De Bolonia a Salerno - Rímini (1/9)
¡Hola! Hace ya unas semanas que volví de un viaje increíble por algunas ciudades italianas. El recorrido comenzó en Bolonia y acabamos en el Golfo de Salerno. El precio total del viaje no ha pasado de 550 euros y hemos pasado allí 12 días; el total incluye, por supuesto: vuelos, traslados, alojamiento, entradas y comidas.
Se trata de un viaje que llevábamos preparando mucho tiempo; el alojamiento en las distintas ciudades lo encontramos en una popular página donde se anuncian particulares, así que hemos compartido casas con personas muy diversas y la experiencia ha sido muy buena en todos nuestros destinos. Lo mejor ha sido haber tenido la oportunidad de conocer un montón de lugares y lo peor hacerlo bajo un calor insoportable en muchas ocasiones.
¿Os animáis a recorrer conmigo todos los lugares que hemos visitado? ¡Vamos allá!
Llegada a Bolonia
El 30 de junio, a la hora del mediodía, aterrizamos en Bolonia. Seguro que esta ciudad cuenta con muchísimos lugares de interés, pero nosotras teníamos otros planes. Al llegar al aeropuerto, cogimos un autobús que te deja en unos 20 o 30 minutos. Este autobús se conoce como Aerobus y el ticket cuesta 6 €. Este es muy fácil de adquirir, puesto que en el aeropuerto hay unas máquinas para sacarlo y, además, hay una chica muy amable dispuesta a ayudar a todos los turistas y, por si esto fuera poco, hablaba un poco de español.
Una vez que llegamos a la Estación Central, comprobamos los horarios de los distintos trenes y buscamos la plataforma a la que debíamos dirigirnos para tomar el nuestro. Hay unas grandes tablas en las que aparecen todos los horarios y destinos. Nosotras tomaríamos un tren hacia Rímini, en la costa italiana. El precio del billete fue de unos 10 € y no tiene por qué comprarse en las propias taquillas de la estación; los tickets también están disponibles online. La compañía con la que viajamos es Trenitalia la cual cuenta con numerosas conexiones y, además de que funciona muy bien, es bastante económica. Otra opción puede ser viajar con Italo pero los precios que maneja esta compañía se nos salían del presupuesto.
Continuando con el billete de tren, os diré que es obligatorio validarlo y que esto debe hacerse en unas máquinas que se encuentran en el propio andén. Basta con picar el ticket por el lado donde está el código de barras, donde aparecerán la fecha y la hora en la que se valida el billete. Posteriormente, ya durante el trayecto, es posible que os topéis con algún revisor que os solicite enseñar el billete.
Rímini
Una vez que llegamos a Rímini nos dirigimos al lugar en el que nos alojaríamos. Tuvimos la suerte de tener el alojamiento en una calle a tan solo 5 minutos de la estación de trenes y a no más de 10 o 15 minutos a pie del centro histórico de la ciudad. Lo único que no me terminó de convencer de la situación del alojamiento es que, al menos por la noche, la zona no da la sensación de ser muy segura.
En el centro histórico de Rímini no podéis perderos la Piazza Tre Martiri. Alrededor de esta zona se pueden encontrar monumentos antiguos, como los restos de un anfiteatro romano, el Arco de Augusto, que es el arco romano más antiguo, o el Puente de Tiberio. Asimismo, me llamó mucho la atención la imponente catedral de Rímini: el Tempio Malatestiano, mandado construir a Leon Battista Alberti a mediados del siglo XV. Una de las calles que más nos gustó fue Corso D´Augusto, donde están todas las tiendas del mundo que puedas imaginar.
La Piazza Tre Martiri
El Arco de Augusto
El Templo Malatestiano
Sin embargo, quizás la parte más bonita de la ciudad se encuentre en la costa. Se puede llegar a la playa desde la estación andando durante unos 20 o 25 minutos; nosotras dimos unos agradables paseos nocturnos hacia allí. Además, durante nuestra estancia nos sorprendió un festival que tenía lugar en la ciudad. En el puerto no solo había bares, pubs y restaurantes, sino que también había atracciones, como una noria, y diversos puestecitos donde vendían productos de alimentación y artículos artesanales; había un ambiente bárbaro. De hecho, una de las noches hubo incluso un concierto en la playa, que estaba a rebosar de gente de todas las edades. Al finalizar el concierto, la música continuó hasta bien entrada la madrugada y lo pasamos genial.
Muelle en Rímini al anochecer, con una noria iluminada al fondo
Muy cerca del puerto y su deslumbrante faro se llega a la preciosa Fuente de los Cuatro Caballos (Fontana dei Quattro Cavalli), que está situada en el parque Federico Fellini y rodeada por varios hoteles. En este área se pueden encontrar numerosos restaurantes, los cuales siempre están llenísimos. También hay muchísimas heladerías, de las que destacaré la Gelateria Rizzati Ferrara, en la que un helado pequeño (¡de tres bolas! ) costaba tan solo 2, 20 euros.
La Fuente de los Cuatro Caballos
En Rímini no estuvimos tanto tiempo como nos hubiera gustado y, además, un día completo lo dedicamos a visitar el maravilloso Estado de San Marino, por lo que nos quedaron un montón de lugares por conocer. Os animo a visitar esta zona en la costa italiana y compartir conmigo todos los rincones que, por falta de tiempo, no he podido ver yo.
¿Os venís a San Marino?
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