Heladería en Roma

Hola a todos, hoy voy a hablaros de uno de los días que pasamos de vacaciones en Roma. En la visita del Vaticano la guía simpática de la que os hablé comentó allí en voz alta que cerca del Vaticano había una heladería muy famosa porque allí deponían los mejores helados de toda la ciudad. Su nombre era Old Bridge, y se encontraba en un pequeño rincón, muy escondida, además de ser una heladería muy pequeña. Cuando salimos de la visita decidimos ir en su busca y captura. Preguntamos a varias personas pero ninguno supo explicarnos bien donde estaba, algunos nos decían que jamás habían escuchado su nombre y otros directamente decían que no sabían dónde estaba. Uno de mis amigos, en concreto Daniel, se acordó del nombre y se adelantó unas calles para ver si la encontraba y así fue... allí estaba la heladería, pequeña como os he dicho antes pero eso sí con una cola de 20 personas al menos.

Los helados que te ponen allí son espectaculares, cargados a más no poder y el sabor del helado es exquisito. Lo mejor de todo es que sus precios son asequibles y no son nada caros, incluso más barato que aquí en España me atrevería a decir. Cuando me tocó a mí me pedí un cono de chocolate. Simplemente os digo que la cantidad de helado de chocolate era más grande que él mismo cono... y sinceramente el helado pudo conmigo y no yo con él. Empecé a comérmelo y al principio maniobraba con él a la perfección pero cuando el helado empieza derretirse empezó a generarme problemas para mantener su equilibrio, ya me entiende. Terminó manchándome toda la boca de chocolate, pero no la boca interior, sino todos los labios, cachetes y hasta parte de la frente, una locura. Además el helado al estar tan rico no podía parar de comérmelo, por lo que aún me manchaba más todavía. Las manos ni os cuento, la parte de los dedos ni se me veía la piel y no estoy exagerando para nada aunque lo parezca.

No fui el único que sufrió las consecuencias de ir a la mejor heladería de Roma, algunos de mis acompañantes también tuvieron percances del mismo tipo. Una de las cosas buenas que también tenía la heladería era que atendían muy rápido a pesar de la muchedumbre que se encontraba allí para pedir su lado, atendían tres chicos muy amables y que además trabajaban muy ordenadamente y muy rápido, por eso las colas duraban poco tiempo. Después de comer el helado nos fuimos a la plaza de San Pedro cuando ya estaba anocheciendo. Nunca olvidaré esa imagen, el Vaticano delante mía iluminado. Me senté en uno de los bancos que hay allí para contemplar el cuadro. Prácticamente me pude llevar allí unos 10 minutos sin hablar con nadie, disfrutando de la bella imagen que mis ojos podían contemplar.

Tuvimos la suerte de que la temperatura que hacía en Roma cuando nosotros fuimos era perfecta, ni hacía calor ni hacía frío, aproximadamente unos 25°, la temperatura perfecta para caminar. La verdad es que este día estuvo muy completo y todo salió bien así que cuando llegamos al hotel nadie se podía quejar de nada. Como siempre nos fuimos caminando y volvimos a pasar por la fontana di Trevi que tanto nos gustaba. Esta vez no cenamos fuera por qué teníamos bocadillos que habíamos dejado en el hotel para comérnoslo a la vuelta del día. Respecto a las bebidas la mayoría de las veces bebíamos agua por el tema que os comenté de las numerosas fuentes que hay en la ciudad y que encima el agua está perfecta.

Os recomiendo sin duda alguna de que si vais a Roma tenéis que encontrar esta heladería y disfrutar de los helados que ofrece, que además son múltiples, allí vi sabores que no había visto en mi vida, por lo menos en las heladerías de España y del resto de lugares donde había estado. Probablemente si no la buscáis en Internet antes de salir os cueste trabajo encontrarla, pero preguntando al personal terminareis consiguiéndolo. Tener cuidado como os lo coméis, yo recomiendo que lo hagáis sentados tranquilamente en un banco y teniendo preparadas muchas servilletas porque estoy seguro de que os van a hacer falta. Repito, parece que exagero pero para nada lo hago, y el que vaya podrá comprobar que lo que digo es totalmente cierto.

Aún tengo la duda de si los helados italianos son los mejores del planeta, según mi experiencia, que aunque es poca se le puede considerar experiencia, sí lo son. Un saludo.

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