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Todo lo que necesitas saber del Museo de la Muerte de Nueva Orleans
Nueva Orleans, Luisiana, es una ciudad increíblemente única. Su singularidad puede equipararse con la extravagancia de Las Vegas. Y uno de los sitios que nunca olvidaré de mi visita a Nueva Orleans es el llamado Museo de la Muerte. ¿Tienes curiosidad? Yo también la tenía, y por eso quise echarle un vistazo a este lugar tan macabro. Y no me decepcionó para nada. Aunque me dio un poco de asquito, a decir verdad. ¡Pero no me arrepiento de haber ido! Y citando una de las críticas en su libro de firmas, diré: "Asqueroso, ¡pero genial! "
¿Dónde se encuentra el Museo de la Muerte?
El Museo de la Muerte está en Nueva Orleans, más concretamente en el 227 de la calle Dauphine. Hay otro museo interesante justo en frente de este, el Museo de Farmacia de Nueva Orleans, que también tiene algunos artículos interesantes relacionados con la historia de la farmacia. Pero a mí me gustó mucho más el Museo de la Muerte.
El edificio en el que se encuentra es bastante discreto por fuera, pero hay un signo muy grande en una ventana que te confirmará que estás en el lugar adecuado. Si no entras, siempre te puedes sacar una foto con el signo. Porque sí.
Hay otro Museo de la Muerte en Los Ángeles que visitaré en junio para ver cuál es mejor.
Horario de apertura y precios de entradas
El Museo de la Muerte de Nueva Orleans abre todos los días de diez de la mañana a siete de la tarde. Si vas a Nueva Orleans en verano, es un sitio ideal donde pasar la tarde a resguardo del calor y la humedad de Luisiana.
La entrada al Infierno... Digo, al Museo de la Muerte de Nueva Orleans, cuesta 15 dólares y aunque el museo no es muy grande, el precio vale la pena. Al leer las críticas tras mi visita, vi que mucha gente pensaba que no valía la pena entrar a ese precio. No sé por qué lo dicen; ¿acaso esperaban ver un cuerpo descomponiéndose en el museo o algo así?
En el interior del Museo de la Muerte
Lo primero que hay al entrar es una enorme tienda de regalos; el mostrador de recepción está al cruzar la tienda. Lo primero que vi mientras me dirigía al mostrador fue un tarro lleno de dientes humanos.
Me pregunto si puedes donar tus dientes de leche al museo.
Una vez pagues la entrada, te dan una entrada plastificada que te puedes quedar de recuerdo. Un miembro del personal te explicará las normas (por ejemplo, no puedes tocar nada a parte de las carpetas con información para leer, puedes pasar en el museo tanto tiempo como quieras, pero una vez vuelvas a la tienda de regalos ya no puedes entrar de nuevo, etc. ) y le puedes hacer tantas preguntas como quieras. Luego ya puedes entrar. El acceso es a través de una cortina de plástico, como las que usan en la morgue.
Lo primero que verás en esta sala es que tienen cadáveres de animales en formol. Si logras pasar de esta habitación sin vomitar, seguro que puedes disfrutar del resto del museo sin problemas.
Luego, puedes ver información de asesinos en serie famosos, informes policiales auténticos y fotos de sus escenas del crimen; por último, pero no menos importante, también puedes ver su arte. Nunca pensé que una persona tan horrible como Charles Manson tuviera tanto talento para dibujar.
Esta fue una de tantas víctimas de Charles Manson.
También tienen algunos instrumentos funerarios que vienen con su completa explicación. Resiste las ganas de vomitar. También tienen un ataúd de verdad en esa sala, por si te apetece echarte un rato si te mareas.
¿Quieres saber qué es esto?
Un ataúd... muy apropiado.
Para mí, lo más interesante del Museo de la Muerte es que tenían transcripciones de las condenas de algunos asesinos en serie, así como cartas escritas por ellos. El director del museo se envía cartas con algunos asesinos en serie que están en prisión, y algunas de ellas son alucinantes. Me parece una locura poder ver lo que piensa esta gente y cómo intentan justificar lo que hicieron. Una lectura recomendable.
En algunas de las carpetas que hay por todo el Museo de la Muerte, encontrarás casos de asesinato muy interesantes. Pues bueno, si me preguntas a mí, que tu madre no te deje quedar con un extraño que has conocido por Internet no es razón para apuñalarla varias veces. Al parecer esta chica no pensó lo mismo.
La última sala del Museo de la Muerte está decorada como una funeraria y hay un televisor con vídeos de gente muriendo o siendo asesinada... ¡Sin ningún tipo de censura! Por los altavoces suena musiquita alegre (como de comedia), así que le pregunté a uno de los miembros del personal por qué ponían la música tan alta y por qué esa música en concreto. Me sorprendió un poco la respuesta porque no se me habría ocurrido nunca.
La música alta y alegre te ayuda a disociar de lo que ves por la pantalla, así que es menos probable que te traumatices y que tengas pesadillas después de ver los vídeos. Y me alegro de que descubrieran esa técnica; al fin y al cabo te están enseñando vídeos de gente muriendo.
Cuando estaba a punto de salir, casi pasé por alto dos cabezas reducidas auténticas. Había leído sobre ellas en varios libros, pero nunca había visto una. Y, de repente, ¡me encuentro con dos de verdad! Son muy distintas a como me había imaginado. Es decir, mucho más terroríficas.
Al salir, puedes dar una vuelta por la tienda de regalos si te queda algo de energía; y no olvides firmar en su libro de visitas.
Una advertencia... ¡En serio!
Te lo digo totalmente en serio: si no tienes estómago para estas cosas y no te gustan las películas gore, ni se te ocurra entrar en el Museo de la Muerte de Nueva Orleans. Darás la vuelta nada más entrar. ¿Te acuerdas del tarro de dientes humanos que he mencionado?
Pues bien, si entras a la primera sala y ya te quieres marchar, te arrepentirás de haber pagado 15 dólares de entrada. No digas que no te advertí. Yo tengo bastante aguante, pero me alegro de no haber comido mucho antes de ir al museo. De verdad que te pone la piel de gallina.
Unas palabras para terminar…
El Museo de la Muerte de Nueva Orleans es, sin lugar a dudas, el museo más único que he visitado. En general, no me gustan mucho los museos ni las galerías, pero este me sorprendió mucho. Ver las transcripciones de las condenas de los asesinos en serie, leer sus cartas desde la cárcel, las cabezas reducidas, los órganos humanos en formol, y muchas más cosas... ¡Me sorprende no haber tenido pesadillas después de ir!
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- English: Not for the Faint Hearted
- Italiano: Non adatto ai deboli di cuore
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