El Zoo Nacional de Riga

El Zoo Nacional de Riga

El Zoo de la periferia de Riga fue construido a principios del siglo XX y ya pasó por varias fases. Voy a pasar a contaros mi experiencia respecto a este parque, y tratar de explicaros en que fase cre que este zoo se encuentra, para que podáis sacar vuestras propias conclusiones y decidir si iréis en vuestra visita a Riga o no.

Llegar a este jardín zoológico no es del todo difícil. Con todo, si estás en el centro de la ciudad de Riga te aconsejo que vayas en coche o en los metros superficiales. Nosotros escogimos la segunda opción, ya que no teníamos coche propio. El camino se hace bien, es relativamente rápido. Comprar los billetes para este metro (de superficie) es fácil, existen varios puntos de venta en algunas paradas del metro y dentro del metro hay unas máquinas para ello. Sin embargo: los viajes son realmente baratos (cerca de 0, 60€, si la memoria no me falla). Por eso cansar los pies no es estrictamente necesario, por lo menos en esta ciudad.

Continuando. Llegando al Zoológico. La entrada tiene descuento para estudiantes y niños, por eso, si eres estudiante, te aconsejo que siempre andes con esa valiosa tarjeta verde que es el ISI Card. Y que te da descuentos en bastantes cosas. La entrada quedó en cuatro euros, es muy accesible.

Al entrar nos fijamos en el símbolo gráfico de National Geographic (os dejo esta imagen abajo para que lo veáis) en un formato muy grande en la entrada. Creemos que alguna dinámica se iba a presentar al principio.

Los primeros animales que vimos fueron los flamencos, muchos y todos muy entretenidos con sus propias vidas para hacernos caso. Al lado izquierdo había un tanque vacío en el cual deberían estar las focas. Pero de frente estaban dos leones marinos, también con mucho sueño.

Seguimos andando, parecía que estábamos solos en aquel zoológico enorme. Por el camino del lado izquierdo estaban los monos, esos sí, divertidos y atentos. Después fuimos al "acuario", donde vimos grandes especies de peces, de varios tamaños, así como tortugas y renacuajos.

Después vimos camellos, pavos sueltos, lobos, osos, leones, tigres, papagayos... Pero en frente había una casita que tenía una exposición de sapitos y algunas cobras no muy grandes.

Vimos (lo que para mi fue la parte más interesante) una de las partes del zoo que tenía un ambiente verdaderamente de pantano, un sitio bien decorado, con luces adecuadas y con los olores propios en las diversas divisiones. Allí había animales que nunca antes había visto. Sapos que parecían un ser cualquiera del espacio pero de plástico, a otros parecía que le faltaba alguna parte que creemos que un sapo debe tener. Muy divertido. También había pequeños lagos con renacuajos y otros animales. Aquí, en pasillos oscuros, había cobras, arañas, lagartos, y hasta hormigas en un verdadero microambiente (me encantó ver a las hormigas haciendo un verdadero esfuerzo de en busca de supervivencia).

Otra parte que me pareció de las mejor cuidadas, fue la zona donde vivían las jirafas. Unas más grandes, otras más pequeñas. Todas lo suficientemente altas e interactivas, por lo menos. Incluso al lado de la zona de las jirafas hay un foco muy bien señalizado que permite una vista privilegiada sobre el lago. Un lugar muy guay y bastante pacífico.

Este parque tiene, en realidad, muchas especies de animales diferentes, para todos los gustos y colores como se suele decir. Tiene las áreas bien definidas y espaciosas. Con todo, hay algunos puntos flacos que apuntar. O en el caso contrario, no sería sincera con vosotros. A pesar de la variedad de animales y de la buena organización, este zoo parece que le falta dinámica. Con esto quiero decir, que parece que le falta un poco más de inversión en aquellos que creo que son los "negocios periféricos", como me gusta llamarles. Esto es porque, un parque como este, de tamaño medio, tardas por lo menos cerca de tres horas y media en verlo por completo, o sea, los visitantes van a tener hambre, o sed, con ganas de ir al baño o comprar chocolate, balón o un oso de peluche para sus hijos. Dos espacios pequeños que sirven de aglutinamiento de todos estos bienes y servicios no es suficiente.

Creo, por eso, que invertir en este tipo de negocios y diseminarlos sería avivar y dinamizar este zoo. Vivacidad y dinamismo, dos cualidades que faltan en el zoo y que parecen, irónicamente, faltar en los propios animales. Este es otro punto flaco del zoo, a veces nos da la sensación de que los animales no son felices, unos parecen tan delgados, otros tan solitarios. De inmediato asociamos estas sensaciones al espacio donde están, que parece, a veces, poco cuidado.

Así, a pesar de los puntos débiles de los que os hablé anteriormente, este zoo nos muestra una sorprendente variedad de animales y precios accesibles que, con todo, no se relaciona con la falta de inversión hecha en los negocios periféricos, que podrían ser una buena fuente de rendimiento y que posibilitarían una mayor visibilidad del propio zoo.

Pista: Como ya dije anteriormente, en este zoo existen solo dos pequeñísimos kioskos de venta de comida lo que se refleja en los precios exagerados y en la poca variedad de productos ofrecidos. En este sentido, si vas con niños, os aconsejo llevar un pequeño tentenpié, porque el paseo se hace largo.