Resumen de los primeros 5 días en Japón
¡Hola a todos! Estaba pensando si debería describir mis aventuras en Japón antes del décimo día (cuando empecé a escribir aquí) ya que todo va a estar en este blog Erasmus y estaría bien tenerlo todo aquí. La razón por la que no lo he hecho hasta ahora es que ya he escrito algunos detalles en mi blog personal de viajes en tumblr y eso va contra las normas. Pero como podéis imaginar, mi tumblr ha estado vacío e inactivo los últimos 5 meses. De todas formas, creo que puedo traer algunas historias e impresiones de cada día allí.
Basta de hablar, ¡empecemos!
Día 1. El vuelo de Zagreb a Doha (Qatar) y a esperar el vuelo nocturno a Osaka
Mi vuelo estaba programado para el 2 de julio, un poco antes del vuelo estaba algo nervioso. La mañana del día del viaje me enteré de que tenía que cambiar mi familia de acogida debido a problemas en la casa y la nueva familia iba a ser una pareja anciana (¡con un gato! ) dueños de un restaurante y que no hablaban nada de inglés. Yo pensaba "¡genial! " y cómo se suponía que iba a sobrevivir. Por otro lado demostró ser un reto interesante y por primera vez estaría en una situación en el que la barrera del idioma sería el principal problema. También me obligó a aprender japonés (y a usar mis pies y mis manos). La casa de mi familia de acogida estaba en una pequeña ciudad relativamente pequeña llamada Gobo, que se encuentra en la costa del pacífico, al sur de la prefectura de Wakayama y la región Osaka Kansai.
Mi vuelo comenzó en el aeropuerto Zagreb Pleso alrededor de la 1. 30 p. m. y tardó unas 6 horas en llegar a Doha, Qatar, donde me esperaban varias horas más antes de mi vuelo a Osaka KIX. Lo tenía todo preparado (incluso más de lo que iba a llevarme en realidad) y salí con mis padres en dirección al aeropuerto. En cuanto encontramos nuestra agencia, Qatar Airways, empezamos a relajarnos ya que todo parecía estar bien en cuanto a ellos. En realidad no estaba muy nervioso, y ahora ya no me importa demasiado.
Mientras esperaba en la cola de embarque me encontré con un amiga de Shanghai que había pasado un año en Croacia así que nos pusimos a charlar. Para mí, era la primera vez que viajaba tan lejos y la primera vez que salía de Europa (y, lógicamente, la primera vez en Asia). Estaba realmente cómodo por el hecho de tener toda la hilera de 3 asientos para mí solo, así podría dormir con las piernas estiradas sobre los asientos; y el servicio de Qatar Airways era fantástico. Recuerdo dos cosas:
- Podías disfrutar del repertorio multimedia integrado en el asiento de delante que incluía montones de playlists y emisoras de radio, una gran cantidad de películas, libros para leer, pedir el menú de la comida, juegos y mucho más. La mayor parte del tiempo estuve escuchando música, incluso probé radio Qatar, que era bastante buena. Antes de aterrizar en Japón al día siguiente intenté dominar los números y los saludos. Los números estaban controlados pero los saludos y las frases principales eran simplemente demasiado para mí, ni si quiera los juegos más sencillos me ayudaban a recordarlo.
- Una de mis características favoritas de este software era el mapa satélite donde se podía seguir nuestra ruta, acceder a la información sobre la distancia, la velocidad, las temperaturas, cuánto tardamos en llegar a nuestro destino y mucho más. Hice uso de esta opción bastante puesto que me encantaba seguir nuestra ruta y los mapas. Me pareció también muy interesante que cuando mirabas por la ventanilla (cuando se podía) era posible localizarse. Al ver que nos acercábamos a un lago, golfo, mar o algún lugar muy grande iba rápidamente a observar por la ventana. Ah, sí, soy de esas personas que quieren sentarse junto a la ventana, no cerca del centro del avión.
- La segunda cosa que os va a encantar son las comidas y los menús de la comida. Recuerdo a los asistentes de vuelo preguntándome "Señor, ¿qué quiere comer? ¿Qué menú prefiere...? " Yo me quedé con el pollo y patatas con muchas verduras, ¡y todo era fresco y estaba delicioso! Debo decir que no hubo ningún accidente en aquel momento y pude dormirme en cuestión de segundos. Además del menú principal, que te deja realmente satisfecho y sin hambre hasta aterrizar, tienes también todas las bebidas gratis que quieras, algunos dulces como chocolate y pudin y ensalada. También estuvieron repartiendo palillos pero (ya me conocéis) yo los guardé en mi mochila sin apenas tocarlos y usé el tenedor y la cuchara.
Nuestra ruta fue algo así: sobrevolamos Serbia y Bulgaria hacia Estambul y pude ver la enorme ciudad que es desde arriba (Estambul podría tener cuatro veces la población de Croacia), después pasamos por las tierras de Mesopotamia donde disfruté de las vistas de las cordilleras de montañas casi desérticas que probablemente acaban en el Himalaya.
El tiempo se pasó volando (volando, ¿lo pilláis? ) y cuando nos acercábamos al golfo arábigo y a nuestro destino (al menos en el mapa) el sol estaba ya bastante bajo. Olvidé que íbamos en dirección al ecuador y, dado que estábamos en julio, los días son más cortos... y luego está la diferencia horaria entre Zagreb y Doha que era de 2 horas. Estaba deseando ver la ciudad de Doha y toda la zona de día, para ver los rascacielos y hacer algún video, claro... pero eso no pasó. No había de qué preocuparse porque en el viaje de vuelta a Zagreb, 4 semanas después, el tiempo me concedió mi deseo.
Aterrizamos sobre las 8 pm y el paisaje nocturno del aterrizaje era algo maravilloso, dentro de lo que pude observar. Desafortunadamente, fue demasiado para mi cámara y casi todas las fotos están bastante borrosas. Me puse muy contento al escuchar "Bienvenidos a Doha, que tengan un buen día... ". Encontré a mi amiga china después de viajar del avión y poco después de terminar con la documentación nos encaminamos a descubrir el aeropuerto. Mi equipaje había sido enviado directamente a esperar al siguiente vuelo así que no había de qué preocuparse (si no hubiera sido así, probablemente habría cundido el pánico).
El aeropuerto era muy bonito y enorme. De los aeropuertos más grandes solo recuerdo la experiencia más reciente, hace un año en el aeropuerto de Zúrich. Este también tenía cientos de puertas y tardé 10 minutos a paso ligero en llegar a la puerta de embarque para mi vuelo a Osaka. El vuelo a Japón estaba programado para la 1. 30 a. m. así que tenía unas 4 horas antes de salir y mi amiga tenía su vuelo una hora antes.
Decidimos pasar el rato en uno de los vestíbulos y "zonas de diversión y relax". Puedes encontrar muchas mesas para sentarte y relajarte, también había ordenadores Mac sin conexión y alguna zona infantil grande. Nos sentamos ahí e intenté cargar mi móvil con un Mac y también mi ordenador durante un rato. Tuve incluso una breve conversación por Skype con mis abuelos; y, por supuesto, me tomé allí mismo los sándwiches que mi abuela me había preparado. Uno no se va a la otra punta del mundo sin unos "bakini sendviči".
También tuve la oportunidad (o necesidad) de probar los baños allí, algo que me decepcionó. En primer lugar, no estaban muy limpios. No estoy seguro de si era porque el equipo de mantenimiento no estaba haciendo su trabajo o porque los visitantes eran simplemente unos ignorantes sin modales. Era un poco mejor que los baños público de las ciudades pequeñas y las zonas a las que simplemente odias ir. Otra cosa que me molestaba a mí y a otras personas altas era que las puertas eran un poco bajas. Casi podía ver el otro lado y cuando estaba de pie otras personas podían verme. Creo que los aseos deberían tener más privacidad y no exhibirte como una especie de show.
Después de estar unas cuantas horas simplemente esperando, había llegado el momento de decir adiós y hasta la próxima. También había estado visitando las tiendas con ella un rato antes (pero no compramos nada) y habíamos estado bromeando sobre el hombre de negocios árabe, bajito, andando por allí cubierto por su túnica blanca (aunque seguramente habría podido comprarnos si hubiese querido).
Ya quedaba apenas una hora para embarcar al avión. Fui a buscar mi puerta de embarque a la otra punta del aeropuerto y luego bajé a otro vestíbulo más grande aún. Mientras empezaba a entrarme algo de sed (y, además, tenía que estar hablando con mi familia, que pensaban constantemente que me había pasado algo) compré una botella de medio litro de agua por unos 2 € y un billete de Rial como souvenir.
El embarque empezó y en seguida me encontré en el avión más grande en el que había estado jamás. Tenía 9 asientos en una hilera, 3 a cada lado y 3 en el centro. Me fijé en que estaba rodeado por muchos japoneses, formaban la mayoría de los pasajeros, pero tuve suerte de nuevo y pude sentarme solo.
Los últimos minutos antes de despegar hice una foto del mapa que mostraba la ruta Qatar-Japón y la publiqué en Facebook. Esperaba que la foto se publicara (la señal wifi en el aeropuerto era casi inexistente) y estaba deseando ver los comentarios por la mañana ya que no le dije a casi nadie a dónde me dirigía.
Día 2. Aterrizando en Japón y primera impresión
Vale, me disculpo, mi "breve" resumen no ha sido tan breve. Intentaré ceñirme a lo más importante.
El vuelo a Osaka duró unas 9-10 horas y en su mayor parte fue durante la noche. Quería ver el Himalaya por la ventana pero tuvimos que mantener las persianas bajadas. La mayor parte del vuelo me lo pasé durmiendo (con mis auriculares puestos), me sorprendió cuando comimos tan solo dos horas después de despegar pero había olvidado la zona horaria y que volábamos "hacia el futuro".
Cuando vi en mi móvil que eran las 8-9 de la mañana (hora de Zagreb) me sentí despejado y me apetecía echar un pequeño vistazo. Ahora sé por qué teníamos que mantener las persianas bajadas porque la luz del sol casi me deja ciego. Estábamos cerca de Beijing y el resto del vuelo estuve jugando a los juegos y escuchando música.
Para resumir un poco, las partes más emocionantes fueron volar desde China a Corea del Sur y ver el enorme mar y los barcos debajo. La parte de sobrevolar Corea la tengo un poco borrosa porque estuve durmiendo un poco y no presté mucha atención (y había nubes por todas partes). Poco después nos acercábamos a Japón y notaba cómo mi corazón se iba acelerando.
La tierra del sol naciente surgió entre las nubes y pude ver montones de islas y montañas. Tenía la cara pegada al cristal de la ventana y casi lo atravesaba. Mi cámara me traicionó entonces cuando en vez de enfocar Japón, enfocaba el cristal, pero bueno...
Después de unos 15 minutos llegamos a Osaka. ¡La imagen desde el aire es algo que solo podríais imaginar! El avión empezó a volar en círculos hasta que estuvimos muy cerca de la tierra. El aeropuerto KIX era en realidad una plataforma a unos 4-5 kilómetros de la costa conectada a un puente de unos cuantos kilómetros de largo. ¡Increíble!
Mientras bajábamos del avión una pareja de japoneses que se sentaba delante de mí me dio unas Pringles y hablaron un poco en inglés recomendándome que visitara Kyoto (pero no lo he visitado nunca). Hice uso de mi débil "arigatou" para agradecerles la comida que no había pedido.
Usamos la lanzadera para llegar a otro punto donde unas escaleras nos llevaron hasta el control antes de dejarnos salir del aeropuerto. Vi también un póster de Universal Studios Japan. Japón es bastante estricto en cuanto a dejar entrar a los viajeros al país. Aquí viene todo el proceso antes de salir feliz y sin preocupaciones hacia el lugar donde iba a conocer a mi familia de acogida:
- Te darán en el avión (o puedes cogerlos después) dos papeles donde debes escribir algunos detalles sobre ti, sobre el lugar en el que vas a quedarte y escribir con precisión toda la información de los japoneses que te acogen durante el periodo de tiempo que vayas a quedarte.
Tienes que pasar también todos los controles que comprueban que no llevas nada peligroso en el equipaje ni bebidas alcohólicas (llevaba una botella como regalo pero puse que no llevaba nada esperando que no abrieran mi equipaje).
- Cuando terminas con eso, te pones en una fila de viajeros no japoneses (en cuanto a ciudadanía) donde una señora enfadada y muy estricta no te deja pasar a no ser que tengas toda la información que necesiten. Me preguntó también por qué venía y tuve que explicárselo todo sobre los intercambios Lions. Después de eso me pidieron las huellas y, entonces, me dejó pasar.
- El último control antes de salir del vestíbulo llegó después de recoger el equipaje. Esperé varios minutos a mi maleta roja y rosa rodeada por una bufanda croata (es la tradición). Entonces tuve que pasar por la oficina de policía donde comprueban tu identificación. Le entregué mi identificación y los papeles, llevaba algunas cosillas en la maleta y esperaba que no la abrieran.
Fue gracioso cuando el señor que observaba mi identificación me miró confuso y dijo "¡No se parece a ti! ", así que me quité las gafas y puse la expresión seria que tenía en la foto. ¡Empezó a reír y me dijo que estaba todo bien! Eso me hizo pensar que Clark Kent podría pasar de verdad por un tío defierente con y sin gafas.
En cuanto salí de esa habitación ya estaba buscando el Club Lions y a mi familia de acogida, que estaba esperándome entre la multitud. Fue ahí donde nos conocimos, llevaban mi nombre escrito en un papel y eran 3 personas en total (mi padre de acogida, el señor Ishikura y dos personas del Club Lions Gobo). Primero pregunté por el baño y luego nos dirigimos a nuestro coche.
Tardamos casi una hora en llegar a Gobo y ya casi era de noche. Me acompañaron a mi habitación y empecé a ordenar mis cosas, conocí a los miembros de la familia, me di cuenta de que me iba a costar un poco defenderme con el japonés y el inglés (pero acepté el reto alegremente) y fuimos al restaurante llamado Anchin para cenar.
Prepararon todo el menú para mí y yo intenté comérmelo todo. Aquí es donde empezó mi travesía para aprender los hábitos y los nombres de las comidas.
Poco después de la cena me dirigí a mi habitación algo cansado e intenté aprender un poco de japonés antes de dormir. Aún estaba intentando meterme en la cabeza que estaba en la otra punta del planeta y que no estaba soñando. Un poco antes de dormir, mi madre de acogida me enseñó toda la casa, el baño y la cocina, fui a darme una ducha (y tuve que aprender a controlarla) y de vuelta a mi habitación. Dormía en un colchón grande, con muchas mantas y rodeado un montón de manga.
Vale, he resumido bastante.
Día 3. Primera mañana, un paseo por la zona y la fiesta de bienvenida en el restaurante por parte del club local Lion
Pude experimentar el jet lag no solo la primera noche y por la mañana, ¡sino durante 5 días! Por la tarde me sentía como si hubiera bebido demasiada cerveza y lo mismo por la mañana, me sentía un poco mareado. Aún así, después de unos 5-10 minutos desapareció. También tenía que mantenerme ocupado para que mi ciclo biológico se ajustara a las nuevas circunstancias. ¡Todo mi organismo tenía que cambiar su reloj interno y adelantarlo 7 horas!
Mamá Mieko preparó comida y bebida para desayunar, yo llevaba a todas partes mi libreta en la que escribía frases y vocabulario (y dibujaba toda la situación si era necesario). La foto de encima era mi día a día, aunque no comía lo mismo todos los días, claro. Mientras estuve allí probé mucho más de la vida doméstica (todo lo que era posible teniendo en cuenta la globalización).
Aquí tenéis las vistas desde mi ventana y un área normal al límite de las ciudades y las zonas más pequeñas.
Después del desayuno encontré al señor Ishikura viendo la televisión en la habitación infantil y le dije que iba a dar un paseo por la zona. Aquí tenéis unas cuantas fotos del vecindario. También pasé por las escaleras que llevaban al templo Dojo-ji.
También me llevé mi cámara analógica e hice alguna foto. Aquí está la primera foto de Japón. Una para documentar.
¡Eso es básicamente el vecindario! Viví en el límite de Gobo o una zona llamada Hidaka, pero era bastante interesante, como ya habréis averiguado (si habéis leído mis anteriores artículos).
No hay mucho que decir sobre el mediodía. Después de comer volví a sentirme somnoliento y dormí durante dos horas. Más tarde Ishikura-san vino a decirme que íbamos a tener una fiesta de bienvenida por la noche, y que me preparara unos vaqueros para no parecer un completo turista.
Llegó la tarde y fuimos juntos a la segunda planta del restaurante Anchin. Nos quitamos los zapatos y entramos al gran salón, entonces vi a un montón de señores mayores en traje, lo que me puso algo nervioso. No tenía ni idea de qué hacer y no había tenido ninguna experiencia con reuniones formales con Lions.
Era una fiesta de comida y había unas 30 personas. Fue la primera y la última vez que estuve nervioso en Japón ya que no hablaba nada de japonés, apenas un par de frases que había intentado memorizar, pero tuve la suerte de encontrar al menos a una persona que hablaba inglés y se sentaba a mi lado. Me sentí muy agradecido y sentía un gran respeto por todo. Ellos estaban contentos de conocerme y tenían mucha curiosidad respecto a mi origen. Incluso me dieron una tarta con mi nombre completamente deformado (¡algo que se convirtió en un éxito en casa! ) e hicieron todo lo posible por hacer la tarde entretenida. Aquí os dejo algunas fotos. También conocí a algunos de mis futuros amigos o compañeros de trabajo en el restaurante.
Volví a casa lleno de nuevas experiencias y compartí las noticias con el mundo mientras me ponía al lado del váter, puesto que la señal, que venía del restaurante, era ahí lo suficientemente fuerte para mi smartphone. ¿Listos para más?
Días 4 y 5. Trabajo en el restaurante y bienvenida a los clientes
He descrito la mayor parte de esto en un artículo especial respecto al restaurante Anchin. Por favor, echadle un vistazo. Por ello solo voy a compartir un par de frases aquí, para no repetirme.
Los primeros días era cosa de romper el hielo, no tenía ni idea de qué esperar y no quería decepcionar a mi familia de acogida. Acabó siendo una de las mejores experiencias de mi vida, lo más divertido y los momentos más memorables de Japón. Me convertí en parte del equipo del restaurante y asistía en la preparación de las comidas diarias para la comida y la cena. Esto incluía preparar sushi, arroz, ensaladas, postres, llevar cajas, preparar las mesas, llevar cajas con comida a otro restaurante y de vuelta al nuestro, ayudar a los demás con las cosas más pesadas y empaquetar las galletas en las cajas, listas para enviar a nuestra tienda para los clientes.
Es aquí también donde aprendí la mayor parte del japonés que sé y tuve una relación especial con los trabajadores locales, que me aceptaron y me hicieron sentir como en casa. He estado visitándolos a menudo, casi cada día mientras estuve en Gobo. Les hablé, no solo de Croacia y mi familia, sino también de todas las aventuras que he vivido en Japón durante el campamento. Con algunos de ellos, que están en Facebook, mantengo el contacto bastante a menudo y comparto con ellos las novedades.
También he tenido una conversación por Skype con mis abuelos y mi madre por la tarde. Después fui con el ordenador por todo el restaurante presentando a mi familia mis nuevos amigos, fue bastante divertido.
Eso es todo por ahora. Espero que lo hayáis disfrutado. Ahora necesitamos el resumen de los próximos 5 días y terminar el viaje a Japón. He de admitir que es un poco agotador.
Gracias por leer.
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
¿Quieres tener tu propio blog Erasmus?
Si estás viviendo una experiencia en el extranjero, eres un viajero empedernido o quieres dar a conocer la ciudad donde vives... ¡crea tu propio blog y cuenta tus aventuras!
¡Quiero crear mi blog Erasmus! →
Comentarios (0 comentarios)