Mi itinerario por Lisboa, Portugal
Mi itinerario por Lisboa, Portugal
¡Hola a todo el mundo! Hoy os quiero contar mi itinerario por la capital de Portugal: Lisboa. Tuve la suerte de visitar la ciudad más grande de este país cuando volvía de su archipiélago más famoso: las Azores. Podéis leer algunos posts que hice sobre las islas, haciendo click aquí. Desde Lisboa tuve que coger otro avión que me llevaba hasta Viena y desde allí finalmente a Bratislava. Puestos a hacer escala de casi 10 horas, ¿por qué no hacer un tour exprés por la ciudad? Siempre es más productivo que estar sentada sin hacer nada en el aeropuerto. A pesar de que solo visité el centro en escasas horas, me llevé muy buenas sensaciones, así que probablemente repita y lo haga con una visita más larga y pausada. Aun así, os quiero contar mi pequeño itinerario por Lisboa. ¡Empezamos!
Cómo ir hasta el centro de Lisboa
Al salir del avión, estuvimos viendo que había varias formas de llegar al centro de la ciudad. El aeropuerto no queda muy lejos, si lo comparamos con otras ciudades, pero es necesario estar unos 30 minutos en transporte público. Nosotros decidimos que la opción más económica era metro, así que cogimos un ticket para hacer dos viajes, creo que nos costó alrededor de 6€. El problema es que tenías que pagar también un extra para hacerte la tarjeta, y creo que al final fueron 8 euros aproximadamente. Lo bueno es que como pienso volver algún día, ya tengo la tarjeta hecha para poder moverme y solo tendría que recargarla.
En cuanto al metro, funciona bastante bien, es bastante fácil de entender pues no hay muchas líneas. Nosotros utilizamos Google Maps ya que aparecían las diferentes opciones que teníamos para llegar al sitio que nos interesaba.
Primera parada: desayunar
Como habíamos viajado de Azores a Lisboa a las seis de la mañana, no habíamos desayunado así que teníamos bastante hambre. Decidimos buscar un lugar para llenar nuestro estómago así que decidimos que la cafetería Frutaria tenía buena pinta. Estaba súper céntrica, apenas a unos minutos de la famosa Praça do Comércio. Entramos y tenían una mesa libre así que decidimos sentarnos. Todo tenía muy buena pinta, el menú era bastante extenso y lo mejor es que todo estaba elaborado con ingredientes naturales: fruta, huevos, avena, etc. Los alimentos perfectos para empezar el día con energía.
Esto fue lo que pedimos: un plato dulce y un plato salado cada uno. Un bol de yogur con granola y fruta y después, una tostada con dos huevos poché y rúcula. También tenían otras opciones como zumos de frutas naturales, recién exprimidos allí. No nos salió muy caro, la verdad. Sin duda, recomiendo esta cafetería para desayunar. Todo un acierto. ¿A que tiene buenísima pinta todo lo que comimos?
Segunda parada: Praça do Comércio
Como os digo, Frutaria estaba súper céntrica así que lo primero que visitamos fue la famosa Praça do Comércio. Nos sorprendió el número de personas que había, pues para ser febrero no nos esperábamos tanta gente. No me imagino cómo tiene que estar en verano, completamente abarrotada, supongo. Hay bastantes vendedores que llevan gafas colgadas por todo su cuerpo, relojes vistosos o también palos para sacar selfis. A pesar de que era invierno, la temperatura era súper agradable, yo estaba en manga corta cuando pegaba el sol.
Desde esta Plaza, que es la más emblemática de Lisboa, se puede ver el estuario del río Tajo, que es invadido totalmente por el océano Atlántico. En el centro de la plaza, pudimos ver la estatua ecuestre de bronce de D. José I, rey de Portugal. Antaño, esta plaza era consideraba tan bella que se utilizaba para recibir a los monarcas y a los embajadores. Así, en esta plaza también se encuentra el Arco de Triunfo donde lucen también esculturas que representan a personajes célebres como Nuno Álvarez Pereira o Vasco de Gama. También cabe destacar el precioso reloj que está en el arcoy su inscripción en latín. Finalmente, como dato curioso, comentar que el palacio de esta plaza fue destruido por un terremoto en 1755 y tuvo que ser reconstruida nuevamente.
Tercera parada: Ponte 25 de Abril
Este puente que cruza el río Tajo es quizás uno de los monumentos más famosos de la capital portuguesa. Recibe este nombre porque tras la Revolución del 25 de abril, la democracia volvió a ser la forma de gobierno de Portugal. El camino hasta el puente es bastante bonito, pues se puede hacer en bicicleta o simplemente andando. También pudimos ver a mucha gente haciendo running ya de plena mañana. Además, hay muchas cafeterías y restaurantes, la mayoría enfocados a turistas, pero bueno, muchos tenían buena pinta. Nosotros decidimos descansar un rato al sol, incluso nos mojamos un poco los pies, a pesar de que el agua estaba súper helada. Después, tras nuestro momento de relax, seguimos caminando hasta el puente.
Cuarta parada: Ascensor da Bica
Este ascensor está localizado en la Rua da Bica y me gustó mucho porque apenas había turistas aquí. Caminar por estas calles es mágico porque realmente parece que estás en otra época. Este elevador, cuyo recorrido es cortísimo, se utiliza por los locales para subir una cuesta realmente empinada, que cruza una calle completa. Creo que pasa cada 10 minutos así que nosotros subimos a pie hasta el final de la calle y desde allí vimos cómo subía lentamente.
Las casas que lo rodean son auténticas. Están llenas de ropa recién tendida, pudimos ver a locales que venían con bolsas del mercado, gente caminando por las aceras estrechísimas y alguna que otra persona regando las macetas que adornaban los balcones. Para mí, fue lo más pintoresco que vi este día en Lisboay me gustó mucho. Aquí os dejo las fotos que sacamos y sin duda, vale la pena ir para ver el pequeño recorrido de este elevador, que creo que son unos escasos 200 metros.
Quinta parada: Catedral de Lisboa
Fuimos andando desde el elevador da Bica. Aquí el calor ya apretaba, incluso parecía que los típicos azulejos de los edificios portugueses atraían todavía más el calor. Fue un recorrido un poco largo, creo que tardamos unos 30 minutos aunque no se hizo pesado. Prestábamos atención a las pequeñas tienditas y también íbamos en busca de alguna nata de Lisboa, también conocidas como pastéis de Belém, típicos de esta ciudad. Realmente, no sabéis cuánto nos costó encontrar una pastelería donde los vendiesen. Finalmente la encontramos y pagamos 70 céntimos por cada nata. Fue bastante caro, realmente, normalmente por un euro puedes comprar tres natas en la mayoría de los pueblos de Portugal.
Finalmente, deshidratados y con las mochilas a las espaldas y tras subir una cuesta empinada llegamos a la catedral de Lisboa, la iglesia más antigua de esta ciudad y que por cierto, es uno de los edificios que sobrevivió al terremoto que he mencionado más arriba. Lo más característico es sin duda su rosetón, que es el protagonista junto con sus dos torres, de estilo románico. Por su apariencia, parece un poco decadente, parece que puede caerse y romperse en pequeños trocitos en cualquier instante. Esto se debe en gran medida porque a lo largo de los años ha sufrido varias reformas, así que en realidad, el resultado final que pudimos ver es una mezcla de varios estilos arquitectónicos.
Sexta parada: callejear
Decidimos que ya era de comer y que después, tendríamos que volver al aeropuerto con algo de tiempo por lo que pudiera pasar, además que necesitábamos volver adonde habíamos dejado nuestra maleta, en las consignas. Callejeamos otra vez hasta el centro y encontramos un restaurante de pizzas muy bueno, en una terraza cualquiera. No fue muy barato, pero era nuestro último día de viaje así que no nos importaba ya demasiado. Después de llenar el estómago, decidimos volver al aeropuerto. Durante todo este trayecto, pudimos ver las calles de Lisboa, que destacan por sus edificios un poco ya decadentes como su catedral, pero ese es el verdadero encanto de esta ciudad. Caminar por las calles parándonos en cada tiendita, escuchando por detrás el chirriante ruido del tranvía fue algo constante en estas últimas horas en la capital portuguesa.
Y este fue mi pequeño itinerario por Lisboa. Sin duda, tengo que volver porque monumentos importantes como la torre de Belém solo pude verlos desde el avión, con vista de pájaro. Además, muy cerca de Lisboa está Cascais, zona que también me han recomendado, especialmente para bañarse en verano. ¡Y hasta aquí el post de hoy! Espero que os haya gustado y nos vemos en el siguiente post con más contenido. Gracias por leerme hasta el final. Nos vemos pronto.
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- English: My itinerary for Lisbon, Portugal
- Italiano: Il mio itinerario a Lisbona, Portogallo
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Comentarios (2 comentarios)
Fátima chamadoira hace 5 años
Yo hice una visita de un día a la capital portuguesa, desde Busaco. Cogimos uno de esos autobuses para turisras y nos dejamos llevar. Subimos al y comimos en el Chiado maravillosamente. Me habría gustado mucho ver el museo de carruajes, de modo que tengo que volver.
Fátima chamadoira hace 5 años
Yo hice una visita de un día a la capital portuguesa, desde Busaco. Cogimos uno de esos autobuses para turistas y nos dejamos llevar. Subimos al Chiado y comimos maravillosamente. Me habría gustado mucho ver el museo de carruajes, de modo que tengo que volver.