Un pueblo abandonado muy cerca de Madrid
¡Hola a todxs!
Hoy os vengo a hablar de un sitio muy distinto a todos los anteriores y que no creo que guste a todos pero estoy segura de que si os gusta, os va a encantar.
Soy muy muy friki de todas las cosas abandonadas, que dan un poco de miedo, aunque no tienen por qué darlo. Me parece muy curioso el paso del tiempo cuando ya no hay nadie allí para cuidar las cosas.
Soy la típica persona que cuando ve unas ruinas o una casa abandonada en mitad de un camino o en la montaña tiene la necesidad imperiosa de entrar a curiosear un rato así que cuando escuché de la existencia de este sitio, tuve que ir a visitarlo.
Oreja es un pequeño pueblo que está literalmente aislado, subido en una montaña. Debajo está Colmenar de Oreja, el pueblo que surgió cuando este desapareció.
Lo que más me llama la atención cuando veo un lugar así es pensar en porqué está abandonado. Aquí, antes de contaros cómo fue mi excursión, voy a hablaros de cómo desapareció. No conozco exactamente fechas, pero no hace tantísimo que la gente se mudó de este lugar. Al principio la ubicación, en lo alto de la montaña, era un sitio privilegiado para situar un pueblo y un castillo que lo guardase. Sin embargo, con los años y los avances, el lugar quedó obsoleto. No tenían agua ni luz. El agua lo cogían abajo del río y toda la luz que tenían venía de candiles y cuando todo avanzó y llegó la electricidad, los vecinos se negaron a pagar el alto coste que suponía subir los cables hasta allí y empezaron a mudarse debajo de la montaña, tanto en Colmenar de Oreja como en Aranjuez, que está muy cerca de allí.
Desde ese momento el pueblo empezó a estar abandonado menos por un día al año, el de las fiestas del pueblo, que se siguen celebrando allí.
Ahora os voy a contar cómo fue mi excursión y mi experiencia.
Lo primero de todo, el pueblo está ya en Toledo, pero a escasos kilómetros de Madrid al lado de Aranjuez.
Para llegar hasta allí la única manera de hacerlo es en coche y la última subida hacerla a pie. Hay que pasar, incluso, por una finca privada de cultivo, pero que estará ya acostumbrada al flujo de gente, pues, aunque no es muy conocido, va bastante gente a visitarlo.
Se puede subir al pueblo y al castillo desde muchos caminos distintos. Nosotros dejamos el coche en una de las subidas por las que vimos que ya era imposible seguir a cuatro ruedas y empezamos a subirlo a pie. Sin embargo, estando arriba vimos cómo llegaban hasta allí unos todoterrenos, por lo que si vais así llegareis casi hasta el castillo.
El camino a pie no fue demasiado duro ni demasiado largo. Lo más relevante es que es una gran subida por un camino sin un solo árbol ni sombra (es utilizado como campo de tiro, por lo que no hay obstáculos de ningún tipo en todo el camino) y, si vais en verano o cuando ya hace calor, se puede hacer un poco duro y tedioso. (Creo que no hace falta decir que el pueblo tampoco tiene sombras de árboles ni casi tejados en los que resguardarte).
Cuando por fin llegas al pueblo, lo primero que se ven son las ruinas de dos casasde las que no quedan más que escombros y alguna que otra pared, seguramente eran para el ganado, porque no se ve ningún resto de muebles. No sé en qué momento llegaron hasta aquí, pero hay bastante carteles destrozados de los premios Goyas de 2013 o 2014 y me dijeron que grabaron algo de ellos aquí, aunque no estoy muy segura de ello.
Cuando pasas de largo estas dos ruinas llegas a lo que sería la calle principal (y también única). La primera casa que se ve está destrozada al igual que las dos anteriores, pero, a partir de aquí, el resto se mantienen muchísimo mejor.
A ambos lados están las entradas de las casas. Por suerte, todas las paredes se tienen en pie, y en algunas incluso las dos plantas.Lo mejor de todo es que no queda ningún tipo de puerta, por lo que puedes entrar a todas ellas y descubrir todo lo que hay dentro. Y yo, como cotilla que soy, entré puerta por puerta a cada una de ellas.
Son todas casas bajas, de como mucho dos plantas y con un jardín interior. Una de ellas me llamó especialmente la atención porque, además de esto, tenía una gran bodega subterránea que habían llenado de basura con los años.
En ninguna de las casas quedaba ningún tipo de mueble, solo la estructura y, en algunos casos, la chimenea, pues está acoplada a la pared, que además se nota que han sido usadas después de quedar esto deshabitado.
No todas están igual de destruidas, en algunas era imposible subir a la segunda planta, mientras que en otras se podía subir perfectamente a investigar.
A pesar de llevar tanto tiempo abandonado, no hay apenas grafitis en las paredes. Tan solo en una de las casas había en una de las habitaciones unos dibujos en la pared, como hechos a lápiz pero que eran bastante curioso y buenos. Si por algún casual lee esto algún grafitero, por favor, no aprovechéis este lugar como lienzo en blanco, que se conserva bastante bien y eso le quitaría su atractivo. Algunas incluso conservan los azulejos de paredes y suelo, aunque en otras se lo han arrancado y ya no queda nada.
Como ya he dicho todas tienen su propio jardín en el que las plantas se han hecho con el lugar y a casi todas se puede subir a la segunda planta desde allí.
El pueblo no es muy grande, no creo que sean más de diez casas y, una vez que las dejas de largo, se encuentra una pequeña ermita.
La ermita está totalmente cuidada, es donde se sigue celebrando la fiesta del pueblo cada año y por tanto la tienen cerrada y no hay posibilidad de entrar. Destaca mucho lo cuidada que está en comparación con el resto del pueblo, que está lleno de basura, sobre todo de botellas de agua grandes (de verdad que había muchísimas).
Más adelante, si dejas atrás el pueblo, hay un camino estrecho por el que se llega al castillo, una de las construcciones que más llaman la atención. Es un camino corto y estrecho, pero para mí no podía serlo y fui por la montaña a ver restos de otras edificaciones que había por allí. Algunas estaban metidas literalmente en la roca de la montaña, subterráneas y no llegué a entender qué función habrían tenido en su momento, sobre todo porque no estaban exactamente al lado del resto de las casas del pueblo, sino un poco más alejadas.
Cuando ya pasas todas estas construcciones de largo se puede llegar por fin al castillo. De este solo queda la estructura. Se puede entrar bajando unas escaleras que sí que siguen casi intactas y se llega a un interior hueco, de lo que fuera el castillo ya no queda nada. También hay unas escaleras que suben hasta lo alto, pero sinceramente no os recomiendo que intentéis subir. Están totalmente destrozadas y, como el interior está hueco y no hay distintas plantas, no llevan a ninguna parte. Me pareció peligroso, incluso para mí.
Desde esta parte, las vistas son espectaculares, se ve toda la finca privada con el cultivo de diferentes colores y al fondo se ve incluso un poco de Aranjuez. Las vistas son increíbles, y la caída también, sobre todo teniendo en cuenta que no hay ningún tipo de seguridad, hay incluso unos agujeros enormes en el suelo de los que sería imposible salir. Así que, si vais, andad con ojo y muy atentos a dónde pisáis.
Aún así, si es un día caluroso, este será el mejor sitio para parar a descansar. Corre mucho el aire y se está muy bien. En mi caso aprovechamos para sentarnos a comer a la sombra del castillo.
Para volver, no hace falta hacerlo por el mismo sitio. Como os he dicho, hay muchos caminos para subir, aunque si bajáis por el mismo lo tendréis más fácil para encontrar después vuestro coche.
Como ya he dicho, además, el pueblo está muy cerca de Aranjuez, por lo que si la visita se os ha hecho corta o si queréis parar a tomar algo o hacer algo de turismo (un poco más convencional), podéis pasaros por allí a dar una vuelta. Además, muy prontito os contaré en otra entrada qué se puede hacer por allí.
Si os gustan este tipo de cosas y de sitios, para mi este ha sido de los mejores que conozco, sobre todo porque se trata de un pueblo entero y no solo un edificio o dos. Así que, si tenéis oportunidad, os animo a acercaros y a que, si conocéis algún sitio parecido, me aviséis para poder visitarlo yo también y escribir más adelante sobre él.
Espero que os haya gustado.
¡Gracias por leerme!
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