Parte II.I- Praga
Después de una semana un poco dura en la que nos dividimos, unxs con clase y exámenes y otrxs de viaje familiar, nos reencontramos en nuestra ciudad Erasmus Ostrava, para visitar Praga.
Salimos muy prontito por la mañana, y tras los diez minutos de tranvía previos a llegar a la estación de tren de Ostrava (Hlvani nadrazi), subimos a un tren justitxs de tiempo donde podemos dormitar hasta llegar a Praga. Durante el trayecto, podemos ver unos paisajes muy bonitos desde donde se avistan algunas iglesias de pequeños pueblos que están en el camino.
Llegamos a Praga en forma de teletransporte para algunxs de nosotrxs y para otrxs un viaje paisajístico, a la estación de tren de Praga. Cuidado, hay dos estaciones de tren en Praga: deberás de bajar en la Praga Hlvani nadrazi. Es una estación donde te puedes recrear debido a su historia y arquitectura. La estación central se construyó sobre el año 1970 y ha sido ampliada y adaptada a los nuevos tiempos y necesidades. La cúpula centrar con sus vidrieras son dignas de ver, subiendo las escaleras principales podemos llegar a la entrada principal.
La estación de trenes está justo al lado de la Plaza Wenceslao, muy conocida por su historia. Es el lugar donde se reprimió la Revolución del Terciopelo en los últimos años de los 80, así como el inicio de la independencia sobre el comunismo que existía en República Checa. En la actualidad se trata de una plaza con una inmensa cantidad de hoteles, tiendas y terrazas. Al final de la calle, en nuestra visita a Praga encontramos un pequeño mercado donde realizaban artesanías de forja, donde me han regalado la llave de Praga como ciudadana pesada que no deja de visitar la ciudad.
Cerca de la plaza, si continuamos caminando por la calle Vaclavske namesti cuesta abajo, llegamos a una parada de metro que para mi es muy curiosa. La parada se llama Mustek y sirve de enlace para múltiples conexiones entre los distintos puntos de interés de Praga.
Si te desplazas desde la parada de metro Mustek a la de Jindrisska que tiene tranvía sólamente, podrás ver la Synagoga de Jeruzalemska synagoga. La verdad es que no tiene mayor relevancia, ya que el barrio judío está en otra zona (la zona del barrio judío) y el carácter arquitectónico de los alrededores te absorbe más que esta zona.
Después de este pequeño desvío y debido a que las mochilas y maleta son bastante incómodas para visitar el casco histórico de Praga, nos encaminamos hacia el hotel y apartamento que habíamos reservado para pasar unos días en la ciudad. Realizamos el camino de forma rápida sin prestar mucha atención al entorno maravilloso que encontramos por toda la ciudad.
Después de dejar nuestras cosas en el barrio Praga 2 Vysehrad, más abajo del barrio Podskalí, nos acercamos al hotel donde se alojaba parte del grupo que íbamos de visita. Para llegar al hotel, recorrimos toda la Rivera del río Moldava, viendo cómo se podía entrar a las distintas islas peatonales del mismo, como la Isla Sitkovoska vodarenska o Veslarsky Ostrov. Ambas tienen poca cosa que ver, más que otra cosa son parquecitos donde hay pequeños monumentos o edificios rehabilitados como restaurantes. Por el resto de la rivera del río, a ambos lados, vemos pequeños mercados de comida y bebida que están de forma contínua durante el día y la noche. También hay pequeños barcos que están anclados a los distintos muelles donde se puede tomar una cerveza o copa, como en uno de ellos en el que vimos que los cubalibre estaban sólo a 70 coronas.
Seguimos caminando hacia el Puente de Carlos, encontrarmos algunos museos muy interesantes de camino. El Museo de la República, la casa Bailante (Dancin House) o el Teatro Real (Narodni divadlo). Si entras en la Isla más próxima a la casa bailante, te puedes encontrar con un Palacio en su interior, que sólo tardarás en ver unos minutos desde fuera. Para enrtar, es necesario pagar entrada palac Zofin.
Antes de llegar al puente de Carlos hicimos una parada de boxes necesaria para recargar las pilas: comer en un restaurante de comida tradicional checa. Como siempre, buscamos que sea un sitio que disponga de carta y comida para diferentes intolerancias, así como preferencias alimenticias. Svejk U Karla Restaurant, donde nos pusimos las botas con diferentes platos típicos.¡Espectacular la cantidad de comida que se comieron aquí dos del grupo! una pedazo de tabla con una cantidad de carne y dumplis cocinados al puro estilo checo increíble.
Después de comer, en la calle kiemencova, nos acercamos de nuevo a la rivera para ver los diferentes estilos arquitectónicos de los puentes que vamos pasando. Desde el Palackeho most al Jiraskuv most, hasta llegar al bien conocido como Puente de Carlos disfrutando de las preciosas vistas de la otra orilla, el castillo y la catedral de San Vito.
Llegadxs al Karluv most, observamos la discoteca ya mecionada en otro post Karlovy Lazne, así como el museo Bedrich Smetana que cierra la pequeña península. El principio del puente lo protagonizan la Iglesia Católica Kostel Nejsvetejsiho Salvatora y el museo de Carlos . Nos disponemos a pasar por el puente por la torre de la vieja del puente, Old Town Bridge Tower.
Mientras cruzamos el puente, nos empapamos de la historia del mismo empujadxs por el mogollón de gente o tumulto que intenta cruzar el puente. ¡Que cantidad de palos de selfie! Cuidado con los carteristas, ya que es una zona muy turística que todo el mundo va a vistitar en la ciudad.
El Puente de Carlos tiene medio kilómetro de largo, totalmente peatonal. Se comenzó a construir en el siglo XIV por el rey Carlos IV para sustituir un puente que quedó destruido por una inundación. Lo que más llama la antención del puente, además de las vistas hacia ambas orillas del río Moldava, son las estatuas que observan a los caminantes mientras cruzamos el puente. Hay casi 50 estatuas a ambos lados, todas copias debido a que las originas están en museos por su antigüedad e importancia histórica. Soprendentemente vemos algunas estatuas o cuadros que parecen de oro debido a que todo el mundo las toca. Esta estatua o punto importante es la de San Juan de nepomuceno, tirado por orden del rey y santificado posteriormente. Ahí se debe de pedir un deseo tocando con la mano izquierda al santo que está siendo arrojado al río, aunque yo personalmente pido otr tipo de deseo. Al tocar el perro que está justo en la imagen de al lado, se dice que por la fidelidad del animal, quienes la tocan volverán a Praga en algún momento. ¡Y claro que se cumple! Esta visita ha sido la quinta por mi parte.
Tras pasar el puente, debajo de la Torre de Lesser (Lesser Town Bridge tower) decidimos parar y comer uno de los típicos dulces de Praga, un cono de masa horneado a la brasa que se rellena con distintas cosas, en nuestro caso de chocolate y nata, aunque hemos visto a gente comerlo hasta con cosas saladas. Acto seguido, volvimos al casco histórico por el mismo puente de Carlos. A lo largo de la vuelta, decidimos centrarnos en los diferentes puestos de artesanía y regalos de viaje que hay en el propio puente, así como también nos ofrecieron hacernos caricaturas y retratos en vivo. ¡Había algunas cosas chulísimas! También recomendamos parar a escuchar la música de los distintos grupos de música o artistas, ya que tocan canciones conocidas y adaptadas a la actualidad o hasta el jazz más tradicional con contrabajo. De esta forma crean una atmósfera encantadora que parece que le pone banda sonora a nuestra vista.
Seguimos andando por la calle Krizovnicka hasta llegar hasta el Teatro de la filarmónica Checa, famoso por su director en los inicios. El músico y compositor Dvorak fue el primer director de la misma en el siglo XIX, y en la actualidad se dan infinidad de conciertos, sobre todo en la primavera con el festival de música clásica. Detrás del mismo está la Galería de Rodulfinum y al otro lado de la calle el Museo de arte decorativo.
A partir de ahí, nos acercamos al barrio judío por la calle Siroká hacia el barrio Josefov. Enseguida podemos ver la primera sinagoga, Pinkas, así como numerosos restaurantes que ofrecen comida Kosher para personas practicantes del judaismo. Hay muchísimos puestos de souvenirs, muy recomendable comprar por allí ya que son bastante más baratos que en el centro histórico. En concreto, hay unas limas de uñas que son buenísimas hechas con cristal típico de la zona. La Sinagoga Klaus es más famosa, junto con su cementerio. Para visitarlo, es necesario comprar entrada, aunque recomendamos que des un pequeño rodeo al cementerio y sinagoga, ya que hay muchos puntos donde se ve perfectamente la esencia del cementerio judío, donde está enterrado Kafka. También disponen de un museo con reliquias y otras historias. Si sigues caminando por calle Maiselova, llegas a la sinagoga Staronova, también punto de interés. la Iglesia Kostel sv. Ducha es la que parece que separa el barrio judío y el de la ciudad o casco histórico.
Para acercarnos a la plaza del reloj, decidimos seguir por la calle Parizska, llena de tiendas de alto nivel económico donde ni nos paramos a mirar los escaparates. Los distintos coches de alta gama, desde ferraris hasta mustangs y corbett, nos adelantaban en nuestro paseo.
Llegamos a la parte trasera de la plaza, donde se encuentra el Pauline monastery. Hay diferentes puestecitos de comida donde todo el mundo, da igual la hora, está comiendo salchichas checas a la parrilla y bebiendo una buena pinta o un vasito de vino caliente con canela. La plaza Zlaty knz es maravillosa, los edificios son distintos unos a otros y en diferentes estilos.
Desde esa plaza llegamos la Iglesia evangélica tan quemada en diferentes postales y retratos de la ciudad. La famosa iglesia de las dos torres, de color más oscuro y tejados dorados o color oro. La Iglesia de Tyn, Chram Matky Bozi pred Tynem, por la que sólo se puede entrar por el interior de los edificios que la rodean. Este templo es del siglo X, donde había una capilla que pertenecía a un hospicio. Sobre la misma, se fue construyendo esta iglesia de carácter gótico, que fue remodelada en el siglo XIV por la burguesía checa para diferenciarla de la mítica Catedral de San Vito. Las torres tienen una arquitectura asimétrica, siendo la de la derecha algo más alta, característico del gótico. El nombre de la iglesia, tyn, significa encajonado o arrinconado, lo que da sentido al nombre de dicho templo.
Nos movemos por la plaza sorteando turistas, bicis eléctricas y patinetes, así como a lxs trabajadorxs de pubs que no dejan de repartir flyers para que salgas de fiesta por la ciudad. En el medio de la plaza observamos que hay como un tunel de luces y sonidos bastante raros que rompen el encanto de la plaza. Esto se debe a que había un festival de luces por toda la ciudad, que no quisimos ver debido a la cantidad de colas que había que hacer para acceder al mismo. Por lo que nos dedicamos a conocer más en profundidad la ciudad.
En la torre del reloj astronómico Staromestska radnice s orlojem, en obras durante nuestra visita, algo normal siempre que viajo, pudimos observar cómo a las horas en punto salen los 12 apóstoles por el huequecito de encima del reloj. La esfera del zodiaco también es muy bonita, así como el rosetón de información de la época en la que se construyó en el siglo XV. Se puede subir a la misma cuando no esté en obras, pero hay que pagar entrada y no tiene acceso para minusválidxs.
Al lado de la torre del reloj podemos ver una casa gótica, Wolfin z Kamene del siglo XIII que antes era el ayuntamiento. Cuando se ampliió, se unió a la torre del reloj. Se recomienda entrar en el mismo debido a la originalidad de sus salones y vestíbulos, puedes compar el ticket justo en el puesto de información turística de la plaza. ¡No olvides llevar tu carnet universitario para una posible rebaja!
Después de pasear y deambular por las diferentes calles y plazas contiguas a la plaza mayor, decidimos ir a casa a descansar nuestra pequeña caminata con la intención de salir a tomar una cerveza después de cenar, cosa que se quedó en eso: intención. Nos pudieron las ganas de pillar la cama y coger con más fuerza el día siguiente de visita a Praga.
- Dia 2
Madrugamos un poquito y nos vamos a desayunar al restaurante de comida para celiacos de camino al centro, el café bono poco, donde había un ambiente voraz de gente que quería almorzar o tomar el brunch. Como de costumbre, nuestra hora del desayuno se junta con la del almuerzo de la mayoría de gente que habita en el centro de Europa.
Tras esperar la cola, deicdimos irnos hacia el puente de carlos ya que este día había amanecido maravilloso con una temperatura más que alta y un sol típico de la primavera. Cruzamos el puente entre una multitud que se agolpaba con los distintos santos. Subimos por la calle central. Mostecka, al acabar el puente con dirección al monasterio de Loreta.
Vemos la Iglesia de San Nicolás. St. Nicolaso, de estilo clásico, y continuamos nuestra subida. De camino, paramos a tomar un café junto con el dulce típico checo con más chocolate.
Subimos hasta el Hradcanske namesti, donde pudimos osbervar un gran mirador y hacer unas fotos fantásticas desde allí. El mirador se llama Masarykova vyhlidka, y podemos encontrar muchos cafés y terrazas donde tomar algo mientras observas la maravilla de vista de la ciudad vieja de Praga.
Llegamos al Monasterio de Loreto y el Cernin Palace, ambos con su estilo clásico. Hay que pagar para entrar al Monasterio, y personalmente creo que no merece la pena entrar. Los jardines y el interior es más de lo mismo que los castillos europeos y palacios más típicos.
Desde allí, bajamos al Prazsky hard o plaza del Castillo. Al entrar han puesto un control de armas tipo aeropuerto, por lo que puede que encuentres algo de cola para poder entar al castillo. Por esa zona también tienes algunos jardines que visitar, aunque personalmente creo que es mejor entrar directamente a la Katedrala Sv. vita o Catedral de San Vito. Tras rodearla, hicimos otro poco de cola (MERECE MUCHÏSIMO LA PENA) para poder entrar y admirar su edificación.
La catedral se construyó allá en el siglo catorce, pero después de pasar por diferentes arquitectos, la verdad es que abrió sus puertas realmente tarde, no hace ni cien años. En su interior tenemos las joyas de la corona y la tumba de Wenceslao. Era el lugar utilizado por los reyes y la corona para coronar a los Reyes de Bohemia. Se puede subir a la torre para ver las vistas hacia abajo, así como pagar para ver la tumba y joyas. ¿Mi opinión? No merece la pena. Las vistas las tienes si subes un poco a Loreta o incluso desde allí abajo en los bares, no hace falta subir aún más. La entrada a la catedral es gratuita en la entrada, y no merece más entrar a ver la tumba y joyas de la corona a no ser que tengas especial interés. Las vidrieras te atrapan con su carácter gótico, así como su inmensidad y rosetón central. Si es un día muy soleado, la iluminación es increíble, pero si está nublado no te preocupes: tendrás la sensación de que estás en un cuento gótico.
Al salir de la misma, dimos una vueltitia por la plaza, observando el contraste del castillo con el estilo gótico de la catedral. para bajar, puedes ver una pequeña calle a la que necesitas comprar ticket para caminar por ella. No merece la pena, es una calle que está hasta arriba de turistas y no puedes ni hacer fotos, y realmente lo que hay son pequeñas tiendas de música y souvenirs que puedes encontrar en otras partes de praga.
A la bajada del castillo, decidimos comer en el Jo's Bar una comida bien típica checa junto a unas cervezas para bajar el calor que habíamos pasado. ¡Quién nos lo iba a decir! De viaje en Praga en pleno octubre y en mangas de camisa.
Después de comer, fuimos a visitar el famoso Muro de John Lennon o John Lenno Wall. Este muro fue pintado con el asesinato del cantante de los Beatles, John Lennon, debido a que en esa época en Praga, así como en muchos otros lugares de centro europa, pertenecían al régimen comunista. El régimen como tal, prohibía escuchar la música de los Beatles, así como otra música "hippy" u ochentera que no tuviese nada que ver con las raíces culturales del lugar. Como todo lo prohibido, las nuevas generaciones de la época decidieron burlar el régimen pintando en ese muro, que le convirtió en lugar clave de manifestaciones contra el régimen comunista. Había un grupo de estudiantes contrarios al régimen que se hacían llamar los "lennonistas", que luchaban contra el régimen haciendo pintadas a favor de la libertad y la paz, así como con la letra tan famosa de Imagine, pudiendo ser condenados a la carcel si les hubiesen pillado. A lo largo del tiempo, se utilizó este lugar como reivindicación independentista de la antigua Checoslovaquia en el año 1993.
En una visita más antigua, pude contemplar el muro con la imagen de John Lennon y varias frases escritas en perfecta caligrafía haciendo un guiño a las letras pacifistas de los Beatles. la gente podía escribir sus mensajes en pequeños trozos del mural, pero en 2014 un grupo de artistas checo decidió pintar el muro de blanco con sólo unas palabras: There is no wall. Con ello reclamaban que las nuevas generaciones pudiesen aportar sus palabras al muro, como lucha contínua. En lo que se ha convertido es en un muro horrible con pintadas de todo tipo que parece sacado de un edificio abandonado de las afueras de la ciuadd. Para mi, una pena.
A continuación y debido a la desiluión del muro, nos acercamos a ver al Niño Jesús de Praga. Para llegar, dimos un pequeño rodeo por la Isla de Kampa que tiene un gran parque por el que perderse o echarse una buena siesta. En la Iglesia Hellichova, situada en la calle karmelitska, vimos al pequeño niño jesús de praga y nos volvimos hacia la Iglesia católica de Panny Marie pod retezem hacia el puente de carlos por la calle Lazenska.
En el casco histórico nos acercamos al mercadillo o mercado tradicional de souvenirs Pranska trznice, donde nos compramos muchas especias típicas de la zona para poder cocinar, así como cuadros maravillosos. Si sabes regatear, ponlo en práctica, porque sino te van a pedir más de lo que merece lo que quieras comprar.
Vuelta al casco histórico, hicimos una pequeña pausa para prepararnos para la noche y descansar un poco del paseo diario. Con la pintura de guerra, camisas y abrigos, nos volvimos al centro a cenar.
Intentamos cenar en una hambirguesería del centro, y ¡se nos pasó la hora!. Típico de nuestra no-adaptación al horario de comidas, nos tocó improvisar y comer algo en la plaza del reloj en los puestecillos de comida rápida. Tras el fracaso de la cena, dimos una pequeña vuelta por el casco histórico tan iluminado, con sus espectáculos de fuego de artistas callejeros.
Nos acercamos a la cervería típica U Vejvodu, donde cenamos algo (a precio de turista) y lo más importante, pude volver a tomar la dark master beer. Siempre que vengo a Praga me encanta perdeme en esta cervería tan típica de Praga y degustar una de mis cervezas favoritas rodeada de un ambiente tradicional. Es un sitio perfecto tanto para tomar una caña rápida como, en nuestro caso, calentar motores para la noche checa.
A continuación, investigamos un poco por los bares de alrededor para tomar algo, pero los precios se nos iban de madre. Así que, cómo no, acabamos en la Karlovy Lazne pasando una noche de fiesta fantástica. Tras hacer una cola bastante interesante, conseguimos entrar en la discoteca de 5 pisos situada en pleno centro de Praga. Importante: llevar dinero en efectivo, ya que la discoteca no admite tarjetas (hay un pequeño cajero situado en el callejón, que por la noche se cierra única y exclusivamente para la discoteca).
Al acabar la fiesta a las casi 6 de la mañanana, decidimos hacer una visita al puente de carlos de madrugada. ¡Es una pasada! No hay ni un alma, y las luces crean un ambiente muy romántico para despedir la ciudad. Y por si no has tocado el perro, ahí tienes una oportunidad única e individual sin presión de otros turistas que también quieren hacerlo amenazandote con el palo de selfie.
Para moverse por Praga, el transporte público funciona de maravilla. En este viaje no le hemos utilizado debido a que estabámos a 20 minutos del centro, pero hay tranvías durante todo el día y noche a menos de un euro el billete. Importante comprar billete de transporte público. Pese a que parece que nadie "pica" o valida el billete, no es así. El sistema de transporte en general en República Checa va con un carnet para aquellas personas residentes o que lo deseen durante periodos largos de tiempo. Si no compras el billete, el revisor va de incógnito y la multa es de 50 euros. ¡No seas paletx, y paga el transporte! Sino te saldrá más caro.
El último día que nos quedamos en la ciudad decidimos dar un paseo por los sitios que más nos habían gustado del centro, incluyendo comer en la arrocería Alriso risotteria, donde comimos de maravilla en pleno centro de Praga (un restaurante 100% apto para personas celiacas).
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