Visita de 4 días a Praga

¡Hola a todos!

En este artículo hablaré de la ciudad de Praga, la capital de la República Checa. Es el centro político y cultural de la región de Bohemia, de más de 1200 años y fue también la capital del Sacro Imperio Romano entre el 1300 y el 1400. Se la conoce de muchas maneras, como "la madre de las ciudades", "la ciudad de las 100 torres" y "la ciudad del oro". Tiene alrededor de 2 millones de habitantes y acoge, año tras año, a un número creciente de turistas de todo el mundo.

Fui junto con mi hijo Pietro en noviembre de 2012. En ese momento, solo tenía 9 meses, pero ya había estado en varias ciudades de Portugal y en Londres. Fue una preciosa experiencia de 4 días. ¡Praga es una ciudad maravillosa! Una lástima de tiempo, que no nos dio un respiro. Tuvimos muy mala suerte. ¡Llovía y hacía muchísimo frío!

¿Cómo es el clima en Praga?

Praga tiene un clima moderadamente continental. Los inviernos son largos, muy duros y con abundantes nevadas, que generalmente comienzan a partir de mediados de noviembre. Las temperaturas, en pleno invierno, pueden descender a -20 °C y pueden mantenerse bajo cero incluso durante días enteros. Los veranos son cálidos o agradablemente cálidos, con temperaturas medias cercanas a los 20 °C. Sin embargo, el entretiempo es bastante suave, pero muy variable e impredecible. Las lluvias no son abundantes y están bien distribuidas a lo largo de los meses. Mayo, junio, julio y agosto son los meses más lluviosos; mientras que, durante el invierno, las precipitaciones son mínimas, ¡también porque la lluvia se convierte en nieve!

¿Qué hay que ver en Praga?

Praga es una ciudad estupenda! Además, es acogedora, bastante segura, está muy bien conservada y ¡llena de monumentos y cosas bonitas para ver! En primer lugar, te recomiendo visitar el maravilloso e imponente castillo, ¡el símbolo de la ciudad! Es el castillo más grande del mundo, con un área de 70 mil metros cuadrados. El castillo está abierto todos los días excepto el 24 de diciembre. Del 1 de abril al 31 de octubre está abierto de 5:00 a 24:00; mientras que del 1 de noviembre al 31 de marzo está abierto de 6:00 a 23:00. Cada hora, en la puerta principal del castillo, se lleva a cabo la ceremonia folclórica del cambio de guardia, casi obligatorio para los turistas, que luego pueden entrar al castillo a través de la Puerta de Matías.

La entrada al castillo es gratuita, pero es necesario pagar para visitar los monumentos y las salas de dentro. Hay dos tipos diferentes de tour. El tour completo cuesta 350 y comprende el Palacio Real, la catedral de San Vito, la Galería Rudolfinum, la Torre de Dalibor, la Basílica de San Jorge y la Torre de la Pólvora. En cambio, el tour corto cuesta 250 coronas y no incluye la visita a la Galería Rudolfinum. Las entradas se compran tanto en el centro de información como en la segunda y la tercera corte y son válidas dos días. Se pueden visitar estas atracciones todos los días, excepto el 24 de diciembre. Del 1 de abril al 31 de octubre está abierto de 9:00 a 18:00; mientras que del 1 de noviembre al 31 de marzo está abierto de 9:00 a 16:00.

La catedral gótica de San Vito se encuentra entre las más grandes de Europa. Antes de entrar, te aconsejo detenerte a contemplar la maravillosa fachada externa de la iglesia, más concretamente, la Puerta Dorada decorada con más de 40.000 teselas doradas. Entre las figuras, aparecen representados Carlos IV a la derecha y su mujer Isabel de Pomeranía a la izquierda, ambos arrodillados rezando. El interior es espléndido y uniforme, aunque la construcción de la catedral se prolongó seis siglos. Excepcionalmente bonitas son la Capilla de San Wenceslao y la cripta subterránea, con las tumbas de los reyes de Bohemia. De extraordinaria importancia, el tesoro con las joyas para la coronación de soberanos.

Justo debajo del castillo, encontrarás el barrio de Malá Strana, que se considera una ciudad dentro de una ciudad. Allí se respira un ambiente mágico, pero al mismo tiempo, bastante inquietante. Las casas y los palacios todavía llevan los nombres y símbolos que se usaron en la Edad Media, como unicornios, águilas, ciervos, violines y llaves, que a menudo designan la profesión de quienes vivieron allí. Un gran incendio destruyó esta zona en 1541. Más tarde, artistas y arquitectos italianos la reconstruyeron, quienes le dieron su actual aspecto barroco y renacentista. Desde entonces, parece que el tiempo se ha parado porque los humanos y la naturaleza, afortunadamente, han dejado este lugar idéntico a cómo se reconstruyó. El barrio de Malá Strana es una pequeña joya con plazas, espléndidos edificios y rincones románticos, famosos sobre todo por las muchas cafeterías, las cervecerías y los numerosos artistas bohemios que le dan ese toque extra.

La Malostranské náměstí, es decir, la Plaza Malastrana, es el corazón del barrio. Ahí puedes visitar la maravillosa Iglesia de San Nicolás, la iglesia barroca más hermosa de la ciudad. Frente a la Iglesia de San Nicolás, comienza la calle Nerudova, la calle más bonita de Praga, que lleva al castillo. La calle debe su nombre a Jan Neruda, un famoso poeta de Praga, de quien Pablo Neruda se inspiró para crear su seudónimo. A lo largo de la calle Nerudova, encontrarás algunos de los edificios más bonitos de la ciudad, muchos de los cuales se han convertido en pubs, tiendas de recuerdos y hoteles.

Cerca del barrio, puedes admirar también el precioso Puente de Carlos, con sus tres torres góticas, que conectan el barrio de Malá Strana con el barrio de Stare Mesto, que sería la ciudad vieja. Te contarán varias leyendas sobre este puente. Una leyenda dice que por la noche las estatuas del puente cobran vida, sobre todo cuando un niño nace en la cercana isla de Kampa. Sin embargo, otra leyenda dice que se utilizaron miles de yemas de huevo para construir el puente, para pegar mejor las piedras y hacerlas más resistentes a las inundaciones del río. Estas leyendas hacen que el Puente de Carlos sea aún más encantador y que el aire que se respira al caminar sea realmente mágico. Qué mágico es el ambiente que reina en la ciudad vieja.

La ciudad antigua siempre ha sido el lugar de los acontecimientos más importantes de Praga. En su plaza, llamada Staroměstské náměstí, se realizaron intercambios entre comerciantes, además de las manifestaciones más importantes, como las coronaciones de los soberanos y las ejecuciones de los condenados a muerte. Hoy la plaza es tranquila, llena de bares, restaurantes y tiendas de recuerdos y está animada solo por turistas, que corren a visitar algunos de los monumentos más importantes de Praga, como el Antiguo Ayuntamiento con la Torre del Reloj, la estatua de Jan Hus, la Iglesia gótica-barroca de Santa Maria di Týn y la Iglesia de San Nicolás (que no debe confundirse con su homónima y ciertamente más bonita, que se encuentra en el barrio de Malá Strana). El monumento dedicado a Jan Hus, un reformador protestante quemado vivo en 1415 acusado de herejía, se considera el símbolo por excelencia del alma de los ciudadanos de Praga, así como un gran símbolo del nacionalismo checo.

No obstante, a pocos pasos de la plaza de la ciudad antigua, encontrarás el barrio Josefov, el gueto en el que vivieron los judíos, que explotaron hasta el más mínimo espacio que tenían a su disposición, creando una especie de laberinto gigante. El interior de las casas, tiendas y talleres se confundían. Allí vivió el rabino Low, el famoso escritor Franz Kafka y casi 80 mil judíos checos y moldavos, todos deportados a campos de concentración en 1945 y masacrados por los nazis. No te pierdas el gueto judío, aunque tengas poco tiempo para visitar Praga. Dentro puedes admirar el impresionante cementerio judío, así como varias hermosas sinagogas. Te recomiendo visitar tanto la Sinagoga Antigua-nueva como la Sinagoga Pinkas, donde encontrarás el Museo de los niños Terezín, protagonistas de uno de los los acontecimientos más horribles y trágicos de la Segunda Guerra Mundial.

Otra cosa que tienes que ver sin duda durante su estancia en Praga es la singular Casa Danzante, un extraordinario edificio dedicado a la gran pareja de baile formada por Ginger Rogers y Fred Astaire. Está formado por dos edificios que parecen un par de bailarines, que se extienden entre sí. Diseñado y construido a finales de los noventa por el arquitecto F. O Gerhy, el mismo que diseñó el maravilloso Museo Guggenheim en Bilbao, se integra perfectamente con los edificios circundantes, que datan de hace más de cien años. ¡Es muy bonito, no te lo puedes perder! No se ven muchos edificios como estos por ahí.

¡Durante mi estancia, también aproveché paa ir al estadio a ver un partido de fútbol! Conocí a un chico local que hablaba italiano y caminaba con una bufanda del Milán. Comenzamos a charlar gracias a ese pequeño detalle, que me intrigó. Y me dijo que debería haber ido al estadio con un amigo suyo, que no se sentía bien y no había podido ir al partido. Así que tenía una entrada extra. Y me lo regaló.

¡Fue muy amable! Bebimos un par de cervezas (en Praga encontrarás una amplia selección de cervezas, todas muy buenas), y, después del partido, fuimos a comer juntos a un lugar típico, poco frecuentado por los turistas: el < strong>Baráčnická rychta. Lo encontrarás en el barrio de Malá Strana, a pocos pasos de la Embajada de los Estados Unidos. Te recomiendo que pruebes la sopa de patata servida en una especie de bol de pan y gulash. Pero el risotto de espelta con champiñones y queso, el jamón de Praga caliente y el jabalí también estaban muy buenos. La relación calidad-precio es óptimo. El servicio es rápido; el personal es amable. La ubicación es atractiva y el ambiente es encantador.

En cualquier caso, si no puede encontrar este restaurante, puedes comer bien en todas partes en Praga. Sin embargo, recuerda dejar siempre una propina, de lo contrario, los camareros se enfadarán. Te contaré lo que me pasó una noche en un local. Junto con mi hijo, nuestra cena me costó unos 31, 50 €. Cuando llegó el camarero para cobrar la cuenta, pensé que era bueno pagar por el cajero automático, simplemente para no tener que dejarle una propina. Pero, aun así, me preguntó amablemente en inglés si quería dejar una "tip". Fingí no entenderle, por lo que lo dijo en italiano: "mancia". En ese momento, respondí: "Ok, puedes poner 32, 00 €".

¡Nunca lo había hecho! El camarero empezó a ponerse nervioso y me dijo que en la República Checa el servicio no está incluido en la cuenta y, por lo tanto, la propina es obligatoria y generalmente corresponde al 10% del importe. Entonces se negó categóricamente a aceptar mis sucios 50 céntimos. Me dio mucha vergüenza, pero no le di más. Honestamente, no podía tirar el dinero, ¡y sigo sin poder! Cuando viajo, trato de gastar lo menos posible. Siempre tengo mucho cuidado con los gastos porque tengo que hacer frente a muchos. Entonces, si la cuenta era de 31, 50 euros, ¿por qué habría tenido que dejar 35? Además, me parecio que estaba muy salado... El dueño ya le había pagado al camarero por su servicio. Sin embargo, había comido una muy buena caña de cerdo a la cerveza y los típicos ñoquis de masa de levadura de patata. ¡Riquísimos! Para digerir la cena, te sugiero probar un chupito de Slivovice, que es un licor de ciruela, o de Becherovka, un licor digestivo a base de hierbas.

¿Qué sitios recomiendas para salir de fiesta en Praga?

Si te gusta la vida nocturna, ¡estás en el lugar correcto! Por las calles de la ciudad, encontrará locales de todo tipo, incluidos algunos excelentes clubes de jazz, algunas trampas para turistas y también varios clubes eróticos. Si en la zona de Malá Strana hay un ambiente íntimo y relajado, ¡en la ciudad antigua puedes trasnochar en la discoteca! Según mi "amigo" de Praga, que es fanático del Milán, los chavales locales suelen pasear por las cuatro discotecas más importantes de la ciudad: el Duplex, en la Plaza Wenceslao; la Karlovy Lazne, la discoteca más grande de Europa Central, a tiro de piedra del Puente de Carlos; el Klub Lávka, en la plaza de la ciudad vieja, y el Lucerna Music Bar. Lógicamente, al estar sola con mi hijo, no fui a ninguno de estos lugares, pero vi muchos en el camino.

¡Solo me queda desearte un buen viaje y una buena estancia en Praga!