La playa del Círculo Polar
Pasando Leknes encontramos otro supermercado, creo que era un Rema 1000 porque el último supermercado Kiwi que vimos estaba en Svolvaer. En el aeropuerto cogimos unos folletos que en la primera página aparecía una foto de una playa.
Los pueblecitos eran curiosos, especialmente para nosotros porque éramos un grupo de franceses y españoles. Es verdad, no os he presentado a mi grupo.
Está Flavie, mi amiga del sur de Francia, que vive en la misma planta que yo; luego Baptiste, que vivía en el famoso edificio del número ocho, donde pasamos tantas noches; después estaba Lucie, la amiga de Flavie que había venido a visitarla; Clément, otro francés del sur. Siempre se metían con él por su acento. A mí me encantaba porque podía entender su francés, el de los demás no. Ania, era una chica mitad española mitad argentina. Era muy curioso, porque hablaba inglés sin acento, español con acento argentino y catalán sin ningún tipo de acento. Finalmente, Jess, una chica australiana con rasgos asiáticos amiga de Ania. Y yo, por supuesto, la chica española sin saber nada de francés, con miles de amigos franceses. Como podéis adivinar, sí, hablábamos en inglés.
Como decía, los pueblos pequeños nos resultaban curiosos porque en general, los lugares de los que veníamos eran zonas residenciales, más o menos separadas entre sí, pero situadas en un lugar concreto. Lofoten es algo así como: unas pocas casas y mucho espacio entre ellas. El nombre del pueblo estaba en la "entrada" de la misma, como junto a la primera casa.
No nos pareció muy práctico tratándose del Círculo Polar, porque si tienes que pedirle sal a tu vecino o lo que sea, tienes que caminar por la nieve y el hielo.
Aunque en las poblaciones más grandes había más calles diferenciadas y asfaltadas. Me recuerda al pueblo de mi madre, ya que nadie usaba la acera.
Era difícil encontrar un bar o una tienda en el pueblo de Lofoten, al menos a primera vista. En España, si vas por la calle puedes encontrar fácilmente un bar, pero en Lofoten no era así.
Llegamos a la playa pasando por Leknes y como se ve en las fotos de mi entrada anterior, ya estaba oscureciendo. Para las fechas en que fuimos, oscurecía alrededor de las diez de la noche. Eso era bueno y malo al mismo tiempo; bueno porque podíamos hacer fotos y disfrutar de la playa con la luz, pero malo porque hacía un viento increíble.
Pudimos disfrutar de la increíble puesta de sol que podéis ver en las fotos. Solo quedaba un mes para que saliera el sol de medianoche, así que pudimos hacernos una idea.
Los colores del cielo eran preciosos y a pesar de que cientos de personas probablemente visitan la playa cada año, era como si fuéramos los primeros en caminar sobre la arena y tocar el agua de esta parte del mar del norte.
Una vez más, espero que disfrutéis de las fotos que hice allí, aunque no se acercan ni de lejos a la realidad que se vive allí.
Galería de fotos
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- English: The Polar Circle's beach
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