Lofoten Islands: vuelo y primeras impresiones (VI)

Por fin, erasmusitos, ha llegado el momento de comenzar a narraros nuestro maravilloso viaje a Lofoten Islands. 

Nuestro viaje comenzaba el 28 de abril, domingo, en el la estación de trenes de Oslo, donde cogíamos el tren lanzadera que nos llevaba al aeropuerto de Gardermoen. El tren tardaba unos 20 minutos. Al llegar al aeropuerto teníamos que facturar una maleta, bueno, Ania y Jess, que fueron quienes cogieron una maleta a medias. Algo que realmente sale muy rentable con Norwegian Airlines: 9 euros la maletafacturada de unos 20 kilos, si no recuerdo mal.

Además la cola de facturación era genial porque era facturación automática, así que eso quiere decir que ellas mismas cogieron y facturaron su maleta mandándola por la cinta transportadora asoloelaeropuertosabedonde.

El avión salía bastante pronto, creo recordar que salimos a eso de las siete de Oslo. Duraba una hora escasa, así que en ese sentido: todo comodidad. Llegamos al aeropuerto de Narvik a eso de las 10 de la mañanay nada más bajar del avión ya notamos la diferencia de temperatura. A pesar de que en Lofoten hay unas buenas temperaturas, hacía más frío que en Oslo en esa época del año. Bastante más... 

En general nosotros no esperábamos tanto, pero bueno, es lo que nos encontramos. Aunque veáis las fotos en las que voy con sudadera, teníamos menos de diez grados (en Oslo ya teníamos catorce o quince agradables y soleados días). Lo malo no eran las temperaturas bajas, sino el viento helado que te cortaba la cara. Yo, valiente de mí, me dejé la ropa de abrigo en España en mi visita por lo que no tenía demasiado donde escoger.

Nos dispusimos pues, a buscar la furgoneta que habíamos alquilado online. Flavie era la responsable, así que nos arremolinamos alrededor del stand de Hertz para poder recoger las llaves. Lo típico: te piden que dejes una especie de fianza y te ofrecen mil seguros diferentes. Nosotros, a lo loco, nos arriesgamos. El chico nos explicó que aunque habíamos reservado una furgoneta para siete personas no la tenían disponible pero que nos dejaban una de nueve plazas por el mismo precio previamente acordado. Valep, peeeeerfecto. Cuando vimos la furgo pensamos: ole ole y ole.

Era bastante buena idea el hecho de tener un transporte algo más grande de lo esperado dado que nos esperaban muchas horas en esa furgoneta recorriendo las islas.

Cargamos todas las maletas en la furgoneta y nos turnamos para conducir. Comenzaría Baptiste. La impresión y la imagen que recibimos nada más salir del aeropuerto fue increíble. Creo que es difícil de describir lo que todos sentimos conforme avanzábamos en la carretera. Aquel paisaje se abría y nos abrazaba, nos invitaba a seguir la carretera cochambrosa (las carreteras de Lofoten no son nada buenas y eso que al principio eran algo mejor) y a adentrarnos entre sus montañas, a cruzar sus innumerables puentes y a atrevesar la infinidad de túnelesque daban la sensación de no acabarse nunca.

La primera parada la realizamos en una especie de mini playa que encontramos que nos dejó con la boca abierta: arena clara y aguas azules cristalinas. La emoción no nos permitió pensar que mejores sitios nos esperaban mucho más al sur, pero es que esa imagen de montañas nevadas y playas paradisíacas dentro de El Círculo Polar era abrumadora a la vez que increíble.

Así fue como, sin apenas darnos cuenta, estábamos ya en Lofoten Islands y nuestro viaje acababa de comenzar :)

Disfrutad de las fotos, queridos míos.


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