Primera mañana en Lofoten: Nusfjord

Hablando de Lofoten, continuaré con el segundo día en que pudimos disfrutar de las islas.

Tomamos rumbo al sur, volviendo a pasar frente a la playa del día anterior. Habíamos estado consultando los mapas y convenimos que podíamos visitar el pequeño pueblecito de Nusfjord(Fiordo de Nus, ea, tampoco se complican a veces los Noruegos). Pero antes realizamos algunas paradas. El viaje se estableció de un modo sencillo: ¿qué nos apetecía parar en algún sitio? Pues parábamos y ya está. La organización era laxa.

Improvisar sobre la marcha sienta bien cuando vas de vacaciones, así que probadlo :)

Conseguimos encontrar la carretera que llevaba a este pueblecito, escondido tras unas montañas y ubicado en el hueco de un fiordo. A medida que avanzábamos Baptiste nos comentaba la forma de las montañas, que en muchos casos, habían evolucionado de glaciares.

Era fácil verles la forma redondeada de la erosión del hielo y sin duda algo curioso y que cuando visitas países y lugares como este, pues mola.

Poco antes de llegar al pueblo (realmente no sabíamos cuánto nos quedaba, por eso paramos, pero no nos quedaba nada) hicimos la siguiente parada para tomar algunas fotos. Las vistas eran bastante chulas porque estábamos en todo el fiordo y de fondo se veía el mar y unas cuantas rocas en medio del agua. 

Al llegar al pueblo, encontramos que las casas estaban construidas al más puro estilo Venecia: suspendidas sobre postes sobre las rocas y el agua. Todas las casas estaban revestidas de madera y todo el pueblo tenía un estilo que lo hacía conjuntar.

Y justo enfrente esto: las montañas del final del fiordo antes de abrirse al mar te abrumaban y te miraban como diciendo: "Aquí estoy". El olor era una mezcla, todavía lo recuerdo: mar y pescado, pero nada recargado ni desagradable, todo muy fresco y muy Noruego. 

Prácticamente todo estaba construido en madera, no solo las casas, sino también el muelle y resto de mobiliario urbano. No era demasiado grande, el pueblo, y tenía algunas pequeñas cuestas. 

Una vez el archipiélago de Lofoten nos sorprendía haciéndonos ver que había lugares escondidos donde todos los detalles estaban cuidados y donde podía vivirse perfectamente a pesar de estar en el culo del mundo. En este mismo pueblo, Nusfjord, nos encontramos también con un grupo de lo que parecían estudiantes e investigadores internacionales, porque hablaban todos en inglés. Construían una estructura extraña en el muelle del puerto.

Tras visitar este pueblecito, tomamos rumbo a la carretera para regresar hacia la carretera principal y poner rumbo, esta vez sí, al punto más sur del archipiélago de Lofoten: Å.

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