Viaje por Varsovia-Cracovia-Olomuc-Praga-Innsbruck

...Tomé el tren rumbo a Olomouc, donde me quedé de ver a Krystina, una buena amiga de República Checa, y primera que conocí, con la que compartí muchos momentos de risa.

De cómo nos conocimos.

A kristyna la conocí en uno de los viajes organizados por la ESN, si no me equivoco la organización del Politécnico lanzó la convocatoria y quedó saturada (como era costumbre) rápidamente, pero por parte de otra escuela aún había espacios para el mismo viaje pero tenías que haber estado en la lista de espera, afortunadamente si había entrado a la lista de espera y terminé viajando con la otra universidad, Universitá degli studi creo, ahí, conocí a muchas personas con las que hice click rápidamente, entre ellas Kristyna. Una chica de República Checa que estudiaba lenguas o creo que hasta la fecha sigue estudiando (supongo que es porque hay muchas lenguas en el mundo) y que parecía que nunca tenía llenadera para la fiesta, pero esa es historia para otra ocasión.

Ella es propiamente de Olomouc, un pequeño poblado casi a las orillas con Polonia, mi vuelo llego a algún sitio cercano y de ahí me moví hasta su casa, no había conocido a muchas personas de Europa del este y me llamó mucho la atención el distanciamiento que se tienen las personas.

Un saludo muy incómodo.

Les voy a explicar lo del distanciamiento con un ejemplo de lo primero que me ocurrió, Kristyna vivía en un departamento que compartía con su hermana, cuando la fui a visitar me la presentó y yo me acerqué a saludarla de beso (como todo latino), inmediatamente se hiso para atrás y se espantó por mi acercamiento, Kristyna le explicó que así es como nosotros solemos saludar pero parece que fue el shock más fuerte que le ocurrió al menos en la semana.

De vuelta por Olomouc.

Ya con un poco más de tiempo para recorrer el poblado, mi guía personal me llevó por diversos de los destinos del lugar, me disculparán si no recuerdo ninguno de los nombres, pero para mí eran muy complicados de aprender por lo que me di por vencido prontamente.

A primera hora me llevo a un mirador de la ciudad, con unos arboles de una medida impresionante, es un poblado no muy habitado y con mucha área verde que cultivar, desde el mirador se podría apreciar una agradable vista, sumándole al hecho que había una especie de palacio (cerrado para el momento que fuimos) que me comenzaba a hacer una idea de lo que este pequeño poblado me guardaba.

En la fotografía: el palacio con una gran vista.

Nuestro segundo lugar turístico a visitar, fue el centro, recorrimos a pie sus principales plazas y Kristyna me explicaba algo de información  de los lugares, conocí el ayuntamiento, el cual es uno de sus edificios más importantes, y en donde podemos encontrarnos con un reloj astronómico, algo que jamás había visto en mi vida, o quizá solo por internet, para todos los incultos como yo, permítanme sacarlos de la duda, se suele usar principalmente para además de dar la hora, mostrar posiciones relativas del Sol, la Luna, las constelaciones del Zodiaco y fechas de eclipses o fechas de mareas; uno de los principales o más famosos relojes astronómicos es el que se ubica en Praga, pero ya llegaremos a hablar de él más adelante.

La fotografía del reloj astronómico.

Si lo que quieres es apreciar una vista 360° de la ciudad, puedes subir al mirador del edificio del ayuntamiento, pero mi guía me llevó a conocer otro mirador aún mejor, por el hecho de que era gratuito y no era turístico, desde ahí puedes apreciar la catedral de la ciudad, el edificio del ayuntamiento, y la zona moderna de la ciudad.

La columna de la Santísima Trinidad.

Ubicada en la misma plaza que el edificio del ayuntamiento, esta columna (algo sucia o con poco mantenimiento diría yo) destaca por sus más de treinta metros de ornamentación barroca.

La catedral de Olomuc.

Esta importante edificación de la ciudad, tiene una sorprendente fachada de estilo gótico, no sé si haya sido solo mi percepción, pero me dio la impresión de haber sufrido el mismo caso que muchas catedrales del mundo, se construyeron con un estilo, con los años sufrió una ampliación de un estilo diferente, tiempo después se le agregaron una o varias torres, y así sucesivamente, y me dio esa impresión por la diferencia de colores y estilos de sus fachadas, les dejo una fotografía a continuación para que lo juzguen por cuenta propia.

A un costado de la catedral, había un museo que parecía ser relativamente reciente, con algunas estatuas religiosas, lo que más me gusto del lugar fue: un carruaje sorprendentemente detallado y garigoleado y el pequeño jardín central, no se si fue por el contraste del verde con lo beige de la piedra, o porque simplemente me pareció agradable.

La fotografía del rebuscado carruaje.

Ya del interior de la catedral no les puedo contar mucho, es estilo prácticamente gótico, con algunos detalles en barroco, pero predomina principalmente el primero, es grande, iluminada, pero no podría decir que es algo del otro mundo, pero aquí les dejo una fotografía para que se hagan una idea por cuenta propia.

Otra vista desde lo alto.

Kristyna me llevó a conocer lo que parecía la zona moderna de la ciudad e intentar subirnos a uno de los edificios más altos de la zona, no recuerdo bien como, pero lo hicimos, apreciamos la vista del lugar, y paseamos un poco por la zona, todo para entender de una manera más completa la dinámica de la ciudad.

La comida.

Quiero cerrar con dos temas que me parecieron más impactantes en mi viaje, el primero, el tema gastronómico, pero no tanto por la comida en sí, la cual recuerdo como muy rica, sino el como comen.

Los checos suelen platillos con la papa y la carne como principal elemento, una de mis primeras comidas fue como un caldo de res con algunas verduras, y unas rodajas de una especie de pan hervido o no se bien como explicarlo, pero me recordó a las bolas de comida asiática que le gustaban mucho a Po de Kung fu Panda, acompañaban a unos pedazos de carne de cordero probablemente en una crema de alubias, no sé con que comparar el sabor porque era una cocina que no había probado anteriormente, en otra ocasión en casa de la mamá de mi amiga, me preparó carne con nuevamente esa especie de pan hervido, y una crema con ingredientes que ya no recuerdo.

En la fotografía: una de mis comidas checas.

Con respecto al como comen no se si se haya debido porque yo estaba de visita o sea una situación recurrente, pero había mucha familiaridad, como un aura de unión muy agradable, probablemente lo esté exagerando, pero a casi tres años de eso, yo así lo recuerdo.

Hablando del segundo tema que me impacto y que ya había tocado un poco anteriormente, es el contacto humano, cuando nos dirigíamos a Praga Kristyna y yo, su mamá nos llevó a la estación del tren, me había me preparado una deliciosa cena y me había dado la bienvenida a su casa por lo que al despedirnos no pude contenerme a darle un abrazo, ella se extrañó y al separarnos le dijo a su hija en checo “esto se siente bien, porque no lo hacemos más seguido nosotros”, no sé si se deba al sufrimiento que tuvieron que pasar años atrás la población o que por naturaleza la gente no sea tan “cálida”, pero viniendo de un país de donde te despides de beso a casi todas las personas que conoces, me resultó algo muy diferente.

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