Día 0: aventuras de aeropuerto

El aeropuerto: donde todo comienza

Acabo de llegar al aeropuerto de la Ciudad de México, me encuentro en la Terminal 2, que es de donde salen los vuelos de la línea Aeroméxico. Usualmente hay dos terminales aéreas en el aeropuerto de la Ciudad de México, la Terminal 1 es donde salen la mayoría de los vuelos internacionales y la Terminal 2 es de donde salen la mayoría de los vuelos nacionales con algunas excepciones, como la mía.

Día 0: aventuras de aeropuerto

(Parte de la terminal 2, que es mucho más calmada que la 1 pero al mismo tiempo limpia y segura.)

Hice el Check-in hace una hora, reamente todo fue más eficiente de lo que pensaba porque no tuve que hacer fila. Tengo una relación de amor-odio con el hecho de viajar de madrugada, ya que mi sueño se espanta bastante y termino muy cansada al siguiente día, sin embargo el viajar a esta hora va conmigo porque no hay casi nada de gente en el aeropuerto y por ende, el ruido habitual desaparece en gran medida. 

Día 0: aventuras de aeropuerto

(Siempre he tenido la costumbre de tomarle foto a mi maleta, porque cada vez es más frecuente eso de que te la cambien y le metan drogas.)

Mi pequeña “trampa”

Tengo que hacerles una confesión: no he comprado mi boleto de regreso. La razón es porque he esperado poder encontrármelo más barato estos días, por lo que hice una trampa que al final no fue necesaria usar. Cuando vas de viaje a otro país, siempre te piden el boleto de regreso siempre y cuando no tengas Visa de estudiante o de trabajo. La última vez que viajé a la República Dominicana, recuerdo que me pidieron boleto de regreso y me metieron en un gran aprieto porque tampoco lo había comprado porque no sabía exactamente en qué fechas quería regresar. Finalmente, lo que hizo mi mamá es una reservación de vuelo en una de esas páginas que te dan un par de días para pagar, pero mientras tanto te dan un código de reservación y demás. Le enseñé el código a la señorita y funcionó a la perfección, ya que al parecer ellos no verifican que realmente vayas a regresar, sino que es su obligación anotar esos datos en el sistema que no lo comprobará. Creo que hacer este procedimiento es un poco innecesario y estúpido, porque el que realmente se quiera quedar a vivir en un país se quedará aunque implique perder su vuelo de regreso, pero bueno.

Me acerqué al mostrador para entregar mi maleta, con un poco de miedo de que me preguntaran sobre mi boleto de regreso. Para mi buena suerte no me dijeron nada; no sé si al señor se le olvidó o realmente no sea tan necesario como fue la última vez, pero eso fue un respiro de alivio para mí.

Matando el tiempo en el aeropuerto

Mi vuelo partirá a la una de la madrugada, y como saben, en los vuelos internacionales te piden llegar con tres horas de anticipación, aunque en más de una ocasión he llegado como una hora y media antes de que el vuelo partiera y no pasó nada, pero más vale prevenir que lamentar.

Vivo en la bellísima ciudad de Santiago de Querétaro y para llegar al aeropuerto de la Ciudad de México son un poco más de tres horas en autobús, así que para ser realistas está aventura empezó desde las 6:00pm, que fue la hora a la que salí desde mi casa para coger el autobús.

¿Comida deliciosa y barata en el aeropuerto? ¡Sí se puede!

Llegando al aeropuerto, sorpresivamente hice mi Check in en menos de diez minutos y decidí pasar al área de comida rápida del aeropuerto, donde me compré un pastelito en la Pastelería del Globo, que es una de mis favoritas y una especia de pizza en un restaurante llamado Sbarro.

Día 0: aventuras de aeropuerto

(Mi delicioso pastel de El Globo)

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(Una especia de "pizza" muy original.)

La comida del aeropuerto siempre suele ser más cara que la comida de la calle, pero en esta ocasión tuve un golpe de suerte que ayudó mucho a esta famélica viajera. Las chicas que trabajaban ahí me dieron por sólo $66 pesos mexicanos, que vendrían siendo aproximadamente $3.49 dólares americanos, una enorme rebanada de pizza (ese fue el regalo), un plato de ensalada y un refresco. Usualmente ese menú completo cuesta $112 pesos mexicanos pero a mí me salió en sólo la mitad. Así que considero que vamos empezando este viaje de buena manera ¿no creen? Espero que en República Dominicana también me regalen comida rica, y si es típica pues estará mucho mejor.

Día 0: aventuras de aeropuerto

(El área de fast food es muy limpia, está casi vacía y tiene cientos de enchufes para que puedas trabajar en tu latop, conectar tus tablets o cargar tu celular.)

Algunos miedos del viaje

Peso de la maleta

En este viaje surgieron algunos miedos y de todo tipo. Uno de los primeros fue por el peso, ya que mi maleta pesó 20.3 kilos y eso que sólo voy por un mes. Lo que más temía era que tuviera que estar sacando cosas y montándomelas encima en la maleta que va arriba del avión. Según yo el límite es de 20 kilos por maleta pero el señor no me dijo nada y por supuesto, yo no le recordé.

Mi comida mexicana

La última vez que fui a la República Dominicana ansiaba mucho comida mexicana, así que lo más mexicano que conseguimos fue un Taco Bell, que como muchos mexicanos sabrán, eso no tiene nada de mexicano más que la palabra “taco”: Es erróneo pensar que Taco Bell es sinónimo de comida mexicana cuando no es más que un tex-mex mal logrado.

En fin, en México decidí ir de compras para compartir un poco de mi gastronomía con la familia de mi novio. Decidí comprar un kilo de harina de maíz Maseca para intentar hacer tortillas, tacos, quesadillas y sopes. También llevo dos bolsas de frijoles refritos porque allá no los hacen así, se hacen enteros. Llevo una especie de salsa especial para intentar imitar la carne de pastor de los tacos que se hacen en la esquina de cada calle de México. Llevo una marca de carne de res que se llama “chilorio” que tiene un toque mexicano, así como salsa roja empaquetada. Yo creo que eso es responsable de mínimo cuatro kilos de equipaje.

Además llevo dos coca colas de 335 ml cada una, ya que me dijeron que nosotros la endulzamos con azúcar de caña y que eso le da un toque diferente. Y por cierto, llevo una bolsa con más o menos un kilo de proteína de vainilla, que espero que no la vayan a confundir con algún tipo de droga o me la vayan a quitar, porque sale bastante cara.

Recuerdos que yo quisiera olvidar

Regresar de Madrid fue algo muy duro para mí, especialmente porque desde el momento de mi llegada hubo muchos cambios que me afectaron emocionalmente. Como que ahora tengo miedo de viajar porque me da miedo que esas situaciones se repitan, pero para cualquiera que tiene miedo lo más recomendable es respirar, relajarse y pensar en lo positivo.

Que no me recojan en el aeropuerto

Es claro que me van a recoger cuando llegue de este corto vuelo de cuatro horas y media. Sin embargo siempre siempre siempre he tenido ese miedo de salir por la puerta de “arrivals” y no encontrar a la persona que busco, ya que comunicarse es muy difícil. Espero que sea un miedo que tengamos todos y no sólo yo.

Día 0: aventuras de aeropuerto

(Ya sólo espero en la sala 56, todo listo para abordar excepto yo. Un saludo enorme.)

No tardamos en abordar, así que los dejo. Espero deleitarlos en los próximos días con las cosas que haga. Aproximadamente estaré un mes y en parte voy de vacaciones pero también voy a visitar a una persona que aprecio bastante, así que no hare diarios del día a día, los agruparé en varios días o cuando se me junten bastantes actividades que les quiera compartir. 


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