¡10 ventajas de estudiar en Milán!

Milán no fue mi primera elección con respecto a mi destino Erasmus. Soy una nostálgica, vivo un poco en el pasado y como tal, de la lista de posibles facultades, existían muchas otras ciudades, museos vivos, donde el tiempo de cierta manera se detuvo y que, me parecían escenarios más románticos y perfectos durante seis meses fuera de mi querido Portugal. No Milán, nunca Milán...

Mientras tanto, por supuesto, se impusieron otros parámetros, destacando: la accesibilidad, la calidad, la reputación de las universidades y la oferta académica. Milán resultó ser un destino que, habiéndolo excluido al principio, después de todos los parámetros "relevantes" me pareció la opción más balanceada.

Tenía miedo cuando llegué, no sabía si esta sería una ciudad para mí... El ruido y el bullicio, el trabajo desenfrenado... Pero la verdad es que, siendo una chica muy flexible, me acostumbré rápidamente y empecé a reprogramar mis rutinas y hábitos dentro de lo que es la mecánica de esta ciudad, sin duda muy diferente a la de Lisboa, la única que conocía de cerca hasta entonces.

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Vista de la ciudad desde el Duomo

Ahora, puedo decir que en general estoy muy satisfecha. Si volviera atrás, tal vez hubiera hecho otra elección, pero simplemente, porque muchos otros lugares también hubieran sido buenas opciones. Además, me gustaría quedar aquí por tierras milanesas hasta finales de año, y disfrutar de todo lo que esta ciudad tiene para ofrecerme.

P. D. Mi experiencia en la universidad está relacionada con el Politécnico de Milán y es la única sobre la que puedo dar un feedback más concreto. Sin embargo, he notado en conversaciones con otros estudiantes que muchas cosas son similares en otras universidades de esta ciudad.

1. Las facultades en general ofrecen buenas infraestructuras.

Aunque, existan limitaciones y límite de alumnos, entre italianos, estudiantes Erasmus e internacionales provenientes de todo el mundo, las infraestructuras de las universidades son buenas y se nota que existe una inquietud en adecuarlas constantemente a las necesidades de los alumnos que las emplean todos los días. El edificio de arquitectura del Politécnico se remonta unos años atrás, pero ha sido cuidado con mucho cariño durante los últimos años, nada como en mi universidad en Lisboa que, aunque fue construido en los años 90, está muy mal cuidado y no se adapta a las nuevas necesidades de los estudiantes.

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Edificio de arquitectura del Politécnico de Milán

Por aquí, por ejemplo, no paso frío, tengo hasta que desabrigarme y quitarme el resto de las capas necesarias para sobrevivir a las condiciones climáticas del exterior, ya que en el interior de las clases hay calefacción y sólo se necesita una camisa fina.

El tipo de clases también es más variado, no sólo en su tamaño como también en las características específicas que presentan. Esto puede parecer un poco indiferente, pero la verdad es que cuando tengo clases en un aula más pequeña es más interesante estar en una clase también más pequeña, pero acogedora, donde es posible escuchar al profesor sin tener que gritar.

La mayor queja que tengo es realmente la falta de un bar o cantina gestionada por la universidad. Por lo menos en el edificio de arquitectura no existe nada de eso. Los estudiantes tienen que recurrir a un bar al aire libre, a los diferentes puestos de la carretera o a los cafés de los alrededores, por lo que están sujetos a precios de terceros, y no siempre hay muchas opciones saludables. Dentro de la facultad sólo hay máquinas expendedoras, cuyas opciones sanas y equilibradas son simplemente inexistentes. El comedor universitario, se dice que hay, nunca he estado allí, pero a todos los efectos los precios no me cautivan -6 €- y tienes que caminar un poco antes de llegar allí.

2. Las facultades ofrecen buenas oportunidades a los estudiantes.

Aquí los estudiantes no son vistos como criaturas incapaces hasta que al final de su carrera, momento en el que milagrosamente tendrán una revelación, pasaran a saber de todo y finalmente poder hacer alguna cosa dentro de su área. Los milaneses, al contrario, apuestan fuertemente en los alumnos que ya destacan en la facultad; no esperan a que estos salgan al mercado laboral para comenzar a desarrollar proyectos de investigación y desarrollo.

Este cambio de paradigma conlleva grandes cambios no sólo en los currículos - que tienen un componente mucho más práctico y de trabajo en grupo- sino también en las ofertas paralelas -viajes de estudio, proyectos de cooperación con empresas, entre otros.

Los estudiantes pueden, dentro de la universidad, tener una noción mucho más nítida de cómo será su vida profesional y, por supuesto, entender lo que les gusta hacer más y menos, desarrollando habilidades de manera individual e independiente. Además, los estudiantes salen con currículos muchos más ricos e interesantes, donde ya hay muchos proyectos prácticos que han sido realizados, lo que les sitúa muy por delante de muchos otros estudiantes de otras universidades europeas, donde hay una visión muy tradicional del aprendizaje.

Aquí, por lo menos en Arquitectura, siempre surgen viajes de estudios a varios países, algunos dentro de ciertas asignaturas que tienen convenios con otras universidades (siendo a veces posible financiar parte de los gastos de los alumnos). Yo, por ejemplo, si consiguiera quedarme durante el segundo semestre, estoy considerando inscribirme en una cátedra de proyectos cuyo objetivo es diseñar un museo en Berlín, y que incluye una visita al lugar. Este semestre realicé un jardín para Milán, pero no dejé de hacer muchas visitas con mi clase a diferentes instituciones, de las cuales, el aporte de otros profesionales fue esencial para el desarrollo de estos proyectos.

Para quien busca un componente práctico y está dispuesto a realizar y organizar proyectos, Milán es sin duda un destino dinámico y adecuado.

3. La ciudad ofrece una excelente y variada oferta cultural.

Bueno, si hay una cosa de la que no me puedo quejar es que siempre suceden cosas en la ciudad. Todos los días veo nuevos carteles de futuras exposiciones, eventos, conciertos y tantas otras activadas culturales.

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Concierto de Alessandra Amoroso en el Mediolanum Forum Assago Fuente

Desde la Expo 2015, Milán también ganó un nuevo espacio dedicado a las artes - a Triennale – y siempre organizan exposiciones, gratuitas para los estudiantes, de elevado interés para quien estudia Arquitectura.

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La Triennale de Milán

Las iniciativas públicas, y privadas, están bien divulgadas. De hecho, existen varias colecciones y fundaciones privadas repartidas por toda la ciudad que completan la oferta pública. Con un poco de organización e información es posible disfrutar de muchas de estas pequeñas maravillas de manera gratuita, no sólo con los descuentos para estudiantes, sino también en las horas libre o de tarifa reducida. Todas las ofertas que no ofrezcan descuentos tienen la desventaja de ser bastante caras en general, al menos para el bolsillo portugués, que no está acostumbrado a pagar tanto. Sin embargo, hay un fabuloso cuidado de las exposiciones se valora la experiencia, y cuando se paga un billete, se paga un servicio muy completo.

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MUDEC - Museo de la Cultura de Milán

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Pinacoteca de Brera

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Evento a visitar en el Castello Sforzesco

En este aspecto, no noto una gran diferencia con Lisboa, sólo percibo que por aquí existe una mayor preocupación y participación de la poblaciones, y que los eventos están en mayor número y mejor divulgados. Sólo no las aprovecho más, porque mi curso es relativamente exigente sobre las horas de trabajo necesarias, pero siempre que lo logro, voy allá para explorar una nueva galería o esquina de la ciudad. Nota: existen espacios que algunas veces están abiertos el fin de semana después de cenar, hasta las 22h, lo que es óptimo, porque tiene en consideración a aquellos que tienen un horario bastante cargado y no consiguen visitar estos espacios durante un horario normal.

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Museo del Novecento, aberto Sábado por la noche hasta las 22h

4. La ciudad dispone de un buen sistema de transporte público y ciclista.

La organización y la manutención son las palabras clave. En este aspecto, los milaneses aprendieron claramente del Norte de Europa. La ciudad está enteramente bien conectada y nuevas conexiones están constantemente en fase de estudio -por el momento, están construyendo una nueva línea de metro, la línea azul M4, con la apertura prevista para el 2022. Existen varios medios de transporte disponibles, 24 horas, no sólo para los ciudadanos, pero también para los millares de turistas que visitan Milán todos los meses. Milán es una de las ciudades italianas más buscadas, tanto por motivos profesionales como por ocio, ya que es la capital de los negocios y de la moda en Italia.

Entre los autobuses, metro, tranvías, autobuses eléctricos, trenes y otros, es fácil llegar a cualquier punto de la ciudad siguiendo las informaciones actualizadas al minuto.

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Tranvía nº9, sentido Porta Genova FS

El precio es muy bueno. Mensualmente, los estudiantes pagan apenas 22 € por la tarifa urbana (menos que en Lisboa), pudiendo transportarse sin cualquier limitación dentro de los límites estipulados, ya que se excluyen las conexiones extra-urbanas de Rho Fiera/Bisceglie y Sesto San Giovanni (M1), y a Assago y Gessate/Cologno Nord (M2). El metro es, sin duda, uno de los mejores amigos para la gran mayoría de los estudiantes en Milán, pues pasa con frecuencias; por la mañana, existen líneas que tiene un metro que pasa cada 2 minutos y medio, algo que es un lujo para quien estaba acostumbrado al sistema portugués.

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Mapa de la red metropolitana ATM

Existen algunos momentos del día en los que mismo, el transporte sea frecuente, se anda como sardinas en lata, pero nada que de alguna manera no se pueda pasar.

Para quien quiera hacer ejercicio físico y ser más independiente, también existen las bicicletas. La venta de segunda mano, es posible encontrar una bicicleta en buenas condiciones, lista para ser utilizado y por un módico precio. Los servicios de bike sharing son también muy populares, más información en: BikeMi, de fácil acceso a través de aplicaciones móviles o en los cajeros automáticos de Milán, que permiten usar una bicicleta (tradicional o eléctrica) y dejarla en las estaciones designadas, en gran número por toda la ciudad, a nuestra conveniencia y a una tarifa reducida. Son ideales para viajes urbanos cortos (máximo 2h), ayudando a reducir la congestión del transporte y la contaminación. Como hay buenos carriles para bicicletas, no hay necesidad de competir con otros vehículos en la calzada.

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Punto BikeMi en la Plaza del Duomo

Si consiguiera quedarme aquí en el 2º semestre, estoy pensando en adquirir una bicicleta sólo para mí (porque, desafortunadamente no tengo ningún poto de bicicletas de la red pública cerca de casa), una vez de hacerlo, me daría mucha independencia en el transporte y mejoraría mi bienestar físico, lo que me gusta.

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La famosa bicicleta, muy empleada por los estudiantes.

5. El italiano es similar al portugués.

Desde el principio, no es difícil para los estudiantes portugueses, después de unos días en Milán, empezar a entender prácticamente todo lo que se menciona en una conversación o en una clase, aunque no hayan hecho ningún curso de italiano antes de llegar.

No es como ir a un país donde no se habla un idioma con raíces romanes y por el cual la comprensión es imposible por deducción. Los italianos, en general, también son simpáticos y, pese a que los milaneses "hablen rápido", cuando se les pide que hablen más despacio, ellos acostumbran a hacerlo y ayudar en el proceso de aprendizaje del italiano.

Sin embargo, incluso para facilitar la integración en las clases y para aliviar el pánico de cualquier pregunta simple en la vida cotidiana, recomiendo de hacer un curso de italiano, no importa cuán básico sea, y sea consistente en su aprendizaje. Así, será fácil mejorar. Y en general, los italianos están muy contentos de que los extranjeros quieran aprender su idioma, sintiéndose halagados.

Tenga en cuenta de que muchos de los exámenes aquí son orales y algunos profesores sólo aceptan el italiano como lengua de uso. Es un proceso bastante estresante, pero mucho mejor que si tuvieras que hacer exámenes escritos, ya que con algo de práctica es posible alinear una conversación con algún hilo lógico, después de unas semanas de inmersión en Italia.

Lo mejor es leer en italiano, encontrar a italianos amables que hablen con nosotros, y ver la televisión y las películas en italiano. En principio, el idioma no es un impedimento para quien quisiera venir aquí para estudiar, y las similitudes con el portugués ayudan inmensamente al inicio.

6. Las facultades tienen una gran comunidad de estudiantes internacionales.

Milán apuesta fuertemente en las solicitudes internacionales, no sólo Erasmus (europeas) como también de otras partes del mundo. En el Politécnico, juzgo que el porcentaje de estudiantes internacionales ronda el 25 %, conformando una parte bastante significativa del mundo estudiantil. En las clases, es visible la pluralidad del origen de varios alumnos.

Aunque, a veces hay choques culturales y formas de trabajar muy diversas, siempre es bueno conocer gente de diferentes países, hacer amigos y compartir diferentes formas de ver la arquitecturas y el mundo. He estado conociendo a mis compañeros de una manera más informal y paralela.

Fruto de esta mezcla de culturas, existen algunos grupos de estudiantes de varias nacionalidades que promueven diferentes iniciativas a lo largo del año, dando a conocer su cultura y tradiciones. Por ejemplo, existe la Asociación de Estudiantes Iraníes y también, la Asociación de Estudiantes Chinos. Los chinos, en la apertura del año lectivo, organizaron un pequeño stand donde realizaron varios talleres sobre los caracteres chinos, enseñando a los demás colegas a escribir algunas cosas y la forma adecuada de dibujar cada uno de los caracteres.

Todos los martes también hay tardes Tandem organizadas por ESN, para el intercambio de idiomas entre los estudiantes internacionales en Milán, donde es posible conocer a gente de todas partes en un ambiente informal, y podemos practicar varios idiomas, incluido el italiano.

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Anuncio de las noches Tandem por la ESN PoliMi

Soy plenamente consciente de que mi experiencia Erasmus es mucho más completa y variada en este punto concreto, dado el cosmopolitismo de la ciudad, en comparación con los que realizan Erasmus en ciudades más pequeñas y no tan multiculturales.

Por ejemplo, en la clase de historia que estoy cursando este semestre, tenemos que crear grupos de trabajo, y mi grupo tiene tres continentes representados: soy portuguesa y tengo un colega italiano, un colega chino y de Ruanda que se graduó en Malasia. Por lo menos, sui generis... Aprendemos mucho cada vez que nos encontramos y nuestro trabajo es mucho más completo al contar con la participación de elementos tan diferentes entre sí, con antecedentes culturales y formas de pensar sobre el mundo totalmente dispares y notando los detalles de manera dispar.

7. La ciudad tiene varios espacios de estudio.

Encontrar espacio para estudiar dentro del edificio de la facultad no es siempre fácil, ya que como mencioné anteriormente, las comunidades estudiantiles son enormes y están siempre a transitar las clases y promover encuentros informales, a veces en los espacios más insospechados.

La ventaja es que fuera de la universidad existen espacios más facilitados para el estudio y, encima de todo, bonitos y agradables. Durante el verano, cuando llegué, muchos de los alumnos estaban estudiando para la fase de exámenes de Septiembre/Octubre. Esparcidos por toda la ciudad, claro, pero son muchos los espacios, tanto interiores como exteriores, que la ciudad tiene para ofreces.

Si consiguiera quedarme aquí mas tiempo, consideraré seriamente la posibilidad de hacer algunas sesiones de estudio en el césped del Parco Sempione, que en días soleados es muy acogedor. También, se puede ver a mucha gente relajándose, sentada en toallas, compartiendo una cerveza y una buena conversación.

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Pausa en el Parco Sempione

Entre cafés y espacios más adecuados ahora para el invierno, la elección es variada. Lo mejor mismo es escoger cafés históricos y elegantes que no tengan mucha afluencia por la tarde o por la mañana, y a cuyos propietarios no les importe que ocupes la mesa más tiempo del necesario para un café.

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OPEN Milano, espacio óptimo para el café-trabajo

Aquí cerca de mi casa hay un café fabuloso, que inclusivamente sirve un aperitivo al final del día, y que me gustaría probarlo mucho. Se llama Hemingway y tiene un ambiente muy característico, que se remonta a los años 50-70, incluso mi tipo. Siempre que voy allí, normalmente para ir al supermercado, me pierdo por unos segundos mirando dentro, viendo a los estudiantes hojear los cuadernos y, a una u otra pareja compartiendo un momento más romántico.

8. Las facultades tienen programas semestrales equilibrados.

Cuando elegí Milán, muchos colegas me asustaron, la mayoría italianos que habían estudiado el año pasado en mi Universidad de Lisboa, porque me dijeron que en el Politécnico era una universidad muy exigente y que tendría que trabajar duro para ello; que quizás no era el mejor destino Erasmus para los que también querían viajar. A mi, a quien el trabajo no le asusta, no me amedrenté y seguí con mi solicitud.

No siento que, desde el punto de vista de horas de trabajo y estrés, Milán sea peor que el apuro de Lisboa. Estoy haciendo el mismo número de clases que haría si estuviera en Lisboa y, aunque tengo muchas horas de mucho trabajo (algo normal en mi área), tengo que decir que por aquí la vida es más compatible con el trabajo.

Aprecio mucho la postura de los italianos sobre este tema: cuando vuelven a casa, se desentienden completamente, pero hasta entonces trabajan duro. No son esclavo del trabajo, ni siquiera aquí en Milán, considerada la ciudad más trabajadora de Italia.

Además, mi currículum tiene mucho más trabajo en grupo y evaluaciones a lo largo del semestre, lo que ayuda a distribuir lo que hay que hacer desde el principio. Como el calendario se entrega puntualmente, cada uno es libre de organizar su trabajo de la manera que más le guste y que mejor se adapte a sus hábitos de estudio, lo que resulta muy ventajoso si lo comparamos con el método de mi facultad en Lisboa, que sólo permite programar los exámenes con una semana y media de antelación.

Suscribiéndose a esto, los italianos tienen todavía muchas más fases de examen, y pueden establecer sus propios horarios de exámenes de la manera que más les convenga, para asegurarse de que haya suficiente tiempo para preparar todas las evaluaciones que tienen que completar en el semestre.

9. Las facultades apuestan en la intervención de los estudiantes.

Este punto se va a complementar con el punto 6. Siento que aquí la voz de los estudiantes tiene más poder y que existe un sistema ya organizado y articulado para promover los proyectos de los estudiantes, no sólo aquellos en clase, como aquellos que surgen de manera más espontánea dentro de los grupos de amigos, a veces hasta de cursos diferentes que se complementan.

Este tema, en mi opinión, es uno de los más importantes, ya que a menudo abre oportunidades profesionales concretas que pueden lanzar a los estudiantes a un trabajo que realmente les gusta y por el que sienten pasión, en lugar de llegar al final del curso sin ninguna experiencia de aplicación práctica de los muchos contenidos teóricos que han ido aprendiendo durante tantos años de estudio académico.

Aquí, los estudiantes se ven obligados ha hacer prácticas durante el curso, lo que hace que terminen sus estudios ya con algo más de experiencia y menos dispuestos a ser "esclavizados" por sus empleadores, que son mucho más respetuosos con el trabajo de los recién graduados.

Los profesores incluso se dirigen directamente a los estudiantes y los que se consideran de buena calidad los invitan a participar en ciertos proyectos, a menudo relacionados con su propia práctica profesional. Por ejemplo, yo y otro colega portugués elegimos tomar una clase este semestre en la que estamos aprendiendo a utilizar un nuevo e importante software para aquellos que quieren solicitar un puesto en determinados estudios de arquitectura, y al que no tendríamos acceso en absoluto en Portugal, a menos que lo hiciéramos de manera privada y pagáramos una buena cantidad.

Como fue nuestra primera vez en contacto con el programa, temíamos lo peor, pero fue una de las mejores decisiones que tomé este semestre. No sólo, me estoy volviendo profesional en el uso de diferentes software, que la mayoría de la gente no domina en Portugal, sino que también fuimos invitados a unirnos a un proyecto que el profesor pronto empezará a desarrollar. Es una cosa pequeña -un proyecto acústico y térmico para una iglesia en Portugal- pero ya es algo, y estoy seguro de que será una ventaja, tanto para que yo entienda si me gusta la zona, como para poner en mi currículo.

10. La ciudad es cosmopolita.

Milán es una ciudad de cara al mundo, muy reconocida por la organización y la innovación, y que se erige como un gran centro de empleo global, peor donde también se puede probar un poco del "dolce fare niente" italiano.

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Estación Central

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Jardín Vertical

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Plaza Gae Aulenti

Canal Grande

Hacer Erasmus en Milán es abrir las puertas al mundo, ya que podemos encontrar gente proveniente de diversas culturas. El intercambio es grande y las experiencias y oportunidades abundan. Aunque, los milaneses piensan que se han visto afectados por la crisis y que podrían estar mucho mejor (lo cual sigue siendo exagerado), hay mecanismos de asociación con los extranjeros que no permiten que la ciudad decaiga.

Es una ciudad habitada por gente dinámica, a veces un poco tímida, pero agradable una vez roto el hielo. Hasta ahora he valorado muy positivamente esta experiencia y animo a todos los que están considerando la posibilidad de realizar Erasmus aquí en Milán a que se arriesguen y a que acepten el reto con los brazos abiertos y con horizontes listos para ser ampliados.

Así que estas son algunas de las ventajas que encuentro en esta hermosa ciudad en la que vivo actualmente y que intento aprovechar al máximo mientras estoy aquí. A este post le seguirá otro con los inconvenientes que también existen, siendo, como éste, totalmente subjetivo, basado única y exclusivamente en mi opinión y fruto de las experiencias que he tenido hasta ahora.


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