Rumbo a la Costa Amalfitana

Un nuevo día está comenzando y con ello la oportunidad de seguir recorriendo más de Italia, nos levantamos temprano para poder ir rumbo a la costa Amalfitana que le pertenece a la zona de Napoli, un lugar maravilloso de playas encantadoras y de lugares que te van a quitar el suspiro con solo verla o escuchar el sonido de las aguas que se van chocando con las rocas.

Salimos de Roma muy temprano este fue una verdadera via crucis ya que si bien yo contaba con una mochila pequeña para mi viaje, en cambio las maletas de mi familia eran grandes y pesadas por lo que teníamos que hacer malabares para poder traer todas las maletas hasta la estación de trenes y desde allí poder ir a otra estación más que nos llevaría hasta una localidad llamada Sorrento desde allí teníamos que tomar un bus que nos transportará hasta el lugar donde mi familia había hecho la reserva de alojamiento que se llamaba Marina del Cantone.

El viaje a pesar de llevar todas las maletas fue agradable viendo por la ventana como el paisaje va cambiando, sin embargo las sorpresas nos iban a esperar ya que llegamos a Sorrento cuando ya el tiempo estaba bastante apretado para nosotros ya que el último bus que partía rumbo a Marina del Cantone se encontraba ya rumbo a dicho lugar por lo que no teníamos mayor opción más que tomar un taxi que nos llevará hasta ese lugar.

En el camino para nuestra buena suerte el bebé estaba tranquilo por lo que no nos generó tanto problema de transporte, lo que más bien jugaba en contra de nosotros era que nos encontrábamos ya bastante cansados de estar toda una mañana y tarde viajando, había olvidado mencionar que dentro de ese itinerario también tuvimos que hacer una parada en Napoli para desde allí hacer nuestro viaje rumbo al sur, el viaje fue largo pero no importa lo importante es que estábamos todos juntos y que estábamos por fin cerca ya del alojamiento.

Cuando llegamos al alojamiento no dimos cuenta que valía la pena si bien este lugar se encontraba ya en la oscuridad cuando llegamos allí, igual pudimos aprovechar la increíble vista que se tenía desde allí era como si fuera una torre medieval que las personas lo habían acondicionado para los visitando a unos cientos pasos del mar, no podíamos pedir nada más el viaje en la costa amalfitana estaba por comenzar.

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