Descubriendo París

Un viaje a la ciudad más romántica del mundo: París

París siempre ha sido uno de mis destinos de ensueño, y como no iba a serlo. Después de mi último viaje a esta gran capital europea he decidido que tengo que pasar parte de mi vida en París.

Mi viaje duró apenas 5 días, que están bastante bien si lo piensas, pero no son del todo suficientes si quieres llegar a conocer esta ciudad al 100%.

En cuánto a atracciones turísticas y monumentos, París te dejará sin palabras gracias a la riqueza patrimonial, cultural y artítstica que esta ciudad ofrece. Basta con pasear por sus calles para saber que estás en París. Puedes dar un paseo a la orilla del río Sena mientras te paras a ver los puestecillos de libros que hay, muchos muy antiguos e interesantes.

Podrás remontarte al siglo XII y presenciar toda la belleza del arte gótico europeo que nace en la Isla de la Cité, en medio del río Sena y el corazón de París visitando la catedral de Notre Dame. La gran catedral de Europa, increíble por su altura y sus preciosas vidrieras. Estar dentro es un viaje a la Edad Media.

Notre Dame por fuera

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El interior de Notre Dame.

A tan solo 5 minutos andando y en la misma isla encontrarás la Sainte Chapelle, otro templo gótico construido  para albergar las reliquias de la Pasión de Cristo. Estar dentro es indescriptible, con la luz entrando a través de todas las increibles vidrieras. Es algo que hay que ver.

Las vidrieras de la Sainte Chapelle.

A otros 10-15 minutos andando puedes visitar el Louvre, una verdadera manera de pasar una tranquila mañana paseando y un sueño para los amantes del arte. Hay mucho más que ver además de La mona lisa! El museo da para varias horas, todo depende de las ganas que tengas. 

El Louvre por fuera.

La famosa Venus de Milo, escultura griega del siglo II A.C.

La Victoria de Samotracia, escultura griega del siglo II A.C.

El museo de Orsay, una antigua estación de trenes, me resultó bastante ineteresante y debe ser otro lugar incluido en tu lista si quieres conocer a los grandes pintores impresionistas.

Otra de mis actividades favoritas es subir al Arco del Triunfo, contemplar todas las avenidas que salen de este y pasear por los Campos Eliseos, una manera de pasar la tarde e ir de tiendas de todas las marcas, desde Louis Vuitton hasta Adidas. En situación normal, esto es lo que hubiera hecho. Sin embargo, me encontré con una revuelta de los chalecos amarillos y me llevé otra imagen mucho más interesante

La policía despejando los Campos Eliseos

Y por supuesto la Torre Eiffel, la famosísima atracción turística de París a la que hay que subir sí o sí. Las vistas me dejaron sin habla.

Sí, soy yo. Me pareció que era un lugar perfecto para una foto para instagram.

París cuenta además como muchos jardines y parques. Me encantó pasear por la mañana por los Jardines de Luxemburgo y comer en los Campos de Marte antes de subir a la Torre Eiffel. Una manera de estar en contacto con la naturaleza en mitad de una capital.

Los jardines de Luxemburgo y el Palacio de Luxemburgo al fondo.

Una gran ventaja de la ciudad es que si eres estudiante todos los monumentos y lugares que he mencionado son gratis si eres estudiante a excepción del museo de Orsay y la Torre Eiffel, pero su precio merece la pena.

En cuanto al clima, al haber ido en el mes de marzo no ha hecho sol todo el rato. A ratos nublado, a ratos chispeaba y a ratos salía el sol. Recomiendo llevar todo tipo de ropa porque nunca se sabe.

La fiesta tampoco faltó. En La Boule noire, en el famoso barrio de Pigalle, donde está también el Moulin Rouge, asistí a un concierto de varios artistas underground de París. El ambiente fue genial. Ojalá hubiese salas así en mi ciudad.

Además, tuve la suerte de que el cantante y rapero internacional Drake cantaba uno de los días en Accor Hotels Arena. La cola fue un poco larga pero mereció muchísimo la pena. Fueron de las mejores dos horas de mi vida.

Drake a 2 metros de mi en el concierto.

Moverme por París fue relativamente fácil. Hay muchos sitos a los que puedes ir andando y si no, hay muchas líneas de metro. Al principio fue un poco lioso pero gracias a Google Maps y un poco de atención te acabas acostumbrando.

Por supuesto no podía irme de París sin probra un crêpe. Hay muchos puestos en la calle que los venden tanto dulces como salados a un precio no muy alto teniendo en cuenta que es París. 100% recomendable. Pero la gastronomía francesa no se reduce a eso. Siéntate en una terraza, echa un vistazo a la carta y disfruta!

En resumen, uno de los mejores viajes de mi vida que estoy esperando repetir.