Cómo no volverse loco buscando piso en París (¡y un par de consejos!)
Una de las experiencias que más me ayudó a crecer durante el Erasmus, y que desde luego me sirvió para mucho más que horas y horas en la biblioteca, fue tener que buscar piso en París sin volverme loca.
Fui de Erasmus a París, a "la Sorbonne Nouvelle", en septiembre de 2014. Quisiera aclarar que no era mi primera vez buscando piso (ya había vivido dos años de alquiler en Inglaterra), así que pensé que tenía experiencia suficiente para que no me estafaran y que estaba preparada para el proceso. No sabéis cuánto me equivocaba.
Antes de poner un pie en París, ya había cometido un error de principiante: el mes. Como todos sabéis, septiembre es el mes donde la gente vuelve a la rutina después de las vacaciones: vuelta al cole, al trabajo, a la universidad... Y por tanto es el mes donde la mayoría de la gente se muda a otra ciudad y empieza a buscar piso - lo que nos lleva a mi primer consejo.
1. Id a París antes de septiembre
Y con esto no me refiero a que vayáis medio año antes de que el semestre empiece, pero os recomiendo ir con un mes y medio de antelación. Si empezáis en septiembre, como fue mi caso, venid en verano, a principios de agosto como tarde: habrá muchos turistas (aunque es París, siempre los hay) pero menos estudiantes en busca de piso.
Ahora pongamos el caso de que venís desde Estados Unidos o Rusia y que no queréis venir tan pronto a París solo para buscar piso. Me parece lógico. Lo que no me parece lógico en París (ni en ningún otro sitio) es buscar piso por Internet y (para colmo) pagar el primer mes para asegurarlo. No hablo de mi caso, pero sí del de una de mis compañeras de piso en Inglaterra: decidió buscar piso online desde Inglaterra a través de sitios web fiables y encontró uno que parecía estar bastante bien. Se puso en contacto con el dueño, que le envió fotos. Como le gustaron, acordaron el precio, firmó un contrato online y pagó seis meses de alquiler por adelantado. El casero le dijo que le daría las llaves cuando llegase a París. Unos meses después se mudó, y al llegar a la dirección vio que era una lavandería. Sobra decir que el tipo nunca le respondió las llamadas ni los mensajes. Así que aquí llega el consejo número 2:
2. Nunca firméis contratos ni paguéis nada hasta que no hayáis visto el piso
Aunque viváis en la misma ciudad y sepáis que dicho piso existe: no sabéis en qué condiciones está. A veces las fotos son falsas, están editadas o muestran una imagen muy lejos de la realidad. Así que sacad tiempo para ir a ver el piso antes de firmar nada. Vale la pena.
3. Preparaos para pagar mucho por espacios reducidos
Otro consejo que podéis aplicar en cualquier capital del mundo, no solo en París. Debo añadir que, según mi experiencia, París es una de las ciudades con los alquileres más caros (550 - 600 euros por habitación). Puesto que hay mucha demanda, también hay mucha gente que se aprovecha y llega hasta a pedirte 400 euros por dormir en su sofá. Incluso hay quienes te ofrecen compartir habitación y cama. Por suerte, hay formas de evitar esto. En primer lugar, seguid el consejo 1: venid con tiempo. Además hay universidades que tienen opciones de alojamiento a buen precio. Por lo que os aconsejo:
4. Si la universidad tiene residencia, plantearos pedir plaza
Fui lo bastante tonta como para dejarme lo de buscar piso para el último mes, así que no leí el correo que me envió la Sorbona en febrero preguntando si me interesaba alguna de sus opciones de alojamiento. Si hubiera sabido cuánto me iba a costar encontrar piso, habría sido la primera en contestar. Dice mucho que todas las opciones de alojamiento que ofrecía la universidad se llenaran en menos de dos semanas.
Lo mejor de vivir en una residencia de estudiantes es que no tenéis que buscar piso, pero también que vivís con otros alumnos y pagas un precio razonable. Si no queréis vivir con estudiantes, también hay algunas habitaciones en conventos. Es una alternativa un poco drástica, ya que tienen reglas muy estrictas: hora de volver a casa, no traer invitados e ir rezar por las mañanas. Eso sí, suelen estar bien ubicados y a precios asequibles, por lo que las plazas vuelan.
Como ya he mencionado, llegué en septiembre, a mitad de mes para ser más precisos, y evidentemente las residencias y los conventos estaban llenos desde marzo. Después de dos semanas de agobio Sena arriba y Sena abajo y viendo mínimo ocho pisos por día, encontré una habitación en casa de una familia en el Distrito XIX por "solo" 400 euros al mes. Acabó siendo una buena opción, porque podía practicar mi francés con la familia y, como le caí bien a la madre, me hacía un montón de tartas. Si no os importa no vivir con vuestros amigos, quedarse con una familia es una opción que está bien y cuesta menos dinero. ¿Pasamos al último consejo?
5. Acabaréis encontrando algo, así que ¡no os desaniméis!
El piso no estará ni a la orilla del Canal Saint Martin ni tendrá las preciosas vistas al Sena con las que siempre habéis soñado. Seguramente será un cuartucho en un edificio gris de un distrito cualquiera. Pero tendréis piso en París. Y a partir de entonces podréis disfrutar de todas las maravillas que la Ciudad de la Luz os ofrece. Quién sabe, quizá un tiempo después incluso os acabéis refiriendo a vosotros mismos como "parisiens".
Espero que esta entrada os haya ayudado. Y si estáis buscando piso, no os desesperéis, ¡seguro que encontráis algo!
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