Milán parte I

¡Muy buenas a todos! Esta va a ser la penúltima entrada de mi blog sobre el Interrail que realizamos mi amigo y yo hace un par de meses, en la que os cuento mi guía de un día y medio donde finalizamos esta experiencia tan increíble: ¡¡Milán!!

Por lo tanto, este post está orientado a contaros qué visitamos el primer día, y a daros algunos consejos sobre qué itinerario podríais seguir o sitios para comer en esta ciudad de la región de Lombardía.

Itinerario

Primer día

Empezamos nuestra jornada partiendo desde Bolonia, otra de las ciudades que visitamos con nuestro billete Interrail. En mi post Bolonia por un día podréis descubrir todo lo que hicimos en esta ciudad, que, por cierto, a pesar de ser una ciudad pequeña que se puede ver fácilmente en un par de horas, nos encantó y sin duda repetiríamos en visitarla.

Salimos desde la estación Bologna Centrale a las 8 de la mañana y llegamos a Milán casi a las 11, aproximadamente unas tres horas de camino puesto que cogimos un tren regional, para el cual no era necesario pagar un suplemento extra por subirte, a diferencia de si optabas por coger con tu billete Interrail el tren italiano de alta velocidad Frecciarossa, que llega en una hora y media aproximadamente a Milán desde Bolonia.

Toda esta información sobre los trenes puede sonar un poco a chino ya que es bastante confuso, por ello en el post sobre mi Experiencia Interrail Italia os explico mucho mejor cómo funciona el tema de trenes y billetes Interrail.

En definitiva y tras daros la chapa con tanta “publi” sobre algunos de mis otros posts, llegamos a Milán, la ciudad italiana de la moda por excelencia. El tren realizó la última parada en la estación Milano Centrale, donde nos bajamos nosotros. Sin embargo, esta estación nos pillaba a una media hora andando de nuestro alojamiento, así que optamos por coger el metro desde la parada Centrale FS hasta Lanza. El precio del billete es de un euro y medio, y se puede comprar tanto kioskos, estancos, o en las máquinas que se encuentran en las paradas de metro.

Para nuestra estancia en Milán, alquilamos un apartamento que se llama Corso Garibaldi Suite, situado a unos diez minutos andando de la plaza del Duomo, por lo que la ubicación no podía ser mejor. El apartamento da a un patio de luz donde se conecta con otras muchas más casas y a pesar de ser bastante pequeño, estaba limpio, era tranquilo debido a la zona y disponía de aire acondicionado (importante si visitas Italia en verano).

Sin embargo, la única pega que le ponemos a este apartamento es su dueño, ya que tuvimos que pagar una fianza en caso de daños a la casa, y a día de hoy todavía no nos la ha devuelto, después de haber estado meses dándonos largas diciendo que en cuanto tuviese un hueco libre nos devolvería el dinero.

Tras este inciso sobre nuestro alojamiento en Milán, prosigo con nuestro itinerario. Una vez hecho el check-in, dejamos las maletas en la habitación y nos pusimos en marcha para descubrir la ciudad.

Empezamos visitando la Piazza Mercanti, una plaza súper bonita que alberga edificios medievales muy importantes como la Loggia degli Osii, o el Palazzo della Ragione, cuya fachada es de ladrillo rojo. Justo al lado de esta plaza, nos encontramos de frente con el Duomo, la plaza más famosa e importante de toda Milán, ya que aquí se encuentran los monumentos más turísticos de la ciudad, como la Catedral de Milán, la Galería Víctor Manuel II y la estatua a caballo de este mismo rey.

Como dato curioso, os cuento que si sacaros una foto sin gente a vuestro alrededor delante de cualquier monumento turístico como es la Catedral de Milán es tarea difícil, en la plaza del Duomo, además de salir cientos de personas en vuestras fotos, también saldrán palomas, ya que aquí tendréis que ver bien donde pisáis al estar la plaza plagada de palomas a las que tanto turistas como locales alimentan.

Nuestra idea inicial era entrar a la Catedral y subir a su terraza panorámica donde, entre pináculos, se puede disfrutar de las vistas de la ciudad. Sin embargo, debido a las gigantescas colas y a la falta de tiempo, nos fue imposible poder realizar esta actividad. Si venís a Milán, os recomiendo madrugar para entrar sin colas a la Catedral y si podéis, subir para admirar las vistas, porque nos dijeron que es 100% recomendable.

Cuando nosotros fuimos este verano, la entrada conjunta a la Catedral y al museo costaba dos euros, mientras que el precio de la subida a la terraza era de unos trece euros en ascensor, u ocho si preferís subir por escaleras.

Tras hacer un par de fotos en la plaza del Duomo, entramos en la Galería Víctor Manuel II, un edificio enorme que me dejó sin palabras por la elegancia de sus fachadas, sus vidrieras, las impresionantes cúpulas de cristal que hacen de techo, e incluso me encantó su suelo, lleno de mosaicos.

Esta galería se trata de un centro comercial donde podéis encontrar desde tiendas de marca tan importantes como Gucci o Prada, hasta cafeterías o restaurantes de solo mirar y pasar ya que los precios son desorbitados.

A modo de anécdota curiosa, os cuento que en el suelo de esta galería podemos encontrar el mosaico de un toro, fácilmente visible ya que está siempre rodeado de turistas. Este mosaico tiene que ver con una famosa leyenda italiana, la cual augura buena suerte y la vuelta a Milán si giras tres veces sobre tu talón encima de este mosaico. No sé si será verdad o no, pero hacerlo es súper divertido y ya que estás no pierdes nada. Por aquí os dejo una prueba gráfica de mi intento:

La Galería Víctor Manuel II conecta la plaza del Duomo, por donde entramos nosotros, con la Piazza della Scala, a la que dimos tras recorrer toda la galería. Esta es una pequeña plaza con jardines que se encuentra justo enfrente del Teatro alla Scala, una de las óperas más importantes de toda Italia.

Luego, fuimos a almorzar a un italiano cerca del Duomo, y tras haber repuesto energía, nos dirigimos andando hacia la estación Milano Cardona, para poner rumbo a uno de los lugares más turísticos de esta zona, el Lago di Como, otra de las visitas imperdibles si estáis en Milán y tenéis tiempo suficiente.

Este lago se encuentra a tan solo una hora de Milán y se puede llegar en tren cómodamente desde la estación Milano Cardona hasta la estación Como Nord Lago, y además de manera muy económica, ya que un billete de ida solo cuesta 4,80€.

Nosotros queríamos pasar toda la tarde en la localidad de Como, sin embargo, el tren que habíamos reservado, el cual salía a las tres y cuarto de la tarde de Milán, fue cancelado, por lo que tuvimos que esperar al siguiente que no pasó hasta las 16:43.

Por lo tanto, no llegamos a Como hasta las seis menos cuarto de la tarde y solo nos dio tiempo a dar una vuelta por el pueblo y ver el lago, puesto que nuestro tren de vuelta a Milán salía sobre las siete y poco de la tarde.

Sin embargo, esta escapada, aunque fue bastante más breve de lo esperado, mereció muchísimo la pena ya que el pueblo de Como es súper pequeño pero precioso, y el lago es alucinante, ¡no me lo imaginaba tan grande!

Si me permitís daros un consejo, os recomiendo que dediquéis un día entero para hacer esta excursión al Lago di Como, ya que está rodeado por varios pueblecitos (como Bellagio o Varenna), a los que podéis acceder en ferry y que según nos han contado son espectaculares. Evidentemente, a nosotros no nos dio tiempo a ver ninguno, pero confiamos en que la leyenda del toro sea cierta para poder volver a Milán y visitar de nuevo el lago a fondo.

Ese mismo día, llegamos a la estación de Milán Cardona a las ocho y media de la tarde, y como no podíamos estar más cansados, cenamos en un Burguer King que se encuentra justo al lado de la estación y nos fuimos andando para el apartamento, que se encontraba a unos diez minutos de esta estación.

Y aquí finalizó nuestro primer día en la ciudad lombarda más famosa. En el siguiente post del blog, os cuento lo que hicimos durante nuestra segunda jornada en Milán, y os recomiendo algunos sitios para comer aquí. ¡Gracias a todos!

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