Piscina di Venere - Milazzo

Volvimos nuevamente a Milazzo para pasar todo el día en la piscina di Venere. Nos tomamos el bus que nos lleva a la punta de Milazzo, lo más próximo a la piscina di Venere, pero antes tuvimos que esperar dos horas ya que entre el bus que ya había salido y el que iba a salir (por ende el que nos deberíamos tomar) había dos horas de diferencia. Es por eso que antes de tomarnos el bus decidimos recorrer un poco más la ciudad de Milazzo. Fuimos a un museo con entrada libre y gratuita (Antiquarium di Milazzo) y volvimos a visitar también la iglesia más grande de milazzo. Luego volvimos por la costanera hacia la parada del bus que teníamos que tomarnos.
El bus nos dejó en el faro que se encuentra en la punta de Milazzo. En ese sector hay estacionamiento para los que vayan en auto y quieran ir a la piscina de milazzo. En mi opinión ese estacionamiento era bastante chico, y por lo tanto no sé cómo harán en temporada alta cuando son varios los que van a ese sector tan famoso de Milazzo.
Preguntamos por cual de los caminos que había teníamos que dirigirnos para ir a la piscina di Venere y nos indicaron bien. También nos dijeron que habia un santuario al que llegabamos haciendo el otro camino que había. Ese camino era de tierra y no se conectaba en ningun momento con el camino para ir a la piscina di venere, es por eso que decidimos no hacerlo. La caminata es un poco larga pero llevadera al tener tan bellas vistas para donde sea que mires. Al principio era todo en bajada, luego a la vuelta iba a ser el mayor problema de subir todo lo que habíamos bajado.
Pasamos por un puente muy lindo y lugares muy buenos para sacarse fotos.
Al llegar a la piscina di Venere nos encontramos con una piscina natural hecha por el agua de mar que pasaba por un sector hacia la famosa piscina. Estaba todo hecho de piedras, por lo tanto les recomiendo llevar calzado específico para meterse. Había piedras muy resbaladizas y hasta una mujer que estaba entrando se cayó. Hay que tener mucho cuidado.
Nos metimos obviamente y luego pasamos el resto de la tarde en esa playa de piedras. Hay sectores que se pueden trepar y tener mas lindas vistas del lugar, que fue lo que hicimos. Luego decidimos volvernos con tiempo ya que sabíamos que la subida no iba a ser fácil. Por suerte no resultó tan difícil como creíamos.
Esperamos en la parada del bus y nos volvimos para el centro, donde encontramos una mujer de Buenos Aires que vivía en el mismo barrio mío. Nos estuvimos hablando porque no nos conocíamos y me contó que recien estaba empezando unas vacaciones de un mes en Italia. Al llegar al centro tomamos un helado y luego tomamos el micro para volver a Messina.

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