Milán en 1 día parte dos
Después de visitar la Galería Vittorio Emanuele II, pusimos el siguiente lugar en nuestro itinerario de acuerdo al orden que teníamos marcado y oh! sorpresa se encontraba a pocos metros de nosotros, fue nada más pasar uno de los pasillos que nos quedaban de la Galería y encontramos el Duomo de Milán. Yo me detuve para poder observar al detalla ya que es tan grande y está cargado de una ornamentación cuidada que es fácil tomarse unos minutos mientras te vas acercando.
Como es común en todas las plazas europeas hay palomas por doquier como turistas, ¡hehe! y es que aunque suene chistoso y ahora que lo pienso ,es verdad.
Queríamos entrar a ver el interior pero para el tiempo que teníamos había una cola enorme y a pesar de los 2 grados de temperatura había mucha gente. Para evitar sentir más frío verificamos el parte metereológico varios días antes y teníamos el Miércoles y Jueves soleado así que esos serían los días que podíamos visitar Milán y las predicciones no mintieron. Después de un vídeo y varias fotos nos acercamos al monumento más grande de la Plaza.
Monumento a Víctor Manuel II
Estuvimos un largo rato en este sitio. Había mucha gente y fotógrafos tratando de captar la mejor imagen. Añadimos el siguiente lugar a nuestro gps y empezamos a caminar en dirección hacia el monumento para ir al Parque Sempione. Durante el trayecto nos encontramos con infinidad de cosas, entre ellas puedo destacar las calles empedradas que si no llevas calzado de suela dura te puede hacer algo de daño así como los raíles del tranvía que se cruzan por las calles peatonales. También presenciamos como uno de los repartidores casi choca con uno de los tranvías porque iba en contravía. Todos estos eventos nos hicieron sentir en una ciudad activa, vibrante y llena de etnias unas adaptadas y otras no tanto.
Algo curioso que nos encontramos en el camino justo antes de llegar a la fortificación previa al Parque fue esta tienda con el vino más caro que he visto.
Una botella de casi mil euros, impresionante no? Al menos para mí que era la primera vez que la veía. Continuamos nuestro camino por esa calle peatonal para cruzar la calle por la que discurrían varios tranvías como éste.
Estos tranvías conocidos como Ventotto fueron construidos en los años treinta y forman parte de la naturaleza histórica de la ciudad. Una combinación interesante junto con la modernidad que posee Milán en sus edificios muy distintos a otros de las ciudades italianas como Florencia, Venecia, Roma o Bolonia que he tenido la oportunidad de conocer. Así como la amplitud de sus calles.
Y por fin llegamos a la gran fuente del Castillo Sforzesco. Sin haberlo planificado ni añadido a nuestro itinerario habíanos elegido un parque que se encontraba justo detrás de esta fortificación de aire medieval y con un aire muy a guerra debido a todo lo que fuimos encontrando a medida que avanzábamos como piedras redondas grandes de esas que se usaban como armas en antaño y la arquitectura en sí bastante lúgobre y hermética y tiene sentido ya que fue construido precisamente para ser una fortaleza y de hecho fue una herramienta de servicio militar. Sin embargo en el interior todo era diferente ya que descubrimos museos llenos de arte.
En el parque Sempione hicimos una parada para descansar , nos encontramos con un entorno muy bonito lleno de césped , palomas y además en el interior había una zona habilitada para perros lo cual me gustó mucho. Durante los aproximadamente veinte minutos que estuvimos en el parque pude ver varias personas haciendo deporte, otras simplemente caminando y muchas también cruzando el parque en bicicleta así como parejas sentadas como nosotros bebiendo o comiendo algo.
Al terminar nuestro descanso nos dirigimos al siguiente punto de nuestro itinerario eran las doce pasadas de la mañana y queríamos ir a la conocer las criptas de San Ambrosio en el Santuario del mismo nombre así que con gps en mano caminamos hacia allí.
Y en el camino nos paramos otra vez para tomar un té y un café que falta nos hacía a esa hora de la mañana después de haber comido.
Al llegar a la calle que nos llevaba al Santuario de San Ambrosio nos encontramos con estos edificios.
El lugar estaba cerrado ya que su horario de la mañana era hasta las doce y treinta y nosotros habíamos hecho una parada en esos momentos para comer . Abrirían nuevamente a las dos y media y la verdad el entorno que rodea al Santuario no es para despejarse en dos horas con lo cual seguimos nuestro itinerario. Pero nos encontramos con un dato interesante de comentar.
Y es que en las inmediaciones se están haciendo excavaciones que están devolviendo restos óseos humanos.
Aquí se puede ver en la fotografía la forma de los huecos que han dejado las excavaciones. Es a lo único que tuvimos acceso ya que había un puente construido sobre ellas para cruzar y para observar también.
El siguiente lugar era el Santuario de San Bernardino con la intención de conocer el Ossario.Este sitio si estaba abierto y la entrada es gratuita como lo he comentado al principio habíamos elegido los lugares que tenían entrada libre de pago.
Ossario de San Bernardino
Como se puede apreciar en las fotografías, hay formas de cruz y otras construidas con huesos humanos. Es posible que estén pintadas con barniz ya que me acerqué para verlas y tenían un brillo que no es propio del desgaste del tiempo en huesos humanos, o seguramente sea algún producto que evita la decomposición de los mismos. Son todo conjeturas ya que no hay mucha información en el lugar que por cierto se encuentra a la derecha de la entrada principal de la iglesia, es decir una vez dentro hay que girar a mano derecha por un pasillo que nos conduce a esta capilla que es pequeñita.
Galería de fotos
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