2. Ricominciamo

Cuando bajé del avión y pisé suelo italiano lo primero que noté fue la humedad. Sí, la humedad. El aeropuerto de Fiumicino está en la playa, y acostumbrado al clima seco de Granada había olvidado que Roma capital está muy cerca de la costa. Recogimos los 700kg de maletas y cogimos el autobús. Para ir desde Fiumicino a Roma capital hay varias opciones:

  • Taxi: cobra 45 euros con maletas y te deja en Termini
  • Bus: Terravision es el más barato, 4 euros por trayecto si la compras anticipada online. In situ creo recordar que vale 5 euros. Hay otras empresas que cobran entre 5 y 6 euros pero nosotros siempre hemos cogido Terravision. He de comentar que hay mucha gente que ha tenido problemas con esta compañía, incluidos nosotros, por retrasos. 
  • Tren: vale 8 euros el trayecto y pasa por Trastevere, Ostiense, Tuscolana, Porta Maggiore...hasta Termini. Si vivís cerca de alguna de las paradas es sin duda la mejor opción.

Ya desde el autobús escribimos a Fredy, el dueño de un piso con el que habíamos quedado para verlo. Con una mezcla entre el traductor y una suerte de suposición divina conseguimos concretar la cita para ver el alojamiento. Soltamos los bártulos en el bed and breakfast (Garia Rooms) y cogimos el metro en dirección Termini, donde se encontraba el piso. Yo había hablado ya con el casero desde España e incluso nos habia mandado fotos y videos del piso. Estaba en Via Giovanni Giolitti, una calle paralela a la estación de Termini. Viéndolo desde el móvil el piso no estaba mal del todo. Cocina pequeñita, baño sencillo, una habitación relativamente grande en la que estaríamos Estefanía y yo, otra habitación donde ya vivía otro chico español y la entrada. Para mí era suficiente pero Estefanía tenía sus dudas. En Italia es común encontrar que la mayoría de pisos destinados a alquiler para estudiantes no tengan salón. Los acondicionan como una habitación más para así meter a más gente.

Aún no sabría cómo definir la primera sensación que tuvimos cuando entramos en la famosa calle Giovanni Giolitti, pero sí que recuerdo como conforme bajábamos nos lanzaron varias miradas de "como te pille te robo". ¿Bonita primera aproximación a Roma verdad? Bueno, quizá lo esté exagerando un poco, pero ya se sabe que los aledaños de las estaciones de tren o bus no son lugares especialmente apetecibles. La zona no era agradable: caos, suciedad y mucho ruido. Lo bueno era que estaba muy bien conectado y que Termini es la única parada de metro donde confluyen la linea A y B. Para ir de vacaciones y alojarte sólo unos días puede ser perfecto, pero para vivir no creo que sea la zona más aconsejable.

Alrededor de las 20:00 Fredy nos enseñó el piso. Y la impresión no fue, ni de lejos, la misma que nos dejó cuando lo vimos en video. Muy viejo, todo lo contrario a lo que se podía considerar un lugar acogedor. La cocina oscura y muy sucia, vieja también. El cuarto no estaba del todo mal, grande y con ventanas que aislaban bien del ruido. Pero la palma se la llevó sin duda el cuarto de baño, de una estrechez dificilmente imaginable, el plato de ducha exageradamente bajo (me tendría que haber duchado agachado o sentado). Lo descartamos de inmediato. 

Después de grandes agobios y visitas a varios pisos, acabamos encontrando el que sería EL piso, mudándonos definitivamente el 1 de octubre.


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