Vacaciones de verano en el sur de Italia

Cuando alguien piensa en Italia, piensa en sol. ¿Pero sabíais que eso no es del todo cierto? Al menos no todo el año. Incluso en verano, a veces hay tormentas: días en los que llueve mucho, pero durante poco tiempo. Todo el mundo espera que después de la lluvia refresque un poco, pero en realidad es peor porque hace aún más calor que antes, más humedad y más mosquitos.

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Sur de Italia

En verano no se puede vivir en Milán, hace muchísimo calor, a veces llueve cuando menos lo esperas, hay mucha humedad y está todo plagado de mosquitos. Es complicado visitar la ciudad cuando todo lo que quieres hacer es ir a la piscina, o mejor, a la playa. Por eso cada verano me voy de la ciudad, por lo menos tres semanas. Normalmente voy a donde mis abuelos viven todo el año. Este lugar está totalmente al sur, en la punta de la bota italiana: en la provincia de Regio de Calabria.

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El pueblo es bastante aburrido, por lo que solemos ir de excursión en caso de querer hacer algo distinto. Si no, pasamos casi todo el día en la playa. Está guay porque aunque la playa es pública, el pueblo es tan pequeño y mi casa está tan a las afueras que apenas va nadie. Podemos jugar en la arena, jugar al voleibol, hablar o salpicarnos agua sin molestar a nadie.

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Algunos años, el 15 de agosto vamos a nadar a medianoche porque es una tradición, pero tampoco es muy estricta, así que vemos si nos apetece ese mismo día. Lo que hemos empezado a hacer ahora son hogueras. Creo que me he traído la moda de los s'mores de Estados Unidos, así que preparo malvaviscos para mis hermanos y mis primos. Tienen que probarlo sin falta.

(Intentamos quedarnos toda la noche en la playa, pero al final nos rendimos y volvimos a casa, donde nos esperaban nuestras camitas para transportarnos a un nuevo día).

Tener toda (o casi toda) la playa para nosotros es bueno y malo. Bueno porque te puedes relajar, malo porque a veces queremos hacer algo diferente o conocer gente y no podemos porque no hay nadie más. Pero bueno, tenemos todo el año para conocer gente, cuando vamos allí suele ser para ponernos morenos, comer y pasar el rato con la familia.

Comida genial

Y hablando de comida, qué buena está. Mis abuelos tienen un huerto con muchas verduras, como pepinos, lechugas, tomates y cebollas. ¡Usamos ingredientes frescos y los platos salen riquísimos! Siempre dicen que en verano se adelgaza porque con el calor se pierde el apetito. Bueno, pues yo engordo porque cuando vengo aquí no me sé controlar. Solo como dos veces al día, sin contar mi pequeño desayuno (como quiero nadar nada más llegar a la playa, intento no comer mucho), pero siempre como muchísimo. Además, las familias italianas se quedan en la mesa por lo menos dos horas.

Pero también engordo porque en el sur (casi) todo se fríe. Arancini, zeppole, frittelle di fiori di zucca... todo frito. Después de comer, todos estamos tan llenos que descansamos un rato y luego, de vuelta a la playa. Llegamos a casa tarde, nos duchamos y a comer otra vez. A las 22:00 ya estoy cansado, mientras que en Milán siempre me acuesto tardísimo.

Excursiones por la zona

Para empezar, a pocos metros de mi casa hay un faro y conocemos al que vive allí, así que de vez en cuando subimos a disfrutar las vistas de la costa.

(Esto es lo que se ve desde el faro).

Si eso no es suficiente, vamos en coche a Bivongi a por pizza o a por algo de comer. Este sitio está a más o menos veinte minutos de la playa, pero está bastante más alto, por lo que sienta bien tomar el aire después de estar todo el día nadando.

(Esto es Bivongi durante La Badia, un mercado callejero en el que se vende sobre todo comida, pero también artesanía, cuadros y cosas así).

Si queremos algo más que comida callejera, vamos a Soverato, donde hay más vida nocturna que en cualquier otra zona cercana. La ciudad es más grande, hay algunas discotecas, muchos lidi (bares con vistas)... Cerca de aquí hay playas preciosas, como:

• Pietra Grande;
• Caminia;
• Montepaone.

La costa es increíble y el agua es azul brillante. Hay mucho que hacer. Puedes relajarte bajo la sombrilla todo el día, jugar al fútbol, beber algo en el bar... y todo en bañador, en muchos sitios no es necesario vestirse. Todo muy relajado y divertido.

¿Me iría a vivir al sur de Italia?

Dado que llevo toda la vida en Milán, jamás lo cambiaría y me iría al sur, por muy buena que esté la comida o aunque pueda ir a la playa cuatro o cinco meses al año en vez de tres semanas. Me conozco y sé que me acabaría aburriendo. Mi ciudad ideal es Nueva York, por lo que no me imagino viviendo en un pueblecito.

- Cristian

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