Azores: qué termas visitar en San Miguel

Publicado por flag-es Claudia Costas — hace 4 años

Blog: Portugal.
Etiquetas: flag-pt Blog Erasmus UAc, UAc, Portugal

Azores: qué termas visitar en San Miguel

¡Hola a todo el mundo! Hoy os voy a hablar de un viaje que hice este febrero de 2019. Visité las islas Azores durante ocho días y fue una experiencia increíble. Para quien no lo sepa, las islas Azores son un archipiélago que está en medio del océano Atlántico y que pertenece a Portugal. Al estar en medio del océano, recibe muchos visitantes tanto de Europa como de Estados Unidos. Además, al pertenecer a Portugal, es un destino bastante barato, lo que lo convierte en un lugar muy atractivo.

Nosotros decidimos visitar las islas Azores porque en febrero, nos apetecía un lugar no muy frío y donde nos pudiésemos bañar. Sabíamos que el agua del mar estaría fría, pero también sabíamos que en Azores existía una alta actividad volcánica y que por lo tanto, íbamos a encontrarnos aguas termales. Precisamente, en esta entrada os quiero hablar de las cuatro termas que Ángel y yo visitamos. Concretamente, nosotros fuimos solo a la isla de San Miguel, que es la más popular y también la más interesante, así que todas las aguas termales en las que estuvimos se encuentran en esta isla. ¡Aquí os las enseño!

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Caldeira Velha

Por orden de visita, la primera en la que estuvimos fue Caldeira Velha. De las cuatro que visitamos, para mí fue la mejor. Se puede decir que empezamos fuerte. Fuimos hasta la entrada en el coche que alquilamos y llegamos antes de que abriesen sus puertas. Creo que abrían a las 9:00 así que esperamos justo en la puerta, con una familia que ya estaba allí preparada con sus bañadores y toallas. Pudimos comprar las entradas a las nueve en punto, que nos costaron unos 6€, creo recordar. Desde que compras la entrada, tienes un máximo de dos horas para disfrutar de este espacio en plena naturaleza. Si quieres estar más tiempo, necesitas ampliar la entrada y como es lógico, volver a pagar.

Así como entramos y dejamos atrás el asfalto de la carretera, nos sumergimos completamente en un bosque lleno de árboles con diferentes tonalidades de verde. Llegamos hasta unos probadores al aire libre para ponernos el bañador y el biquini. Una vez ya cambiados, pudimos ver los diferentes puntos que hay para bañarse. Hay varias pozas, todas con temperaturas distintas. Probamos una cualquiera y la verdad es que el agua estaba súper caliente, pero en un primer momento se agradecía porque como era febrero, la temperatura que había fuera del agua era algo baja. Estuvimos un buen rato en esta que os enseño a continuación, disfrutando del agua caliente y del paisaje, rodeados completamente de árboles, plantas y helechos gigantes. No había casi nadie porque era súper pronto, así que nos pudimos relajar y disfrutar de este lugar.

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Después, probamos otras pozas diferentes pero el agua no estaba tan caliente como en la otra, aunque se disfrutaba igual. Concretamente, el agua de una de las termas que tiene una pequeña cascada estaba fresca, no sé por qué. Al contrario, también había otras zonas donde se podía ver cómo el agua salía hirviendo desde el interior de la tierra, con carteles a su alrededor que te alertaban sobre sus 100 grados de temperatura y el peligro que suponía acercarte demasiado. Estuvimos explorando la zona, con la toalla en mano y las chancletas puestas, hasta que decidimos volver a la primera poza porque fue la que más nos gustó.

Un consejo que os puedo decir es que no llevéis biquinis o bañadores de colores claros porque las paredes desprenden hierro, de color naranja y si te arrimas, la ropa se mancha. De hecho, yo tenía partes de mi cuerpo completamente naranjas por haberme apoyado en los muros. Por eso mismo yo llevé mi bañador de color negro.

Cuando las dos horas llegaron a su fin, nos cambiamos de ropa y nos fuimos, pues nuestra ruta debía continuar. Tengo que decir que dos horas en esas aguas termales son suficientes, pues llegó un momento en el que me sentía casi como un huevo escalfado del calor que hacía y necesitaba salir del agua del calor que tenía, además de que la piel se empezaba a arrugar por todas partes.

En definitiva, las termas de Caldeira Velha las tenéis que visitar sí o sí. No me imagino cómo debe de ser en verano, porque con más calor, las termas pierden su gracia si la temperatura del exterior es alta. Aun así, creo que vale la pena visitarlas porque el entorno natural es sencillamente increíble. Estás en medio del bosque, disfrutando del sonido de la naturaleza. Aquí os dejo esta foto que sacamos allí, a mí me encanta.

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¡Vamos con las siguientes!

Poça da Dona Beija

Como era de esperar, también madrugamos para visitar estas aguas termales, también en exterior. Estas termas fueron mis segundas favoritas. Están súper bien, pero el complejo donde se encuentran no es tan salvaje como el de Caldeira Velha, porque tienes paseos de maderas, los vestuarios son en interior y creo que había un hotel cerca y una tienda de regalos y souvenirs, además de que también estaban más concurridas. Bastante gente ya estaba cuando nosotros llegamos: había muchas familias y también muchos adolescentes que venían con la excursión del colegio. Aun así, me encantaron y repetiría seguro.

Poça da Dona Beija está localizada en Furnas, que es la zona más turística de la isla de San Miguel. La entrada creo que fueron 10€, pero la diferencia con Caldeira Velha es que el tiempo que podías estar aquí era ilimitado. Nosotros fuimos por el día, pero pienso que haber ido por la noche, cuando acaba al día para relajarte, también hubiese sido una buena opción.

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Poça da Dona Beija tiene diferentes zonas para bañarte, todas a la misma temperatura más o menos. Estuvimos unas dos horas allí, creo que habíamos leído que no recomendaban estar más tiempo por motivos de salud. Llevamos mochila y toalla y cuando teníamos un poco de calor, salíamos de la poza y tomábamos el aire y comíamos algo. Es un entorno súper agradable, todo está muy bien cuidado, limpio y también estás alrededor de la naturaleza. De hecho, muy cerca de nosotros pudimos ver a locales recogiendo la fruta y verdura de sus huertos. Obviamente es mucho más formal que Caldeira Velha, pero como os digo, vale la pena. Hay zonas con chorros para masajearte la espalda, un río que corre por todo el complejo y diferentes piscinas con distintos niveles de altura. En la siguiente foto, se puede ver lo que os he comentado antes. Los niveles hierro en el agua son tan altos que si os fijáis, la pared por la que baja el agua pierde su color natural y lo sustituye por el naranja, que es color de estas aguas subterráneas. Además, algo común en todas las termas que visitamos, es el olor a “huevo podrido” que se respira constantemente, pero al final una se acostumbra. El agua no es insípida así que también se nota el sabor a hierro, como metalizado. 

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A medida que fue avanzando la mañana, cada vez venían más personas, grupos de estudiantes, así que cuando ya empezó a llenarse, decidimos irnos. Me imagino que en temporada alta estará masificado así que yo estaba súper contenta de poder haber disfrutado de estas termas con poquita gente. Como siempre, viajar en temporada baja tiene sus ventajas.

Ponta Ferraria

Ponta Ferraria está situada en el extremo oeste de la isla. Sinceramente, este punto fue el que más me impresionó de Azores. ¿Por qué? Ponta Ferraria está situada en el mar pero da la casualidad de que en esta punta de la isla, hay aguas que salen a la superficie directamente del interior de la tierra y desembocan en el mar. Lo curioso es que cuando la marea está baja, el agua está ardiendo porque no existe mucho contacto con el agua subterránea y el agua fría del océano. Cuando la marea empieza a subir, es el momento de bañarse porque está caliente y se puede disfrutar de una temperatura agradable. Y finalmente, cuando la marea sube por completo, no puedes bañarte ni disfrutar de las aguas termales porque la mayoría del agua proviene del mar y está fría.

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Siendo así, nosotros tuvimos que ver las mareas que había esos días en Internet, prestando especial atención a la bajamar y la pleamar y modificar nuestra ruta según convenía. Finalmente, fuimos un día por la mañana, no tuvimos que madrugar mucho pero tuvimos la suerte de estar solos. Es cierto que bañarse era un poco peligroso, pues ese día hacía un poco de viento, pero yo no me lo pensé dos veces y me metí. Había bastante oleaje pero había una cuerda que estaba colocada de un extremo a otro para poder agarrarme (¡la gente piensa en todo!). Estuve como 10 o 15 minutos en el agua, a ratos caliente a ratos templada, dependía mucho de las olas. La verdad es que jamás imaginé que hubiese podido bañarse en el océano Atlántico en unas aguas tan calientes que venían de lo profundo de la tierra. Fue algo genial. Cuando finalmente salí del agua, muerta del frío envuelta en la toalla por el viento que soplaba, llegaron turistas de Boston que también se bañaron. Como yo, ellos también estaban alucinando con la temperatura. Es una experiencia inolvidable.

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Aun así, si visitáis Ponta Ferraria y por lo que sea, no podéis disfrutar del agua caliente o del mar, tengo que decir que toda la naturaleza que la rodea es maravillosa. Es como estar en otro planeta. Hay campos de lava que se han solidificado, piedras de color negro carbón que están por todas partes y la fuerza del mar siempre presente, como podéis ver en la siguiente imagen. Sencillamente, me recordó muchísimo a mi viaje a Islandia. Hay muchas zonas que son así de parecidas, muy salvajes.

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Después nos fuimos y volvimos adonde habíamos aparcado el coche, a unos 10 minutos andando y nos dimos cuenta de que enfrente había un hotel, con unas piscinas de agua caliente fuera, en el exterior. Después nos enteramos de que mucha gente va ahí a bañarse, pagando. Bueno, un chico que conocimos nos dijo que fue por la noche y se coló en el hotel. Pagar o no pagar ya es vuestra elección. Aun así, yo os recomiendo caminar 10 minutos y disfrutar del agua natural del mar, que es mejor y además, sale gratis. En definitiva, este fue uno de los puntos que más me gustó del viaje. Os recomiendo ir sí o sí. ¡Pasamos a la última!

Parque Terra Nostra

Terra Nostra se trata de un complejo situado en Furnas. La entrada cuesta 10€ y ya os adelanto que en el caso de que tengáis que recortar los puntos de vuestra ruta, yo eliminaría este. A mí me gustó, pero en el caso de las otras termas no tiene nada que envidiarle. En Terra Nostra existe una piscina enorme de agua caliente rica en hierro, de ahí el color naranja del agua. Aquí sí tenéis que tener cuidado con vuestros trajes de baño. Llevad los más viejos que tengáis.

La piscina cuenta con varios chorros, en plan balneario, cuya agua está realmente ardiendo. Es bastante agradable estar allí, pero el entorno no es tan natural. Enfrente de la piscina, está el hotel de este centro, probablemente muy caro. Mucha gente está con albornoz, ya que vienen directamente de sus habitaciones.

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Lo mejor de Terra Nostra es que hay dos pozas pequeñas cerca de su jardín botánico, donde ahí sí estás rodeado de vegetación, que lo hace más especial y salvaje. Aun así, nunca mejor que Caldeira Velha o Poça da Dona Beija. Nosotros fuimos porque fue un viaje largo y nos apetecía probar todas las opciones que había, pero de ir otra vez, yo no repetiría. 

Aquí estuvimos dos horas aproximadamente. Como siempre, ya que la temperatura era algo fría en el mes de febrero, poder sumergirte en estas aguas era muy relajante y en el fondo se agradecía. En definitiva, Terra Nostra me gustó pero tampoco lo suficiente como para repetir.

¡Y esto es todo lo que quería contaros! Espero que os haya sido útil esta información y que hayáis disfrutado leyendo mi post y que os hayan gustado las fotos. Este viaje lo hice ya algún tiempo así que quizás los precios para las entradas hayan cambiado un poco o quizás suben en temporada alta. Ya me despido por hoy: muchas gracias por leerme y nos vemos pronto con más contenido de las islas Azores.


Galería de fotos



Comentarios (4 comentarios)

  • flag- Fátima chamadoira hace 4 años

    Parece el jardín del Edén verdaderamente. Qué ganas suscitas de probar esas aguas ferruginosas y cálidas. Un reportaje muy completo. Gracias. Continuaremos viaje con tu blog.

  • flag-es Claudia Costas hace 4 años

    Muchas gracias por tu comentario. Me alegra que te guste.

  • flag-es Clara Sastre hace 4 años

    No vendría nada mal un bañito por ahí con estas temperaturas

  • flag- Ángel Estévez Pastoriza hace 4 años

    Qué lugares tan mágicos hay en esa isla!

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