En qué se parecen Portugal y Rumanía
Bucarest y Oporto son las capitales de dos países en lados opuestos de Europa: una al este y otra al oeste. Aunque cada uno esté a una punta del continente, Rumanía y Portugal no se diferencian tanto a nivel cultural, ya que ambos forman parte del grupo de países de ascendencia latina junto con Italia, España y Francia. Así que no importa cuál de estos cinco países visites, siempre vas a encontrar similitudes.
Ya llevo un mes en Oporto y hay varias cosas que me han llamado la atención; algunas son graciosas y otras muy evidentes, pero creo que vale la pena que las sepas si te estás planteando alguna de estas dos ciudades (Bucarest y Oporto) como destino Erasmus.
La comida
Ambos países tienen una gastronomía estupenda, aunque cada uno tiene unas recetas propias. Eso sí, hay dos ingredientes que aparecen con frecuencia en ambas y que aquí en Oporto me hacen sentirme como en casa: el ajo y la cebolla.
En Oporto encontrarás uno de los platos más calóricos del país: la "francesinha". Se trata de un sándwich con varias capas de carne, como salchichas, ternera y jamón cocido, cubierto de queso fundido y de una salsa de tomate y vino. Rumanía tampoco se queda atrás con sus platos calóricos, ya que la mayoría de nuestros platos llevan carne, pan y queso; "tochitură", por ejemplo, es un guiso de carne con salsa de tomate, cebolla, ajo y hierbas y "musaca" es un plato de patatas laminadas y cubiertas de salsa de tomate y queso que se prepara al horno.
Si hablamos de postres, el más popular de Portugal son, sin lugar a dudas, los "pasteis de nata", unos celestiales pastelitos de crema del tamaño perfecto para comerlos de un bocado. Su relleno está hecho de leche, vainilla y huevo y seguro que, si los pruebas, caerás rendido.
Y puesto que he vivido la mayor parte de mi vida en Rumanía y me encantan los postres, puedo asegurar que los rumanos adoramos cualquier dulce relleno de crema, como los "pasteis de nata". Tenemos un pastel de vainilla (al que llamamos "tarta Blancanieves") que comemos habitualmente en Navidad... o, bueno, en cualquier ocasión especial.
La gente
Aquí hay muchas similitudes por nuestras raíces latinas, aunque mucha gente no piense que Rumanía tenga mucho que ver. Puede que seamos un poco más modestos en tema de hospitalidad, pero por lo que me han dicho amigos internacionales que han estado de Erasmus en Bucarest, los rumanos son muy atentos, sobre todo con los extranjeros.
Tenemos la necesidad de cuidar de nuestros invitados, así que puede que te sorprenda que la gente esté dispuesta a acompañarte a un sitio en lugar de darte indicaciones para llegar, solo para asegurarse de que llegas bien.
Como persona nacida en Rumanía, puedo asegurar que somos tan escandalosos como los españoles y nuestras familias están tan unidas como las italianas. Sin embargo, no da la impresión de que los rumanos tengamos ningún patrón de conducta cultural. Lo único que te puedo recomendar es que visites esta tierra al este de Europa y decidas si lo que nos define es nuestra sinceridad, nuestra amabilidad, nuestra cabezonería o nuestra simplicidad, porque me parece que compartimos muchos de estos rasgos con los portugueses. Y al parecer, muchos portugueses piensan lo mismo.
Yo creo que los portugueses son educados y serviciales, dos características que hacen que los extranjeros se sientan como en casa. Como ya he mencionado en algún artículo, en algunos países me ha dado la impresión de que me trataban como si no fuera bienvenida, algo que a otra gente también le ha pasado.
Por otra parte, los portugueses adoran a los animales, incluso más que nosotros. En particular, les encantan los perros grandes; he visto a mucha gente paseando perros por la calle y muchos de mis amigos me enviaban fotos de sus labradores. Incluso en nuestro patio y nuestro balcón había mínimo cinco gatos al día. Algunos llegaban a seguirnos dentro de casa cuando volvíamos de clase. La verdad es que es muy agradable convivir con tantos amantes de los animales.
Por último, pero no menos importante, los portugueses tienen la tendencia de subestimar su país, al igual que hacemos los rumanos. Al parecer, ambos países están siempre en crisis o cuentan con un gobierno incompetente envuelto en mil trámites burocráticos. Sin embargo, después de vivir en ambos países puedo decir que tenemos un coste de vida decente. Pagamos un precio razonable por nuestra ropa, comida, transporte y alquileres. Y lo que más me sorprende es que tanto los rumanos como los portugueses nos queremos mudar a otro país pero al mismo tiempo estamos muy a gusto en el nuestro.
El inglés
Saber un poco de inglés te ayudará a apañártelas con más facilidad en el extranjero, pero cuando la gente del país en el que estás tiene dificultad incluso para darte indicaciones, te verás en un apuro.
En Rumanía y en Portugal no es habitual doblar las películas, sino que se utilizan subtítulos. Por este motivo, la mayoría de rumanos y portugueses hablan inglés mejor de lo que la gente piensa. En parte, creo que esto es gracias a las películas, porque hacen que aprender inglés sea más fácil e intuitivo. Al fin y al cabo, hacen que nos acostumbremos a un nuevo idioma de manera inconsciente.
Quizás soy la única que lo piensa, pero me parece que en países como Francia, Italia y España (donde las películas se doblan) no hay tanto interés por aprender inglés. Y creo que el doblaje, entre otros factores, tiene algo que ver.
Entender otras lenguas románicas
Otra cosa que me parece interesante es como los portugueses entienden a los españoles y los italianos sin problema, igual que los rumanos. Es curioso, porque aparentemente a los españoles y los italianos no les pasa lo mismo; pero es bastante común encontrarse con españoles y portugueses hablando entre ellos, cada uno en su idioma.
La historia y nuestra forma de vestir
Dado que ambos países se revolucionaron para transformar el comunismo en democracia, también encontramos aquí algunas similitudes. Aunque la revolución portuguesa fue unos 25 años antes que la rumana (la portuguesa en 1974 y la rumana en 1989) y el modelo de comunismo de cada país era distinto (el portugués era de izquierdas y el rumano de derechas), algo que esa época nos ha dejado a ambos es la forma de vestir.
Vestir con ropa demasiado corta o escotada se considera una falta de respeto a los demás. Llevar ropa elegante o formal confiere a la gente un aire de superioridad y de antipatía. Estas normas sociales surgen de los valores de nuestro país y tenemos una forma característica de vestir; las mujeres llevan tacones, faldas y pantalones largos pero camisetas más casuales y los hombres llevan pantalones largos o cortos y polos.
Por último, pero no menos importante:
El tiempo
Puede que te parezca raro que el tiempo esté en la lista, pero la percepción del tiempo en Portugal es distinta a la de Rumanía. En Bucarest, es similar a la idea estadounidense de que "el tiempo es dinero"; crecí aprendiendo a llegar de 5 a 10 minutos con antelación a todas partes como muestra de respeto y de seriedad.
En Portugal, por otro lado, existe la broma de "a la hora de Portugal", que es unos 20 o 30 minutos más tarde de lo acordado. Por ese motivo, da la impresión de que el tiempo pasa de manera diferente. O quizás es que aquí son más optimistas y se creen que van a llegar a hora... pero no lo consiguen.
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