El inicio

Este blog se irá complementando con el que se llama “Con la mochila al hombro y sobre de atún por si las dudas...” ya que ahí hablo de manera general algunas experiencias que he tenido en mis viajes, sin embargo, este blog se enfocará primordialmente al día a día de mi viaje de 43 días por Sudamérica.

Todo empieza con una idea.

La idea se fue gestando desde tiempo atrás en el que veía que los vuelos de la ciudad de México a Bogotá eran realmente económicos (alrededor de 2500 pesos mexicanos ida y vuelta, que son cerca de unos 130 dólares) y que me había hecho a muchos amigos de Sudamérica, en una ocasión inclusive quisimos organizar un viaje a Rio de Janeiro para las olimpiadas del 2016, obviamente el plan se tiene que programar con mucha antelación por la alza de precios, hicimos nuestro grupo de Whatsapp y toda la cosa, pero lamentablemente no pudimos concretar el plan, pero eso no se quedó así, yo tenía muchas ganas de conocer Río y de volver a encontrarme con todos los amigos de mi intercambio en Milán, hice un presupuesto estimado y comencé a juntar dinero y ahorrar, planeaba viajar muy austeramente y de la forma más económica por lo que mi plan incluía hacer autostop, hospedarme en casa de amigos y de huéspedes de CouchSurfing y finalmente llevarme algo de comida en la maleta para poder sobrevivir.  Mi plan consideraba alrededor de 30 mil pesos mexicanos, lo que es equivalente a unos mil seiscientos dólares estadounidenses (ya incluyendo transportes, vuelos, comidas, etc.)

Nunca vas a estar 100% listo.

Me dió el mes de Octubre y sin aún completar el presupuesto programado me decidí a comprar el vuelo, cabe mencionar que tuve una alerta de vuelos por casi un año en la que veía cuál era el precio promedio de volar a Colombia o a Rio de Janeiro, intenté la primera ocasión en comprar el vuelo un martes a las 2 de la tarde (según los mitos y las teorías es cuando más barato puedes encontrar los precios de los vuelos) pero mi tarjeta no pasó y le pedí ayuda a mi mamá para comprar los boletos, me parece que no me creía cuando le había comentado de mi plan o pensaba que estaba loco porque quiso que me esperara al fin de semana para que nos viéramos y le aclarara mi plan, para mis padres viajar de autostop era una idea no solo descabellada si no demasiado peligrosa. Tuve que aguantarme el coraje y esperar que el precio no subiera hasta el punto de cebar mi viaje.

Yo no me consideró todo un aventurero como muchos me han dicho, yo lo que creo es que las cosas no hay que pensarlas tanto (en especial con los viajes) porque de una manera u otra todo se va a ir arreglando, vas a sufrir, no todo va a ser alegría y felicidad, pero ese es el punto de un viaje, conocerte, crecer frente a las adversidades y tener el coraje de salir adelante, para mí un verdadero aventurero es el que se va sin pensarlo en lo absoluto, sin esperarse para juntar dinero y viajar con la única seguridad de que nada es seguro, Albert Cassals por ejemplo.

Pueden pensar que estas loco.

En la misma semana intente aterrizar mi plan o hacerlo más claro a mis papas, escribí en un grupo de hojas mis opciones, mi plan de supervivencia y con quienes me iba a ir quedando, creo que el hecho de ver que no iba en blanco tranquilizó un poco más a mis padres pero no los pude sacar del rotundo NO al autostop.

Era un domingo y no recuerdo claramente porque razón me metí nuevamente a ver los precios y encontré un vuelo de la Ciudad de México a Bogotá y de Rio de Janeiro a la Ciudad de México en unos 10mil pesos, que son unos 560 dólares aproximadamente, tomando en cuenta que los vuelos redondos a la ciudad brasileña llegan a costar lo mismo que el volar a Europa, ese precio se me hiso una muy buena oportunidad y sin chistarlo le pedí la tarjeta a uno de mis hermanos y compré el vuelo, el sueño se estaba materializando y ahora eso me iba a presionar a conseguir el resto del dinero.

Les platiqué a mis amigos que iba a ir de tour por Sudamérica y que me gustaría verlos y fue así como fui juntando teléfonos y contactos, medio planifique mis estancias pero les comenté que no tenía los días exactos y que probablemente pueda tardarme más o menos en verlos, o en el caso de algunos no tuve la fortuna de volvernos a topar.

Poner los pies en el suelo.

¿Por qué 43 días? En un inicio quería irme aproximadamente unos tres meses para tener más tiempo de recorrer, quería pasar por Chile y Argentina y aprovechar más tiempo en cada país, lamentablemente al momento de graduarme salí con una deuda por el crédito escolar que me fue otorgado y me daban solo tres meses de tiempo sin pago (que eran los que yo estaba considerando para viajar), pero el rango del tiempo era de inicios de enero a finales de marzo y hacer el primer pago en abril,  pero uno de los argumentos que les di a mis padres para que estuvieran más tranquilos fue que si me iba el 19 de enero (que también influyó el factor que fue una fecha barata) tenía más días para conseguir dinero y no irme en blanco, y que eran menos días de viaje y por lo tanto no iba a necesitar tanto dinero. Al final las fechas del regreso se fueron ajustando con respecto al precio y a dar oportunidad a que llegara y pudiera encontrar trabajo para poder comenzar a pagar el crédito.

No cabe duda que cuando alguien quiere con todas sus energías algo, la vida le va armando el camino para que lo consiga, en mi caso salieron varias oportunidades para ir juntando el dinero que me faltaba y el apoyo de mis padres y familiares hicieron posible que pudiera cumplir mi meta.

Hice investigaciones por países y vi los lugares turísticos e imperdibles de cada uno sabiendo en un inicio que no iba a poder visitar todos, era más para poder tener una amplia gama de posibilidades. Me puse a leer blogs y consejos de otros viajeros y hacer lo posible para estar preparado para lo que fuera, nunca se está listo al cien por ciento, pero un intento se debe hacer.

Y finalmente preparé mi maleta (aquí un video del momento), en el blog que antes mencioné escribiré el post de consejos para hacer una maleta, lo que me llevé, me hiso falta y me sobró por mi viaje en Sudamérica.

Yo sé que puede ser una tontería o haya gente que lo considere una ridiculez, pero yo soy de las personas que las primeras y últimas fotos de un viaje, son de comida  y fue justo así como me despedí de mi país y le daba la bienvenida a una nueva aventura.

El inicioEn la foto: unos tacos de cabeza de res la noche anterior del vuelo.

El inicioEn la foto: Un taco de chicarrón verde y un tlacoyo en el aeropuerto.

El inicioEn la foto: un tamal verde la noche anterior al vuelo.

El inicio

En la foto: Una cerveza alemana en el vuelo.

     


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