Una emocionante experiencia muticultural en Francia
He sido una estudiante Erasmus en la Universidad de Orleans la Source. Francia, desde el 11 de enero hasta el 27 de mayo de 2017.
A pesar de que mi viaje en tren de Bucarest a Orleans fuera una pesadilla (o, a lo mejor, gracias a eso) mi experiencia como estudiante Erasmus en Orleans (más concretamente como una estudiante con discapacidad) ha sido extremadamente agradable y cultural, intelectual y espiritualmente enriquecedora.
Lo que hice, antes incluso de llegar, fue ponerme en contacto con la Oficina de Estudiantes Internacionales, que lo había gestionado todo para que mi madre (que viene como mi acompañante) y yo pudiéramos alojarnos lo más cerca posible de la facultad, y también para que algunos voluntarios encargados de acompañar a estudiantes con discapacidad fueran a esperarnos a la estación.
Me dieron una llave para poder usar el ascensor y se preocuparon por encontrar maneras en las que podrían facilitarme la vida todo lo posible tanto en el campus, como en la ciudad y la universidad.
La primera semana fue de adaptación. Nos invitaron a un desayuno francés, a lo que le siguieron juegos y concursos organizados por voluntarios Erasmus, donde conocí a otros estudiantes Erasmus. Luego nos enseñaron todo el campus y el centro de la ciudad (visitamos la catedral y el antiguo ayuntamiento, al igual que unas cuantas tiendas y calles rodeadas de edificios bonitos y restaurantes). Más tarde, conocí al responsable Erasmus, quien fue muy comprensivo y de gran ayuda desde el primer día hasta el último. Sabía perfectamente cómo afrontar los problemas de un estudiante extranjero. Después, llegó nuestra segunda experiencia: el roscón de reyes, una deliciosa tradición francesa de enero, que consiste en comerse un pastel relleno de crema de almendras o de frutas mientras llevas una corona de papel que te dan en la misma caja del pastel. También conocí a gente Erasmus allí.
Con la ayuda de la asociación Passarelle Handicap, me llevaron a mi primer castillo de Loira, un castillo antiguo donde están actualmente las oficinas de administración de la universidad. Se encuentra en el valle de Loiret, un afluente del Loira, al final de un precioso jardín floral lleno de animales exóticos, pájaros y mariposas, además de una gran variedad de plantas. Más tarde, como el jardín estaba muy cerca de nuestro hostal para estudiantes, volvimos a visitarlo muchas veces, porque podíamos entrar gratis en primavera. Disfrutamos de la época de floración de distintas especies de plantas, y de la exposición de orquídeas.
Mi siguiente castillo fue el Sully, donde nos invitó la Oficina de Estudiantes Internacionales a principios de febrero. Nos enamoramos de inmediato del parque en el que estaba el hostal, lleno de ardillas, conejos y flores preciosas que parecían turnarse para florecer. Además, había cerezos esparcidos por todo el campus y el centro de la ciudad, que estaba a tan solo 30 minutos en tranvía. No me puedo olvidar de mencionar a la maravillosa gente (compañeros, voluntarios y empleados) y a la gran organización de la Facultad de Letras. Mi madre pudo acceder a todos los sitios a los que fuimos. Nos aconsejaron sobre cómo rellenar los formularios de petición de ayuda para el alojamiento, pedir cita en el médico, matricularme en la universidad, dónde comer, cómo usar mi carné de estudiante (tienen un sistema genial que te permite utilizarla como una tarjeta de crédito en el campus, la biblioteca, los restaurantes y las máquinas de café), comprar billetes de tranvía y cómo desenvolverme por el hostal y el campus.
La Oficina Erasmus, al igual que las asociaciones de estudiantes, organizaban viajes muy baratos por lo alrededores, a los castillos del Loira y a París (que está a 100 km de Orleans), así como a Burdeos, al monte Saint-Michel y Saint-Malo. Gracias a ellos, pudimos visitar muchos más sitios de los que habíamos planeado en un principio, todo a un precio muy asequible.
En resumen, me gustaría volver a esta universidad y a esta ciudad tan pronto como pueda, y las recomiendo completamente a cualquier estudiante, sean Erasmus o no. La cultura es impresionante, al igual que su gente, siempre amable y de mucha ayuda. El país es precioso y muy sencillo de visitar. Se nota que el alcalde se preocupa de los ciudadanos, porque es muy sencillo usar el transporte público, y la gente joven puede entrar gratis a los puntos turísticos. Por último, pero no por ello menos importante, formé parte de las fiestas de Juana de Arco, entre el 29 de abril y el 8 de mayo, y fue otra buenísima experiencia para mi.
Volvería a Orleans mañana mismo si pudiera. ¿Te vendrías conmigo?
¡Mira las fotos y ya me dices!
Ah, olvidaba mencionar las fiestas que organiza la Oficina Erasmus en los bares del centro, que están en las plantas bajas de unos edificios antiguos preciosos, o incluso en los castillos (la gala Hollywood se celebró allí). Como soy un fanática de los viajes, fui a Versalles, París (los principales puntos turísticos), el Monte Saint-Michel, declarado Patrimonio de la Humanidad, al igual que todo el valle del Loira. También visité Saint-malo, un puerto del Canal de la Mancha... todo ello en 4 meses, gracias a la Oficina Erasmus y por cuenta propia. Empecé mi recorrido en Blois, a 50 minutos en tren, y vi los castillos de Blois y de Chambord. Ha sido una experiencia impresionante e inolvidable que recomendaría para todo el mundo, ya sea estudiante o no, porque mi madre de 60 años también se lo pasó genial: dio clases de francés, aprendió recetas típicas y experimentamos las tradiciones locales.
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