Puente parisino

Hace una semana tuve la ocasión de ir al Distrito XII de París en Flixbus durante un puente de 4 días.

Fui para allá el viernes por la mañana para llegar a mediodía. El programa era el siguiente: una entrevista de trabajo, visitas y nuevos descubrimientos. De hecho, el viernes estaba dedicado a la entrevista de trabajo para un servicio cívico. Tras la entrevista, aproveché para reservar una habitación en un hotel.

Al día siguiente, busqué otro hotel más barato. Lo mismo hice el domingo. En definitiva, dormí en 3 hoteles distintos del mismo distrito.

¿Que qué hice? El sábado por la tarde fui a ver una obra de teatro (en una escuela que no puedo nombrar sin estar autorizada). Estuvo genial, me dieron ganas de apuntarme. Comí en varios bares. Desgraciadamente, no pude visitar gran cosa porque los monumentos de la ciudad me pillaban a 2 horas de donde me encontraba, y no es que tuviera muchos medios... Estaba decepcionada, el Distrito XII no me gustó nada. ¡No se me ocurriría nunca vivir allí!

Me di cuenta de que hay muchas diferencias en la forma de vivir respecto con Angers, sobre todo en el precio. Me sentí incómoda entre esos edificios tan grandes. Los parisinos, salvo algunos, tuvieron la amabilidad de ayudarme cuando me perdí, aunque en especial los turistas.

En general, pude hacer todo lo que quería, o al menos casi todo, el tiempo jugaba en mi contra. ¡Ahora sé qué quiero!

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