se podrán imaginar cuán altas son esas columnas, arcos y cúpulas
Una de las capillas de San Pedro: llegamos justo a tiempo porque unos minutos después de que entramos ahí, la cerraron. Vi que hubo otros turistas que se quedaron con ganas de verla
Foto del baldaquino de la Basílica de San Pedro. Al fondo de la foto se observa la cátedra de San Pedro, una valiosa reliquia que se encuentra dentro de esta basílica. Detrás del baldaquino, se encuentra el altar donde se celebró la misa a la que asistimos. Hicimos bien en ir porque sólo dejaban pasar a esa sección a los visitantes que iban a la misa
Aunque me estaba aburriendo un poco (y también porque estaba cansada .-.), pude vivir una experiencia diferente al asistir a misa en ese gran templo. La misa, por cierto, era dada en italiano. Tiene evidentemente una “musicalidad” distinta a cuando es dicha en español o en francés.
Dentro de la Basílica de San Pedro había un nacimiento y algunas de las figuras se movían. Por ejemplo, la mujer que se ve al frente, lavando ropa, lo hacía
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