Disneyland París: como una niña grande

Aunque en el apartado de ciudad ponga París, no vengo a hablaros de París, sino de Disneyland París.

Por mucho que sea para niños (¡mentira! ) y que esté lleno de símbolos, señales, objetos y personas metidas en trajes de goma espuma, es un lugar mágico. No tuve la suerte o la desgracia de ir cuando era una niña por lo que me hacía muchísima ilusión poder ir siendo ya algo más mayor.

Fue el 12 de octubre de 2012 cuando pude finalmente visitarlo, en el veinte aniversario del parque. Estábamos en París dos compañeras de clase y yo visitando a otra que estaba de Erasmus (oh yeah, ese gran año) y decidimos en la planificación reservar un día para el gran parque. Hicimos una pequeña trampa porque había una promoción para residentes en París. Evidentemente nosotras no residíamos en París, pero nos dio igual: pusimos la dirección de nuestra amiga y fuimos las cuatro a la dulce aventura Disney.

Desde París es muy fácil llegar: hay tren directo. Además, no era demasiado caro. Cuando llegas, Disney está a tan solo a 10 minutos andando. Disney Studio está pegado, pero no te aconsejo que los visites porque tampoco hay demasiado que ver.

Allí estábamos nosotras, ante Disney justo en el momento de la apertura de puertas. Dábamos saltitos y todo xD, muy frikis. Pasamos el control de seguridad bastante duro y... ¡Estábamos dentroooo! Como unas locas cogimos tropecientos mapas en tropecientos idiomas.

Y comenzamos nuestra andanza. Aquello era un mundo aparte. Colores pasteles y kilos de purpurina nos daban bofetadas, pero nosotras estábamos encantadas. Está todo pensado para el consumo y ser feliz jaja. Nuestra primera parada fue una casa hechizada enfrente de la cual nos encontramos con Jack, de Nightmare Before Xmas. La locura se desataba: cuatro frikis de Tim Burton juntas no pueden ser buenas. Hicimos la cola, que era bastante corta, para hacernos la foto con Jack. En la cola todo lo demás eran niños xD. Pero fue así durante casi toda la visita.

Otra de las paradas que nos hizo mucha ilusión fue la zona de Alicia en el País de las Maravillas, donde encontramos al conejo y dos de mis amigas se pusieron a seguirlo como locas mientras el conejo huía. Fue muy épico.

Mi consejo si vas a Disney es que lleves paraguas, al menos en París, porque se puede poner a llover en cualquier momento. No esperes demasiadas atracciones, porque no, para los mayores no hay tantas, pero son geniales de todos modos (aunque nos montamos en una que era una especie de montaña rusa en negro que mareaba muchísimo).

Comer comimos en uno de los restaurantes baratos (10€ por una hamburguesa con patatas). Aquí viene la anécdota porque cuando pedí la hamburguesa que estaba condimentada con mil cosas en plan salsas etc, yo le dije por favor a la camarera que de todo lo que llevaba la quería solo con eso. Así que eso fue lo que hizo: me trajo pan con queso SIN hamburguesa. La cara que se nos quedó a todas fue brutal. Nos partimos claro. Conseguí interceptar a un camarero y decirle que por favor me trajeran la hamburguesa para acompañar al queso xD.

Podéis ver mi cara de flipada también cuando descubrimos a Mickey en su casa, porque mi gran ilusión era hacerme una foto con él. Hasta le abracé jajaajaja. ¡Patéticamente adorable! También podéis comprobar que nos flipamos mucho haciendo los osos (jajaja, que maloooo! Mis amigas están locas, sí).

Visitad Disneyland París aunque sea con 40 años porque con cada edad se vive de una manera diferente y maravillosa :D.