Día 17. Todo el día en casa, viaje a Osaka pospuesto por el tifón
El primer día del campamento había llegado oficialmente, y yo no iba a poder estar allí; sencillamente porque toda la prefectura de Wakayama se había aislado del mundo.
Sobrevivimos al tifón y me preparo para Osaka
El tifón que había azotado a la isla de Shikoku la noche anterior no solo causó muchos daños y problemas en la isla, sino también en las zonas de alrededor. No sé si lo recordáis pero Gobo y Hidala están tan solo a 50 km de la isla de Shikoku y el centro del tifón estaba a unos 100 km, en el centro de la isla. Aún así, al ver el pronóstico del tiempo nos encontrábamos justo en el borde.
Cuando me fui a dormir la noche anterior podía sentir el viento soplando fuerte entre las calles y las persianas temblando. Lo último que quería es que todo colapsara sobre mí.
En cuanto me desperté, todo parecía tranquilo, no había más viento ni temor de que surgiera de nuevo. Aún así, había un problema. Agua e inundaciones. Las carreteras estaban inundadas, las vías del tren estuvieron fuera de servicio durante dos días, la autopista lo estuvo también todo el día y un poco del siguiente porque estaba inundada por todas partes.
En otras palabras, no pudimos ir a Osaka y no había forma, excepto en helicóptero, de salir de Gobo. Pero para mí estaba bien, así tendría un día más para disfrutar con mi familia de acogida.
De modo que hasta bien entrada la tarde no pude salir de casa. Nadie pudo. Nos quedamos en el salón, tocamos el piano, charlamos, cocinamos juntos... Me dijeron que la familia Ishikura iba a recogerme por la tarde y si las carreteras estaban limpias podríamos ir directamente a Osaka y llegar por la noche, así que empecé a hacer otra vez mi maleta y ver qué tendría que dejar en Gobo, porque solo podíamos llevar dos maletas, fue casi un favor del Club Lions porque íbamos a movernos mucho con el campamento y no habría espacio ni tiempo para llevar con nosotros 500 cosas.
Al final me llevé solo una bolsa negra y grande de deporte, lavé mi ropa, la puse a secar y ya estaba listo para partir, más o menos.
Discusiones sobre el té
Durante la comida pasamos un rato sentados a la mesa en la cocina, viendo las noticias en la TV y hablando de mis aventuras en Osaka. No tenía ni idea de qué me esperaba ni cuál era el programa. Puede que fuera mejor así; solo sabía que íbamos a visitar al templo Dojo-ji otra vez.
Como la mitad de nosotros estábamos enfermos y teníamos problemas con la nariz por culpa de un extraño resfriado, probé con cualquier cosa para deshacerme de él. Cuando le dije a mi madre y a mi hermana de acogida que a lo mejor era buena idea beber un poco de té con limón, inmediatamente desecharon la idea y me dijeron que eso no era nada bueno. A aquello le siguió una discusión de 15 minutos que pasamos intentando convencer a los otros. Yo intentaba convencerlas de que el té con limón es bueno para la salud. Ni siquiera necesitábamos azúcar. El problema principal era que desde el principio se habían negado a beber té como medicina. Les prometí que no usaría azúcar para darle sabor y que solo necesitábamos un poco de té caliente y limón. Al final llegamos a un acuerdo y ellas también lo bebieron.
No estoy seguro de hasta qué punto nos ayudó, pero estaba bueno.
El resto del día lo pasé con mi hermana de acogida. Estuvimos practicando juntos mi presentación sobre Croacia y luego jugamos un rato. Le enseñé "La Batalla por la Tierra Media 2" e intentamos jugar en equipo para ganar la "Medalla de Honor: Asalto Aliado".
Papá Tetsuya-san también me sorprendió gratamente al ofrecerme muy amablemente uno de sus juguetes de la infancia, que tenía como recuerdo en la mesa de su oficina. Dijo que quería regalármelo, un robot de juguete, para que me lo quedara como recuerdo. Me sentí más que honrado y, después de intentar rechazarlo por respeto pero sin éxito, lo guardé en mi maleta. Ese robot está ahora en mi escritorio en Zagreb. También quería darme una ayuda financiera pero eso era demasiado para mí y realmente no quería nada más, puesto que ya habían hecho bastante por mí. Papá Tetsuya se rió y fue muy persistente así que no tuve más remedio que salir corriendo alrededor de la mesa y del salón.
Vuelta con mi primera familia de acogida para pasar la noche antes de salir temprano hacia Osaka
Después de la cena, cuando ya estaba oscuro y otra vez llovía, oímos un coche en frente de la casa. Era el señor Ishikura y mamá Mieko, que habían venido a recogerme. Me sentí confuso porque todos mencionaban Osaka y yo no esperaba salir a las 9 p. m. Al parecer, aún había una posibilidad de que la autopista estuviese abierta y, en ese caso, me llevarían directamente al hotel en Osaka para unirme al campamento. Sin embrago, tuvimos que desistir.
Como el señor Ishikura es todo un bromista, yo no estaba seguro de si hablaba en serio o estaba de broma. Íbamos en la otra dirección, de camino al restaurante y a casa pero él seguía mencionando Osaka así que llegué a creer, por unos minutos, que íbamos para allá; pero la carretera estaba llena de agua así que fuimos hacia casa por un camino algo más largo. Como podéis ver en las fotos, la zona de alrededor del restaurante estaba repleta de agua.
Aún llovía y llevamos todas mis cosas adentro rápidamente. Mitsa, el gato, estaba en la puerta, dándonos la bienvenida. Cogí rápidamente lo que necesitaba para la mañana y me fui a dormir. Ishikura-san me dijo que tendría que levantarme a las 5 a. m. para comprobar si los trenes estaban operativos. De no ser así, iríamos en coche.
Lo que pasó después y si conseguí llegar a Osaka lo descubriréis pronto.
¡Gracias por leer!
La fuente de las imágenes es 石倉大裕.
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