Experiencia en Roma

Buenas a todos, hoy voy a hablaros de una de las experiencias que vivimos mis amigos Jesús, Daniel y yo cuando viajamos a Roma. No íbamos los tres solos, sino que íbamos con más amigos, bueno, mejor dicho amigas, pero bastó unos 20 minutos que nos dejaron solos para qué nos ocurriera lo más gracioso del viaje, por lo menos para mí y por lo que vi también para ellos. Estábamos cerca de la fontana di Trevi, dando un agradable paseo por allí y rodeados de mucha gente, ya que este lugar es de los más típicos en Roma. Todo el mundo se hace la típica foto de tirar la moneda de espaldas a la fuente para intentar tener más suerte en la vida. Dentro de la fuente hay miles y miles de monedas y ya no es la primera vez que un individuo se mete dentro de la misma para intentar llevarse dinero, teniendo la policía que intervenir.

Bueno, como decía antes, estamos tan duro un agradable paseo los tres charlando, cuando de repente vemos una tienda de licores en la que nos dio por entrar. En realidad el primero en entrar fue mi amigo Daniel, y al verlo pues mi amigo Jesús y yo no íbamos a hacer menos. Una vez dentro de la tienda y habiendo realizado el correspondiente bicheo que todo el mundo hace cuando entra en una tienda en la que nunca ha entrado, una simpática señorita sudamericana nos pregunta si necesitábamos algo y le respondemos que qué licor nos recomienda para llevárnoslo al hotel, habiéndole contado anteriormente que estamos aquí de viaje y que nos estaba costando mucho la ciudad, típica charla entre el vendedor y comprador antes de realizar un contrato. De repente la chica nos da un vaso pequeño de chupito a cada uno y empieza a rellenarlos con licores. Primero uno de mora, después uno de fresa, después uno de menta, después uno de caramelo, después Limón Chelo etc.

Qué es lo que ocurre?... pues imagínense tres amigos en Roma en esta situación. Le dijimos que por favor parara, que llevábamos bebidos nueve chupitos de distintos sabores y que ya estábamos tocados, ya me entendéis... pero la chica insistía una y otra vez más en que teníamos que probar más licores y seguía rellenando nuestros vasos. Teníamos un vacilón en tan sólo 10 minutos que llevábamos en la tienda y había que parar eso como fuese. De repente, mi amigo Daniel y Jesús me dejan solo, con el compromiso de tener que comprar una botella sólo por cómo se había portado la dependienta con nosotros y claro, metido en esta tesitura me vi obligado a comprar una botella de limón Chelo pagando yo sólo el precio. Encima me encontraba mareado pero a la vez gracioso, creo que todo el mundo me entiende porque todo el mundo ha estado así o al menos la mayoría y más hablando de un blog erasmus.

Compre la botella, salí y estos dos se estaban hartando de reír...lógico, habíamos pasado un rato inesperado que nos había hecho desconectar de la rutina del viaje turístico y que nos daba fuerzas para seguir caminando por Roma. Recuerdo que después de que nos ocurriera esto fuimos a cenar al McDonald que había justo al lado, así que tomar nota, cerca de la fontana di Trevi tenéis un McDonald, había muchísima gente pero bueno, cuando tienes hambre esperas la cola y punto. Los precios son iguales que en España y las hamburguesas y patatas del mismo tamaño, lo que sí pude comprobar y lo que me llamó mucho la atención es que la estructura de la hamburguesa viene mucho más ordenada que las hamburguesas que compras en España, es algo curioso y raro, pero supongo que tiene que ver con la cultura laboral de cada ciudad o simplemente con la rigurosidad de tu jefe.

Después de cenar, nos disponíamos a regresar al hotel para descansar y eso hicimos. Sólo teníamos que caminar 15 minutos para llegar a nuestro hogar y por fin descansar. Os digo una cosa, si de verdad quieres disfrutar de la ciudad de Roma no dudes encaminar todo lo que tu cuerpo aguante, es como de verdad vas a apreciar todos y cada uno de los rincones que tiene esta maravillosa ciudad, comprobando que no se trata de una ciudad cualquiera sino la capital del mundo y de un auténtico imperio. Lógicamente te vas a cansar pero en tu mente vas a tener recuerdos que no los tendrías si estuvieras continuamente moviéndote en transporte público...Así que este es mi consejo para vosotros. Espero que os haya gustado la experiencia, un saludo amigos. Ahí tenéis la pasta que se hace allí!

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