Santarcangello de Romagna, lindura como ella sola (1)
Buenos días a cada uno de ustedes, espero que la estén pasando bien en estos días de verano.
Santarcangello de Romagna, lindura como ella sola (1)
En este post quiero contarles un poco sobre una de mis visitas a un lugar tranquilo, pequeño y acogedor que hace que uno quiera quedarse por mucho tiempo, esta visita sucedió de maneras inesperada ya que inicialmente estaba decidida a ir a Verucchio con una de mis amigas que me había venido a visitar de mi país así que juntas con nuestras bicicletas (para nuestras buena suerte yo tenía dos bicicletas, así que una se la presté a ella) nos fuimos a la zona del rio Marecchia estábamos con mucha energía pero después de hacer un recorrido largo por aquí, estuvimos haciendo una parada por algunos punto del margen del río donde aprovechamos para poder tomar un par de fotografías y comer un poco de frutas en medio de los ambientes naturales que nos ofrecía este lugar maravilloso.
- una de las cosas más tradicionales que pueden encontrar en la zona de Emilia Romagna son las sencillas piadinas que fue uno de los platos que almorzamos aquella tarde estando en Santarcangelo de Romagna -
Mirando el celular a través de la aplicación de google maps me di cuenta que aún faltaba regular para poder llegar a Verucchio así que le propuse a mi amiga hacer un desvío hacia la derecha para poder ir ya no a Verucchio sino a un lugar que es conocido como Santarcangello de Romagna.
Santarcangello de Romagna es una pequeña ciudad que ya había venido en un par de veces por aquí con algunos amigos de mi universidad así que esta vez me tocaba hacer de anfitriona, para mi amiga era la primera vez que venía a conocer estos lares así que era yo quien estaba adelante marcando camino, para ser sincera no me acordaba mucho del itinerario para llegar al centro así que yo hacía por momentos era ver google map para poder así ubicarme y hacer que llegáramos sanas y salvas a nuestro destino que era Santarcangello de Romagna.
Lo bueno que cuando llegamos a la ciudad no encontramos muchos carros ni tanta congestión, eso es lo bonito de poder estar en estas zonas de Italia, esos pueblos que tienen tantas cosas que ofrecer y que son un lugar tranquilo y apacible que valen la pena visitar en cualquier momento del año. Allí entonces dejamos nuestras bicicletas en el centro, como tenía un solo candado pusimos nuestras bicicletas juntas y empezamos así a recorrer Santarcangello de Romagna a mi amiga le gustó mucho estar aquí, lo primero que hicimos fue tomarnos un par de fotos por la plaza de Santarcangello de Romagna. Donde se encuentra un arco de color naranja y blanco, desde allí estábamos mirando las cosas que nos encontrábamos alrededor.
En una de sus calles aledañas encontramos un bar abierto y como ya era cerca de la una de la tarde era momento de poder almorzar algo y hacer una pausa a nuestro recorrido así que entramos al bar y miramos la carta que felizmente no estaba tan cara, el chico que nos atendió se dio cuenta que hablábamos español así que intentó comunicarse en nuestro idioma, la verdad es que lo hacía muy bien parece que en Italia a la mayoría de italianos les gusta mucho escuchar el español así que estábamos afortunadas.
Allí entonces empezamos a mirar la carta y lo que pedimos fue unas deliciosas piadinas que son una de las cosas típicas de esta zona, nuestro pedido no tardó mucho en llegar así que aprovechamos en poder comer con calma el delicioso sabor de este platillo tan simple pero a la vez tan especial, lo acompañamos con una bebida refrescante y allí mi amiga aprovecho para poder enviar un par de mensajes a través de su celular y para poder ir a los servicios higiénicos, mientras yo estaba mirando las fotos de nuestro día y de las cosas que estábamos compartiendo juntas.
Ya una vez luego de haber terminado nuestras respectivas piadinas y de haber descansado teníamos la energía suficiente para empezar nuestro recorrido y seguir haciendo nuestra caminata dentro de la ciudad, caminamos cuesta arriba viendo una zona donde encontramos allí un parque delante de lo que parecía ser un castillo o una torre con el puro estilo italiano, allí nos quedamos un rato viendo a tantos niños que estaban jugando con su padres en aquel momento así que con esas risas que se mezclaban con de nosotras seguíamos caminando, no teníamos apuro y lo mejor era que el ambiente que se sentía aquí era tan relajante que no daban ganas de moverse, daban ganas de saber cuánto costaba una casa por aquí y vivir en el campo puesto que ambas somos amantes de la naturaleza y es que cuando vives en una ciudad tan congestionada como donde nos conocimos, hoy valoramos todos los pequeños detalles que tienen los pueblos y que muestran una calidad de vida impresionante.
Había una especie de colina que recuerdo que había conocido tiempo atrás, así que cuando le mencioné a mi amiga que existía un lugar así me dijo sin dudar de que lo quería conocer también, total todo estaba tan cerca y la exigencia física no era requerida, todo se podía recorrer con tranquilidad éramos felices de estar aquí.
Les cuento que mi amiga es una de las personas más especiales que conocí en mi universidad así que me sentía muy feliz de que estuviéramos viajando un poco juntas, quién se iba a imaginar que nos encontraríamos tan lejos de nuestra ciudad y precisamente aquí en Italia creo que si ambas hubiéramos tenido alguna bola de cristal jamás lo hubiéramos imaginado.
Siguiendo con nuestro camino por las calles de Santarcangello de Romagna llegamos a la colina desde donde pudimos contemplar una maravillosa vista del lugar, donde todo se veía espectacular, el cielo, las montañasy las casitas de Santarcangello de Romagna hacían una mezcla perfecta de este lugar que no daban ganas de irse de aquí, allí nos recostamos sobre el pasto y nos quedamos riendo a carcajadas además de recordar nuestro tiempo cuando estudiábamos juntas, Santarcangello de Romagna era uno de esos lugares que con solo conocerla por fuera ya nos sentíamos muy satisfechas apenas habíamos visto una parte y ya mi amiga estaba emocionada de haber tenido esta experiencia por aquí.
Teníamos mucha suerte en Santarcangello de Romagna ya que cuando partimos de Rímini el cielo estaba prácticamente nublado en cambio aquí el sol estaba saliendo y se encontraba en su punto el sol no quemaba, no hacía frío y el viento era fresco ¡que más podíamos pedir! Había algo más las flores las bellas flores blancas que crecían largamente a través de este pasto que era mágico para ambas.
Luego de haber estado mucho tiempo en esta colina, nos alistamos para poder seguir recorriendo el resto de la ciudad así que con nuestras bolsas en nuestros hombros seguimos recorriendo este lugar, sabíamos que Santarcangello de Romagna tenía todavía más cosas para nosotras, una de las cosas que les aconsejo hacer es disfrutar de la vista que se tiene en sus alturas es algo que tienen que vivirlo en verdad es un lugar romántico y que provocaba quedarse bastante tiempo en cada uno de sus miradores de la ciudad.
Conforme caminábamos encontramos también una zona donde había muchos árboles así que allí nos fuimos para poder tomar más fotos a este lugar y poder respirar del aire puro que solo te lo dan los lugares que tienen este tipo de naturaleza como los que existen en Santarcangello de Romagna. Seguíamos caminando por sus calles y encontrábamos casitas con todo el estilo italiano en sus fachadas que hacía que una quisiera tocar la puerta para saber quiénes viven allí.
Las callecitas empedradas eran también parte de esta maravillosa experiencia, todo se encontraba muy bien cuidado y por allí vimos también algunos residentes que estaban con sus mascotas, eso es algo que me gusta mucho de Italia ya que aquí todas las personas cuidan mucho de los perritos ya que son seres que merecen toda nuestra atención pero sobre todo, nuestro amor.
Un millón de gracias por leer este post, espero que les sea útil, les deseo un día super maravilloso como siempre ¡Hasta la vista! Y muy buenas vibras
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