Vacaciones en la Gran Manzana

Creo que todos estamos de acuerdo cuando digo que celebrar las fiestas en el Empire State está en la lista de deseos de muchos. Nadie celebra las vacaciones mejor que los neoyorquinos. La atmósfera de Navidad y la ambientación está a un nivel completamente distinto con sus brillantes decoraciones navideñas, los fantásticos árboles navideños, la música atronadora de la época y los imponentes rascacielos. Es sin ninguna duda, una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida.

Durante las últimas vacaciones, mi hermana y yo pudimos pasar un día en la Gran Manzana y percibir todas las vibraciones navideñas. No era la primera vez, puesto que ya habíamos pasado otras Navidades y Nocheviejas allí. No obstante, esta vez parecía más especial por un motivo: ¡era la primera vez que visitaba Nueva York en tres años! ¡Parecía haber pasado menos tiempo! Me había mudado para trabajar y hacer vida en Uzbekistán hacía tres años y aunque había visitado EE. UU. unas pocas veces antes de este viaje, no había tenido la oportunidad de escaparme a Nueva York.

Mi abuela y yo habíamos llegado a EE. UU. desde Uzbekistán para pasar las vacaciones de invierno y estar un poco con nuestra familia en Maryland. Para aquellos que no estéis familiarizados con este estado, se sitúa en la costa este, cerca de Washington D. C. Estas vacaciones eran súper especiales por varias razones pero sobre todo porque era la primera vez que mi abuela visitaba Estados Unidos. Así que toda la familia estaba emocionada por tenernos a los dos durante las vacaciones. Habían planeado un montón de cosas divertidas para hacer y viajes agradables. Desafortunadamente, unos días después de empezar nuestro viaje, mi abuela pilló un resfriado terrible. Sus síntomas progresaron y nos vimos obligados a llevarla al hospital, donde nos dijeron que tenía síntomas de una pulmonía en su etapa inicial. Fue muy mala suerte porque tuvo que permanecer en el hospital prácticamente el resto del viaje, acostada y con varias vías intravenosas. Aunque no pudo pasear ni disfrutar de la belleza de ciudades como Maryland o D. C., ¡al menos pudo vivir la experiencia de los hospitales estadounidenses!

Mi familia y yo estábamos muy involucrados y preocupados por el bienestar de nuestra abuela, aunque mis padres todavía querían que disfrutase de mis vacaciones. Así pues, una de las cosas que organizaron era un viaje de un día a Nueva York. A pesar de ser solo un día, estaba emocionada igualmente porque como ya he dicho, había pasado un tiempo desde que había visitado la ciudad, ¡especialmente en la época más maravillosa del año! Mi hermano compró nuestros tickets de Boltbus aquí. Cada asiento costaba unos 35 dólares y fuimos desde Bethesda, una ciudad de Maryland. Fuimos por la mañana muy temprano; no recuerdo la hora exacta pero recuerdo despertarme bastante temprano y caer rendido en el bus. Los autobuses son muy súper cómodos a pesar de todo y no estaban muy llenos lo que nos vino de perlas, ya que mi hermana y yo teníamos nuestra fila de asientos para estirar las piernas y dormir. Los autobuses también tenían enchufes normales bajo cada asiento, así como acceso a wi-fi gratis. El conductor fue muy simpático y nos fue informando sobre las paradas durante el viaje.

Cuando llegamos a Nueva York, nuestro autobús nos dejó cerca de Penn Station, una parada muy conveniente ya que estaba justo al sur de Manhattan. El tiempo era bastante desagradable porque había estado lloviendo y chispeando sin parar desde muy temprano y ninguno de los dos habíamos traído paraguas. Sin embargo, este tiempo durante el invierno no es nada sorprendente en Nueva York. Mi hermana y yo lo sabíamos, ¡pero ninguna de los dos quería cargar con un paraguas! Pues nos habíamos alisado el pelo y nos habíamos maquillado muy bien para las fotos, así que, como podéis imaginar, fue toda una aventura. Afortunadamente, hay coches de Uber y Lyft por todas partes en Nueva York así que pedimos un Uber enseguida. Afortunadamente, había uno una súper cerca, justo a la vuelta de la esquina. Nos recogió de inmediato y nos dirigimos a nuestro primer punto de interés de la Gran Manzana.

Como nos habíamos ido muy temprano por la mañana, ni mi hermana ni yo habíamos comido nada, así que por supuesto, lo primero fue ir a uno de los cafés más bonitos y acogedores de allí: Maman. Mi hermana encontró este café francés tan mono en Instagram y pensó que sería el lugar perfecto para pillar algo de comer. El café vendía diferentes tipos de sándwiches, pasteles, galletas y quiches. Mi hermana pidió una quiche de cuatro quesos y yo elegí el croissant de salmón. También pedimos bebidas calientes para acompañar nuestra comida; mi hermana pidió un café grande de menta con leche y mocca y yo solo una taza grande de té de frambuesa. Lo sé, somos bastante simples.

Me encantó este pequeño café rústico porque era acogedor, la comida era excelente, la decoración y la presentación del lugar eran magníficos, y el servicio al cliente era increíble. El personal también fue muy amable y hospitalario. ¡Y el baño era todo a lo que podía aspirar! Mirad:

Estaba obsesionada con los detalles decorativos. Tenían un aura muy vintage con las fotos en blanco y negro y las suculentas verdes. El café en sí no es muy grande, por lo que hay limitados asientos disponibles, algo a tener en cuenta si queréis ir alguna vez.

Después de comprar algo para comer, decidimos dirigirnos a algunos puntos turísticos de la ciudad. Utilizamos principalmente Uber para desplazarnos y los precios no eran tan malos. Creo que el precio de cada viaje oscilaba entre 7 y 20 dólares, dependiendo de la distancia. Afortunadamente, la mayoría de los puntos emblemáticos están a poca distancia a pie (con la excepción de unos pocos), lo que nos facilitó la vida.

Primero decidimos echar un vistazo a las tiendas de Westfield World Trade Center en el centro de Manhattan.

Estaba muy emocionada por visitar este nuevo centro comercial porque sólo había pasado un año desde que abrió sus puertas. Además, es completamente diferente de otros centros en Nueva York, ya que las tiendas de ropa y cosméticos suelen estar dispersas por toda la ciudad y no reunidas bajo un mismo techo. Definitivamente te aconsejaría dar un paseo por este centro comercial aunque no tengas pensado comprar marcas de lujo porque la arquitectura y composición de este lugar son sublimes. Además, ¡es un buen sitio para las selfies!

El siguiente lugar al que decidimos ir fue el Monumento Nacional del 11 de septiembre. Este es otro sitio emblemático que no había visto porque había sido construido recientemente. Si alguna vez estás en Nueva York, esta es una atracción que simplemente no vas a querer perderte. Aunque no pudimos entrar ni visitar el museo, pudimos absorber mucho simplemente explorando el monumento. Al mirar la hermosa estructura de la fuente y leer los nombres de las personas que perdieron sus vidas en este horrible evento, se evocaron algunos recuerdos sombríos de este horrible e histórico día. Tanto la piscina norte como la sur están bellamente construidas y es extraordinario pensar que dos de los edificios más altos de la Tierra solían estar en su lugar antes de ser destruidos en cuestión de horas. Visitar este lugar es una hermosa experiencia no solo para los estadounidenses, ¡sino para todo el mundo!

Otro sitio muy popular que no está muy lejos del Monumento al 11-S es el Toro en Broadway. Básicamente es una escultura de bronce de un toro que representa a Wall Street y se sitúa de forma conveniente en el distrito financiero de Nueva York. Esta obra de arte está en medio de la calle y siempre verás a un gran número de personas haciendo cola para hacerse fotos con la escultura.

Sin embargo, la cola va bastante rápido ya que cada persona tiene sólo unos segundos para detenerse frente al toro. Así que asegúrate de que quien te haga la foto sepa exactamente lo que está haciendo, de lo contrario, ¡toda la espera no servirá de nada! Tuve mucha suerte porque conseguí evitar por completo a gente metiéndose en mi foto.

El siguiente lugar que visitamos fueron las escaleras del Museo Metropolitano. Si has visto Gossip Girl entonces deberías estar familiarizado con estos infames escalones donde Blair Waldorf se juntaba con su pandilla antes de ir a la escuela todas las mañanas. Este es el lugar perfecto para tomar un respiro después de hacer turismo. Puedes refrescarte, tomar coger algo de comer de uno de los muchos food trucks cercanos y simplemente mirar a la gente. Desafortunadamente, cuando estábamos de visita, los escalones estaban mojados debido a la lluvia, así que no pudimos disfrutarlo tanto.

Otro lugar espectacular que hay que ver en NYC es el Rockefeller Plaza. Este imán turístico es especialmente popular durante la temporada navideña. Se erige el árbol de Navidad Rockefeller y una enorme pista de patinaje al aire libre es instalada a los pies del árbol.

Todo el mundo está de un humor festivo genial, con música navideña a todo volumen tronando por los altavoces. Es una experiencia maravillosa al completo. Las colas suelen ser bastante largas porque sólo permiten la entrada de 150 personas a la vez. Así que no pudimos participar en esta increíble experiencia, pero si tienes tiempo, deberíais probarlo. Los precios son un poco altos, pero vale la pena cada centavo. El precio de patinar sobre hielo es de 25 a 32 dólares para los adultos y 15 dólares para niños, más 12 dólares por alquilar un par de patines.

Una vez que terminamos de admirar las elaboradas decoraciones de la hermosa Plaza Rockefeller, bajamos lentamente por la calle hasta Fifth Saks Avenue. Mientras caminábamos, nos encontramos con la encantadora Catedral de St. Patrick. No puedes pasar de largo de esta rural iglesia porque destaca entre toda la infraestructura moderna que la rodea. Es bastante raro ver este tipo de catedrales en los Estados Unidos, ya que se parece más a las europeas. El interior de la iglesia era notable también y muy pacífico. ¡Las coronas navideñas también eran un detalle precioso!

Después de admirar este lugar sagrado tan bonito, continuamos por la calle hasta Fifth Saks Avenue. Este centro comercial alberga todas las marcas de lujo que se te puedan ocurrir. Es una excelente elección para los que disfrutan yendo de compras!

Ahora bien, un viaje a Nueva York no está completo sin un paseo por el famoso Times Square. Me encanta cómo en el momento en el que entras en Times Square, inmediatamente sabes que estás en el Empire State. Hay muchas cosas en esta parte de la ciudad, así que si no te gustan las multitudes, entonces este lugar tan icónico no es para ti. Puedes encontrar muchas tiendas y restaurantes que están abiertas de madrugada. Siempre hay mucha muy vitalidad y mucho movimiento. Times Square es una experiencia única en Nueva York con sus vallas publicitarias enormes y electrónicas, las luces deslumbrantes y las muchedumbres ruidosas. Por tanto, ¡es una visita que definitivamente no querréis saltaros si vais a Nueva York! Además, no olvidéis hacer fotos en las famosas escaleras rojas.

Otra cosa que necesitáis experimentar cuando estéis en Nueva York es pasear por Central Park. De nuevo, debido a las malas condiciones climáticas, no pudimos visitar este hermoso lugar.

Sin embargo, si alguna vez vais durante los meses más cálidos y secos del año, definitivamente debéis pasar por este hermoso parque. Podéis descansar en uno de los numerosos bancos y admirar la vista de los rascacielos en alza.

Hablemos de la comida en NYC

No se puede visitar la Gran Manzana sin probar una porción de auténtica pizza neoyorquina. Esto es imprescindible. Hay muchas pizzerías en la ciudad, pero voy a recomendar el restaurante donde mi hermana y yo comimos una pizza increíble. NY Pizza Suprema cerca de Penn Station tiene una pizza alucinante y pudimos atiborrarnos de una pizza neoyorquina por excelencia en porciones ahí mismo; soy una tradicional, ¡qué le voy a hacer! La corteza era fina, y la pizza estaba deliciosa, se me hacía la boca agua. Además, era muy barata.

Nueva York es un crisol de diferentes culturas y etnias, así que, por supuesto, hay todo tipo de restaurantes. Queríamos aprovecharlo y decidimos que teníamos ganas de ramen picante japonés. Ya que el clima no estaba de nuestro lado, decidimos sentirnos mejor probando una sopa agria y caliente y madre mía, estaba buenísima. Era la comida perfecta para un día frío y lluvioso. No puedo recordar el nombre exacto o la ubicación de este lugar, pero sé que hay varias cafeterías similares en Nueva York, así que seguro que encontrarás una si investigas un poco.

¿Qué haces cuando hace mucho frío afuera? ¡Buscas un restaurante bonito con comida deliciosa! Probablemente te estarás preguntando cómo nos las arreglamos para comer todo esto en un solo día. Créeme, también está fuera de mi alcance. Por último, pero no menos importante, cenamos en un restaurante mexicano y nos dimos un festín con unos nachos, guacamole y quesadillas. La comida era increíble aunque tampoco recuerdo el nombre de este restaurante.

En resumen, disfrutamos de cada lugar donde comimos y nuestra experiencia gastronómica en la ciudad de Nueva York fue realmente increíble.

Antes de terminar esta entrada de blog, me gustaría hacer una lista de otros lugares que deberíais tener en vuestro itinerario por Nueva York:

1. Chinatown
2. La Estatua de la Libertad
3. El puente de Brooklyn
4. Greenwich Village
5. El edificio Flatiron

Las vacaciones de invierno en Nueva York son especiales sin duda alguna y algo que nunca podré olvidar. Espero que vosotros también tengáis la oportunidad de visitarla durante esta maravillosa época del año y experimentar una de las mejores ciudades del mundo.

Si queréis saber más sobre celebrar las fiestas de Navidad en Nueva York, echa un vistazo a la guía más completa en este post.