Ponte de Lima: un pueblo de postal
¡Hola otra vez! Hoy continúa siendo el turno de Portugal, concretamente de un pueblo pequeño que está cerca de la frontera con Galicia: Ponte de Lima.
Nosotras visitamos Ponte de Lima a mediados de octubre. Hicimos una ruta en coche desde Galicia y pasamos por Tui, Valença do Minho, Vilanova de Cerveira, Ponte de Lima y finalmente Braga. De la ciudad de Braga ya os hablé en el post anterior, que podéis visitar aquí, pero hoy el protagonista es este pequeño pueblo de postal. No estuvimos mucho tiempo allí ya que no es muy grande y lo puedes ver en dos/tres horas, tomándotelo con mucha calma y con parada incluida para comer. Siendo así, a continuación os diré todas las cosas interesantes que podéis hacer en Ponte de Lima.
1. Lo más famoso es sin duda el puente medieval que cruza el río Lima, lo que da nombre a este pueblo portugués. El puente romano está muy bien cuidado y conservado. Para mí, la mejor hora para visitarlo es durante la puesta de sol o a las 15:00 de la tarde, cuando el sol pega bien fuerte y puedes ver todos los arcos del puente reflejados en el río. Es la atracción turística principal y siempre hay personas sacándole fotos. Merece la pena pasar por encima del puente para ver las vistas del pueblo con sus calles principales desde allí. El río da bastante juego a la ciudad. Se explota bastante, sobre todo en la fiesta Feiras Novas, la más importante del año, ya que el puente se llena de luces y a su alrededor tiran fuegos artificiales. Todo el pueblo recibe a gente de España y Portugal que vienen a festejar el acontecimiento más importante del año. Y por cierto, si os gustan los deportes acuáticos, también se pueden alquilar canoas para ir río abajo, cual Pocahontas.
2. Dar un paseo por la Avenida dos Plátanos. Se trata de una calle bastante larga que está pegada a la orilla del río Lima. Los árboles son muy altos y todos ellos forman un punto de fuga bastante original que le da a esta avenida un toque mágico, pues va estrechándose hacia el final. Cuando más bonita está es durante el otoño debido a los colores cálidos.
3. Una buena fecha para ir es en la época del año donde se celebra el Festival de los Jardines. Es un concurso donde se exponen jardines temáticos y participan muchos países del panorama internacional. Es una mezcla de creatividad y naturaleza que no deja indiferente a nadie. Los diseños de estos combinan árboles, plantas y flores junto con objetos aparentemente superfluos, lo que le da un toque vanguardista y moderno. Cada jardín tiene un nombre que representa lo que quiere transmitir, por ejemplo, “El jardín de los cuatro elementos” donde a través de las plantas podíamos percibir el sentido de la vista, gusto, tacto y olfato. El jardín más original del 2017 fue “Descubriendo el arcoíris”, representado por Alemania. La idea fue de dos estudiantes que plasmaron a través de diferentes plantas y objetos los colores del arcoíris. Como los jardines están expuestos todo el año, en este jardín existen diferentes plantas que cambian de color durante todo el año, así que aunque no todas las plantas florecen a la vez, los colores siempre están presentes. Como os digo, los jardines están expuestos durante todo el año así que podéis verlos las veces que queráis.
4. Cabe destacar el centro del pueblo, donde todos los edificios representan perfectamente los rasgos de la arquitectura portuguesa. La presencia de los azulejos también es notable. De hecho, hay un cuadro hecho solamente con azulejos azules en el centro de la ciudad, concretamente en la Iglesia Matriz. La plaza principal es bastante grande, teniendo en cuenta el tamaño del pueblo, y ahí se encuentra una fuente que llena de vida este lugar. Es un pueblo bastante tranquilo y acogedor. Lo mejor es pasear por sus calles, tomar un café y disfrutar del ambiente.
5. Entre el puente y la Avenida de los Plátanos se encuentra la Torre Cadeia Velha, o sea, en el centro histórico. Como su propio nombre en portugués indica, en el siglo pasado funcionó como una cárcel. Esta torre destaca bastante con los edificios que hay a su alrededor pues es una construcción bastante gris y contrasta con los colores blancos del resto del pueblo.
6. Para comer, nos recomendaron el Restaurante Casa Alameda: comida casera, generosas raciones y buenos precios.
7. Si eres fan de un buen vino, Ponte de Lima es el lugar perfecto para practicar enoturismo ya que hay bastantes viñedos. Podéis probar el vinho verde, que es típico de esta zona pues se cultiva en toda esta región de Portugal, en el norte.
8. Gastronómicamente hablando, la comida típica de Ponte de Lima es el arroz de sarrabulho. Es un plato muy conocido en esta región situada al norte de Portugal. A mí personalmente no me tiene buena pinta, pero si hay quien lo come, pues quizás a ti puede gustarte. No es para estómagos débiles pues se elabora con diferentes tipos de carne, incluyendo la morcilla.
9. Ya que estás en Portugal, prueba los famosísimos pasteles de nata. Yo tengo una tradición y es que cada vez que piso terreno portugués, no me voy sin tomar una de estas, incluso cuando solamente voy al aeropuerto de Porto. Además, ahora que estoy viviendo en Eslovaquia, las natas se venden a precios altísimos y echo mucho de menos ir a Portugal de vez en cuando o incluso comprarlas en los puestos de la plaza de mi pueblo natal, en Galicia.
A modo de conclusión, nosotras fuimos sin grandes expectativas y al final nos llevamos una grata sorpresa. Por lo tanto, si queréis hacer un hueco a este pueblo portugués en vuestro viaje, no os arrepentiréis. Ambiente tranquilo, atractivo y buena comida. Ideal para pasar un fin de semana.
Muchas gracias por leerme un día más y nos vemos en el siguiente post.
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- Italiano: Ponte de Lima: un paesino da cartolina
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Comentarios (3 comentarios)
Fátima chamadoira hace 6 años
A mí los pastelitos me rechiflan.
josefa parejo rejas hace 6 años
La bella Portugal..y su buena gastronomía..me encanta y lo conozco a fondo..
Claudia Costas hace 6 años
¡Sin duda es un país para recorrer!