Viaje de un día a Alentejo - Évora y Evoramonte

El 1 de diciembre es un día festivo en Portugal y por ello no hay clase. Aparentemente, celebran su independencia de España. ¿Y qué pasa cuando no tenemos clase? ¡Que hacemos un viaje!

Una amiga y yo decidimos ir a la región de Alentejo para ver las ciudades de Évora y Evoramonte. Tardamos en llegar unas dos horas en coche y, afortunadamente, la distancia era lo suficientemente grande como para que la temperatura también cambiara. En Lisboa había estado lloviendo mucho durante todo el día y allí hacía un sol increíble. Condujimos por esta región montañosa y pudimos ver las plantaciones de olivos e impresionantes alcornoques que hicieron que el viaje mereciera aún más la pena. Paramos incluso en un naranjo para recoger algunas frutas y llevárnoslas a casa. ¡Estaban deliciosas! Para mí sigue siendo muy extraño vivir en un país donde los naranjos crecen por todas partes. La gente solo quiere deshacerse de ellos, pero lo cierto es que cada vez hay más.

Visitamos un castillo antiguo en Evoramonte, donde pudimos disfrutar de unas maravillosas vistas del paisaje. El castillo como tal no era muy interesante.

Évora es una ciudad muy bonita y pintoresca. Se puede llegar a todos lados a pie porque es muy pequeña, así que también se ven todos los lugares interesantes muy rápido. Visitamos una gran iglesia y la Capela dos osos, es decir, la Capilla de los huesos. Me recordó mucho a las catacumbas de París (sobre las que puedes leer más en mi blog dedicado a esta ciudad). Evidentemente había menos huesos, tan solo unos 5000 esqueletos, pero tenía la misma estructura, es decir, todas las paredes estaban decoradas con huesos que seguían diferentes patrones y había algunos esqueletos completos expuestos en vitrinas. Encima de la puerta hay una inscripción que dice: "Nossos ossos que aqui estamos, pelos vossos esperamos", que significa "nuestros huesos esperan aquí a los vuestros". Es un poco macabro, pero realmente impresionante. Además de esto, vimos una catedral muy bonita, la Praça do Giraldo y las ruinas de un templo griego dedicado a Diana. Es una ciudad muy bonita para pasear, ir de compras, probar las especialidades locales o tomarse un café. Nosotras llegamos ya por la tarde, así que todo estaba cerrado y solo pudimos cenar antes de regresar a Lisboa.

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